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Tipos de PDI

El correcto uso del lenguaje debería ser la primera habilidad de todo docente. Lo mismo sucede cuando nos referimos al PDI. El sistema ofrece diferentes figuras/categorías, más allá de las anacrónicas “profesor numerario”, “profesor no numerario” o “becarios”. En sentido literal el PDI es el personal docente universitario reflejado en la legislación universitaria vigente, investigue o no. Mientras que el personal investigador es el referido en la ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, aunque ambas legislaciones se refieran mutuamente. Contablemente, el gasto de PDI académico está en el Capítulo I y el de personal investigador en el VI del presupuesto de la Universidad. Sin embargo, la venia docendi permite a un contratado por investigación impartir docencia, dentro de lo que su contrato limite. Quizás una distinción rápida en la universidad entre el personal académico y el personal de origen investigador sean las siglas PDI vs. PdI. Sirva el siguiente glosario para enriquecer nuestro vocabulario:

  • Personal Investigador en Formación (PIF): personal investigador en formación [1] que disfruta de un contrato laboral con tal fin [2]. Más info [3].
  • Profesorado con vinculación permanente (PVP): PDI laboral fijo (profesor colaborador y profesor contratado doctor) o funcionario de carrera (cuerpos docentes universitarios). No confundir con Personal Docente Inventariable.
  • Profesorado sin vinculación permanente (PSP): PDI laboral temporal (Profesores Eméritos, Profesores Funcionarios Interinos, Profesores Contratados Doctores Interinos, Profesores Ayudantes Doctores, Profesores Asociados, Ayudantes, Profesores Visitantes, Profesores Sustitutos Interinos)
  • Personal Empleado Investigador (PEI): investigador de convocatorias públicas competitivas, del Art. 83 con cargo a proyectos/grupos de investigación [4] y otros investigadores contratados no incluidos en los anteriores casos. En este punto existen muchas y variadas figuras europeas y nacionales: ERC Grant, Ramón y Cajal [5], Juan de la Cierva [6], Contratos de Investigación de Empleo Juvenil [7], TALENTIA SENIOR [8], EMERGIA [9], Beatriz Galindo [10] y de la propia UGR: ATHENEA [11], incorporación de jóvenes doctores [12]… Dentro de los PEI existen figuras estabilizables en la UGR [13] que pueden, bajo concurso-oposición, optar a PVP.
  • Personal técnico de apoyo a la investigación: técnico que participa en la I+D ejecutando tareas científicas y técnicas, generalmente bajo la supervisión de los investigadores [14].
  • Cuerpos docentes universitarios: Catedráticos de Universidad (CU), Profesores Titulares de Universidad (PTU), Catedráticos de Escuela Universitaria y Profesores Titulares de Escuela Universitaria.

Uni-toxicidad

Se ha sabido de situaciones tóxicas en la Biblioteca Nacional de España [1] durante la investigación del Ministerio de Cultura en relación a la desaparición de escritos de Galileo. En particular, el informe recoge que “se ha puesto de manifiesto que en la BNE se podrían estar produciendo situaciones de desconsideración y falta de respeto…sería conveniente que se realizara un estudio del clima laboral, complementado con una evaluación de riesgos psicosociales, que permita detectar en su caso situaciones tóxicas, con objeto de corregir estas, al mismo tiempo que pudieran implementarse acciones de carácter preventivo que mejoren las relaciones de trabajo, eviten posibles conflictos entre el personal que desempeña sus labores en la BNE, así como la comisión de faltas graves o muy graves”.

Este escenario tóxico resulta frecuente en el sector público, por sentirse el funcionario libre, sin la supervisión de una autoridad sancionadora, y cultivarse de esta manera la lucha de egos. La universidad pública no puede ser menos, vivero de vanidades, con su autocracia encubierta en la libertad de cátedra [2], velada desobediencia [3] y vetusto costumbrismo [4] [5]. El interés general y la vocación de servicio público no son los motores de los empleados públicos tóxicos. La receta es aislarlos del grupo, no tolerarles sus acciones interesadas y afearles públicamente las mismas.

Paradigmas sempiternos

En una institución de grandes dimensiones, plantilla e historia, es harto difícil romper con los postulados y axiomas establecidos en tiempos pasados (inercia vetusta), donde eventualmente tuvieron validez y utilidad pero que en la actualidad no capturan el statu quo.

Decálogo de paradigmas sempiternos:

  • La antigüedad o categoría del PDI es un indicador de calidad y justifica prelación. Las capacidades de un PDI apenas merman con la edad. Respeto por el PDI senior implica incuestionablemente reconocimiento y presunción de veracidad, además deben recibir honores protocolarios, cuando menos como favor entre colegas.
  • La docencia está adscrita a los grupos de investigación y el docente es el último responsable de la asignatura.
  • La capacitación docente del PDI se presupone y es incuestionable. La praxis docente la certifica y la actividad investigadora la avala.
  • La autoridad se ejerce desde la jerarquía, con independencia de la ética, el compromiso, la persuasión o la solvencia.
  • Los pleitos pretéritos han de conocerse para que arraiguen en el colectivo y lo condicionen.
  • La retórica vaga y los circunloquios son un método válido de comunicación.
  • A falta de una mejor, la norma de usos y costumbres sigue vigente [1].
  • El ejercicio laboral de un PDI se equipara al del profesional libre colegiado.
  • La corresponsabilidad consiste en permitir que las soluciones las propongan y articulen los responsables oportunos.
  • La excelencia científica del PDI se calibra con su excelencia investigadora (número de proyectos, artículos, redes y bibliometría).