El Proyecto Fajalauza-Hd estudia los cambios en el sistema productivo cerámico granadino en época post-medieval con el uso de las Humanidades digitales, a través de la vinculación de la Universidad de Granada y la Fundación Cerámica Fajalauza Cecilio Morales. Se abordan objetivos marcados en su Convenio Marco de Colaboración y se continua con la labor iniciada en el Proyecto: La cerámica de Fajalauza como patrimonio y seña de identidad de Granada (IP: José Mª Martín Civantos). Fajalauza-Hd crea unas bases sólidas que permiten seguir creciendo y optando a financiación en convocatorias competitivas externas.
Estamos ante un proyecto de investigación que aborda una temática estratégica para la Universidad de Granada relacionada con el ámbito de la Cultura, resultando de interés tanto para la ciudad de Granada, como la propia Universidad y la Fundación Cerámica Fajalauza Cecilio Morales.
El objeto de estudio serán las cerámicas elaboradas en los alfares granadinos de Fajalauza durante la Edad Moderna. El proyecto se enmarca en el uso de las Humanidades digitales como fuente generadora de conocimiento a través de la creación de una colección de modelos tridimensionales. Toda la información se volcará en una página web y en diferentes plataformas que permitirán la divulgación de la información y la creación de una biblioteca digital de cerámica Fajalauza.
Se trata de una línea de trabajo novedosa, enmarcada dentro de un grupo de investigación emergente y liderada por un joven investigador. Es novedosa en tanto que integra Humanidades digitales, Arqueología, Historia, Historia del Arte y Estadística, dándole una importancia clave a la difusión, conectando con su entorno y contribuyendo al avance de la sociedad. El proyecto está respaldado por el Grupo de Investigación PRINMA Producción, Intercambio y Materialidad (HUM-1035, IP Alberto García Porras) de reciente creación e integrado en sus líneas de investigación principales. El IP del proyecto es un investigador postdoctoral Juan de la Cierva-Formación, ayuda concedida por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
La cerámica de Fajalauza
En Granada, durante el periodo nazarí, los centros productores cerámicos se ubicaban en el Albaicín (Fajalauza) y el Realejo. Tras la conquista, los castellanos mantuvieron la estructura productiva preexistente, pero pronto comenzarán a producirse una serie de cambios1. En torno al 1560 se agudiza el traslado de los alfares a Fajalauza, coincidiendo con el afinamiento de la población morisca en el Albaicín. De alguno de estos alfareros conocemos su nombre gracias a la documentación. El más significativo, para el caso que nos ocupa, es el de Hernando Morales, antepasado de la misma familia que actualmente sigue siendo la propietaria de los talleres de Fajalauza.
A partir de 1572, los moriscos se convirtieron en una población residual en Granada. Este proceso tiene su final en las primeras décadas del siglo XVII, cuando la población morisca es expulsada definitivamente de la Península Ibérica, por el decreto de 1609. Sus consecuencias, entre otras, fueron la confiscación de las ollerías y la sustitución de la población morisca por cristianos viejos. Estos cambios podrían originar nuevos productos, formas y funciones
cerámicas, siendo el punto de partida de la cerámica de Fajalauza.
Se nos plantean una serie de interrogantes: ¿existe una continuidad en la cerámica que se hace en Granada desde finales de época nazarí hasta el siglo XVIII? O, por el contrario, ¿nos enfrentamos a un proceso de sustitución y ruptura? ¿Qué papel juegan en este proceso los talleres de Fajalauza? Estos son las cuestiones a las que nuestro proyecto tratará de responder a través del uso de las Humanidades digitales.
Los inicios de la cerámica de Fajalauza suelen señalarse en el siglo XVI de manera poco concreta. No será sino a partir de los siglos XVII y XVIII cuando podamos hablar con propiedad de cerámica de Fajalauza. En el siglo XVI la ciudad de Granada contaba con 37 talleres de olleros que, en el siglo XVIII, en el Catastro de Ensenada, habían quedado reducidos a 10. En el siglo XIX este número decrece hasta sólo 8, uno de ellos será el de la familia Morales. Se trata por tanto de una tradición en peligro de extinción.
Fajalauza es una producción popular que suscita un amplio interés, hasta el punto de que cualquiera de sus humildes recipientes puede ser considerado como una de las señas de identidad de la ciudad. La denominación de Fajalauza se remonta al menos al año 1841. Es entonces cuando aparece este nombre recogido en la revista local La Alhambra (31- 1-1841). Diferentes estudios de corte etnográfico han recogido el sistema de producción Fajalauza2. En su realización se mezclarían dos tipos de arcillas, una procedente del Beiro que da un barro fuerte y plástico, y la otra de El Fargue, que da un barro suave y poco plástico, pero que no se agrieta en el secado3. Son cerámicas modeladas en un torno de tipo hundido, es decir, ubicado en el suelo, excavado de tal forma que sólo su rueda superior sobresale4. Todas las piezas se revisten de una capa de esmalte blanco, que le da a la pieza su acabado característico. Una vez que se ha cubierto la pieza con esta capa se le aplican una serie de pigmentos de diferentes colores a modo de decoración. Los colores más usuales son el azul y el verde. Los motivos decorativos son los elementos que mejor caracterizan la cerámica de Fajalauza. Son decoraciones naturalistas y abigarradas, es trata de la manifestación en la cerámica de un arte popular, genuinamente granadino5. Predominan los motivos tradicionales muy simplistas, que podemos relacionar con el sustrato nazarí. Junto a estos hay motivos de inspiración popular, son muy comunes las aves, las flores o los frutos.
La cerámica de Fajalauza está ligada a satisfacer la totalidad de las faenas domésticas. Es una vajilla principalmente funcional, aunque cada vez ha ido adquiriendo un mayor valor estético. Fajalauza es la manifestación de un arte popular, genuinamente granadino, que tiene más de quinientos años de existencia.
La Fundación Cerámica Fajalauza Cecilio Morales
La Fundación Cerámica Fajalauza Cecilio Morales es una institución de nueva creación fundada por el propietario y los herederos de la fábrica de loza para evitar que se pierda esta importante tradición alfarera y los valores patrimoniales materiales e inmateriales que representa. Se trata de una iniciativa privada que tiene una vocación patrimonial y de servicio a la ciudadanía para preservar esta importante parte de la identidad granadina y de su patrimonio cultural.
Los objetivos fundamentales de la Fundación son preservar la tradición artesanal y artística de la cerámica granadina de Fajalauza, de herencia cultural y etnográfica de claro origen morisco que ha llegado, gracias al esfuerzo de la familia Morales, hasta nuestros días. Su interés también va dirigido a transmitir esta herencia a toda la ciudadanía como patrimonio cultural inmaterial y memoria colectiva, participando y colaborando con la investigación y formación necesarias que favorezca esta difusión. De ahí además que su actividad se oriente a la integración de esta cerámica en el mercado actual, ayudando de esta forma a la continuidad en su producción.
El interés de la Fundación va más allá y pretende dotar al centro de una colección de piezas que hagan de él un espacio museístico de referencia, además de realización de actividades educativas y de difusión de las características, historia, entorno de producción y comercialización. Por todo ello están llevando a cabo talleres concretos que den a conocer los procesos de la producción a profesionales y público interesado. La colaboración con instituciones públicas e instituciones culturales es considerada por los miembros de la Fundación como un elemento fundamental para llevar a cabo sus actuaciones.
Dados estos intereses y objetivos ha surgido la colaboración con la Universidad de Granada, que se plasmó en la firma de un Convenio Marco de Colaboración y la ejecución del Proyecto de Investigación La cerámica de Fajalauza como patrimonio y seña de identidad de Granada (IP: José Mª Martín Civantos), del que el presente proyecto es continuador.
La Fundación Cerámica Fajalauza Cecilio Morales y la Universidad de Granada
La Fundación Cerámica Fajalauza Cecilio Morales y la Universidad de Granada tienen objetivos comunes en la defensa del patrimonio material e inmaterial y sus valores culturales y sociales. En este caso, además, ambas instituciones representan señas de identidad de la ciudad de Granada.
Los objetivos que se pretenden conseguir se ajustan perfectamente a los programas de investigación dentro del Plan Estatal de Investigación Científica, y el programa marco de la UE Horizonte 2020. Así, este proyecto nace con el propósito de responder con un enfoque innovador al conocimiento a la sociedad y puesta en valor del extenso Patrimonio Cultural e histórico del Sur peninsular. Los objetivos planteados están también en sintonía con las líneas de actuación previstas en el convenio firmado entre la Universidad de Granada y la Fundación Cerámica Fajalauza Cecilio Morales.
La difusión es un elemento fundamental que servirá de apoyo a las actividades a realizar con la Fundación. Igualmente, la importancia histórica y patrimonial de Fajalauza es un elemento de interés fundamental para la investigación que desde PRINMA se está llevando a cabo. Así mismo toda la tradición y saberes artesanales además de la importancia histórica que esta cerámica ha tenido en la trayectoria cultural de la ciudad de Granada son de interés mutuos para ambas instituciones.