Desde la sala de Dos Hermanas, en el Palacio de los Leones, podemos acceder al Mirador de Lindaraja, uno de los espacios más bellos y delicados de la Alhambra. Actualmente las ventanas del mirador dan sobre el Patio de Lindaraja pero en la época medieval dicho patio no existía ya que se edificó en época cristiana al realizar las habitaciones de Carlos V. En su lugar había un jardín abierto con vistas sobre el Albaicín; de esta función original de mirador sobre el paisaje viene la denominación de este espacio, ya que Lindaraja ( o Daraxa, nombre con el que también se conoce a esta estancia) deriva de las palabras Ain-Dar-Aixa que significan «los ojos de la casa de Aixa».
El mirador abre sus ventanas en tres de sus lados, casi a ras del suelo, aumentando el efecto de mirador; están enmarcadas por arcos de mocárabes. Las paredes de la habitación están completamente decoradas, con azulejos en la parte inferior y yeserías policromadas en el resto. El techo está formado por una artesa de madera con vidrios de colores.