Esther Morales Ortiz. Profesora Titular de la Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Granada

La natación como medio de supervivencia.

La natación es uno de los deportes que nos garantizan un desarrollo saludable en niños por la mejora de habilidades y destrezas motrices que ello conlleva. Al tratarse de una disciplina deportiva muy técnica también implica un incremento de la flexibilidad, coordinación y agilidad, siendo así una de las actividades deportivas más completas.

Este deporte aporta muchos beneficios desde el punto de vista de la salud por la implicación muscular, coordinación motora y del sistema respiratorio y cardiocirculatorio que requiere. También contribuye al desarrollo de la autonomía, independencia y autoconfianza del niño. Además es de gran importancia para la práctica en edades tempranas ya que nos garantiza la supervivencia en dicho medio, uno de los problemas de salud pública más importantes según nos destaca la Organización Mundial de la Salud. Por lo tanto la enseñanza y dominio del medio acuático será una de las medidas de prevención vital.

La importancia de adquirir habilidades motrices en edades tempranas.

Actualmente es ampliamente reconocida la importancia de la actividad física como uno de los principales hábitos de vida saludable. La práctica de actividad física tiene efectos reconocidos sobre la salud de los niños. Hay que destacar que la etapa preescolar, es un momento crítico para fomentar la práctica de actividad física, ya que esto va a incidir en un estilo de vida activo.  Nadar es la clave, es un proceso mediante el cual los niños se desarrollan y aprenden además de ser una actividad que nos ayuda a mejorar nuestra salud.  El movimiento es una de las primeras manifestaciones de la vida, por lo que el ser humano aprende a moverse y se desarrolla con ese movimiento. El agua, es un medio natural de desarrollo y juego para los niños durante su crecimiento, por lo que solo requiere “aprender” a dominar su cuerpo en este medio.

El conocimiento sobre la evolución en el aprendizaje de la natación así como del desarrollo motor y adquisición de habilidades motrices acuáticas ha sido uno de los principales objetos de estudio a lo largo del tiempo. La práctica de actividades acuáticas en edades tempranas va a enriquecer su proceso de desarrollo, además de aportar un enriquecimiento a nivel de maduración motriz y del sistema nervioso, contribuyendo con ello  a la adquisición de nuevas habilidades motrices. La edad, por tanto va a ser un factor condicionante para el aprendizaje motor.

La mejora de la psicomotricidad acuática irá en aumento con la edad, pero también estará relacionada con las experiencias vividas. La experiencia hará que aumente el potencial de habilidades adquiridas. Por tanto se debe tomar de referencia no solo la edad y características del niño y su desarrollo motor, sino también el bagaje y experiencias vividas las cuales harán que este aprendizaje y adquisición de habilidades se enriquezca.

La natación es uno de los deportes que nos garantiza la realización de actividad física en menores ya que los niños comienzan a practicarlo desde edades tempranas. Esto es debido a que la natación es una modalidad deportiva que nos garantiza la supervivencia en el medio acuático después de un periodo de aprendizaje ameno y motivante. A esto hay que sumarle todos los beneficios que la natación tiene sobre las áreas de la personalidad, social, cognitiva y motora en edades tempranas.

El agua estimula la adquisición de nuevas sensaciones, nuevos comportamientos motores y diversos sentidos. Beneficia la maduración de los niños en el ámbito psicológico y la superación del miedo al agua. La práctica acuática en estas edades además refuerza la personalidad y la independencia, contribuyendo a una mejora del aspecto social. Dentro de las habilidades motrices acuáticas que se desarrollan y trabajan encontramos la respiración, flotación,  propulsión, equilibrios, inmersiones, coordinación motriz o estructuración perceptiva. El trabajo de cada una de ellas en el medio acuático permite tener un conocimiento y control del medio que fomentará el dominio del mismo. Además un trabajo temprano de dichas habilidades asegura un proceso natural de adquisición, respetando la obtención de estas de habilidades desde la presencia de reflejos motores innatos hasta su aprendizaje y consolidación.

Teniendo en cuenta estos aspectos podemos decir que el aprendizaje y dominio del medio acuático son aspectos importantes en edades tempranas por el desarrollo y adquisición de destrezas y habilidades motrices que implica, así como para garantizar su supervivencia en este medio.

Es importante llevar a cabo una propuesta metodológica para la enseñanza  de la natación acorde a la adquisición de las habilidades motrices acuáticas y la maduración del alumno. Para ello, además,  la motivación y el juego deben ser los pilares básicos donde se fundamente el proceso de enseñanza-aprendizaje. El cual debe ser debidamente estructurado en niveles de progresión.

Aprender para sobrevivir.

El aprendizaje de la natación va a suponer un proceso de mejora  integral del niño mediante el incremento de la condición física, mejora de habilidades y destrezas motrices, así como la incidencia en su personalidad, desarrollo social y psicológico. Garantizando en el proceso de enseñanza-aprendizaje prevenir uno de los principales problemas en edades tempranas como es  la supervivencia en el medio acuático.

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