“Es importante que las familias se impliquen con la escuela”
- 52 Profesionales son los que trabajan este curso en el CREENA (orientadores, especialistas en Audición y Lenguaje y Pedagogía Terapéutica…)
- 40.000 Alumnos están censados este curso por necesidades especiales u otras características
Fragmentos de la Noticia
Dislexia, TDAH, altas capacidades… El CREENA (Centro de Recursos de Equidad Educativa de Navarra) agrupa once grupos de alumnos diferentes: los que tienen necesidades educativas especiales (NEE), retraso madurativo, trastornos en el desarrollo del lenguaje y la comunicación (dislexia…), trastornos de aprendizaje (discalculia…), TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), altas capacidades, otros diagnósticos de salud física o mental, desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje (extranjeros), vulnerabilidad socioeconómica, incorporación tardía, condición personal o historia escolar.
1.600 demandas de los centros. Fue el número de peticiones que plantearon los colegios e institutos públicos y concertados al CREENA durante el curso 2023-2024. Son los propios docentes (a través del servicio de orientación) los que solicitan los recursos que necesitan los alumnos. Las familias no lo piden directamente. 1993. Fue el año en el que se puso en marcha el CREENA, al poco de aprobarse la entonces nueva ley educativa (LOGSE). Inicialmente, se atendieron las necesidades educativas especiales. Con el tiempo, se ha evolucionado y se atienden otras situaciones (inmigración…).
Son muchas las asociaciones de familias pero destacan alguna, como ADHI (Asociación navarra para el tratamiento y el estudio del déficit de atención, hiperactividad e impulsividad), Disnavarra (Dislexia), ANAC (Asociación Navarra de Altas Capacidades) o el CERMI (comité español de representantes de persona con discapacidad).
ANDER DOMBLÁS. Por sus manos han pasado miles de menores con necesidades educativas especiales en los últimos treinta años. Primero en las aulas y después como gestor, Domblás defiende los derechos educativos de todos los alumnos
Ander Domblás García (Estella, 1966) es maestro y psicólogo. Especialista en Audición y Lenguaje y Orientación ha trabajado en los últimos treinta años en colegios e institutos (Elizondo, Huarte, Berriozar…) Ha dirigido el Servicio de Ordenación e Igualdad de Oportunidades del Gobierno de Navarra hasta que ha sido nombrado director del CREENA. Es profesor asociado de Psicología en la UPNA
Ander Domblás tiene vocación de maestro pero también de alumno. Por la primera, sacó sus plazas por oposición como especialista en Audición y Lenguaje y Orientación escolar y ha recorrido colegios e instituto públicos de toda Navarra en los últimos treinta años. Y por la segunda, estudió Psicología, ejerce como profesor asociado en la UPNA y continúa con su pasión por seguir estudiando y aprendiendo. Siempre. Ander Domblás García (Estella, 1966) ha sido además gestor en la Administración educativa. Ha dirigido el Servicio de Ordenación e Igualdad de Oportunidades del Departamento de Educación y acaba de ser nombrado, tras un concurso de méritos, como nuevo director del Centro de Recursos de Equidad Educativa de Navarra (CREENA). Desde este lugar analiza la situación de las necesidades educativas especiales, los trastornos de aprendizaje y otras situaciones que marcan la etapa escolar.
¿Cuál es la situación actual de estos alumnos en las aulas? Hay que luchar por la equidad, que consiste en garantizar la igualdad. Lo que está claro es que cada alumno parte de un lugar. Unos llevan la mochila llena de piedras y otros vuelan en ala delta. Pero tenemos que trabajar para todos. Para que consigan evolucionar. La educación inclusiva para las personas con discapacidad es un derecho, como se pone de manifiesto en la Convención para las personas con discapacidad de 2006. No es que queramos favorecerles sino que es un derecho. Y nunca tiene que depender de la voluntad o mayor o menor implicación de los docentes.
“A nivel educativo se ha avanzado pero en la percepción social aún queda mucho qué hacer”
¿Qué ocurre con los maestros y profesores? Es clave y debe hacerse según demanda de los centros. El curso pasado se recogieron 1.600 demandas y la mitad de ellas eran de docentes que querían ayudar mejor a sus alumnos (con TDAH, dislexia, altas capacidades…) Hay mucho interés en formarse. Nosotros, a nivel técnico, debemos asesorarles y acompañarles.
Usted lleva tres décadas trabajando en este campo de la educación especial. El mismo tiempo desde que se fundó el CREENA en 1993. ¿Cómo ha evolucionado la atención a estos alumnos durante estas décadas? ¡Muchísimo! Recuerdo una de mis primeras experiencias educativas en el colegio público de Elizondo. Allí existían unas aulas cerradas, a las que asistían los alumnos con necesidades educativas especiales. Estaban siempre allí con los mismos alumnos y profesores. Y solo salían con el resto de compañeros para otras actividades. Fue la primera integración. El año pasado, sin embargo, asistí a un aula inclusiva del IES de Sarriguren, en la que se impulsaba el trabajo colaborativo. Los alumnos de 1º y 2º de ESO (12-14 años) pasaban por ese aula abierta varias veces por semana, en una ‘inclusión a la inversa’ (eran ellos los que entraban a ese aula ‘especial’). El proyecto se llama ‘Bizipoza’ (“vivir con alegría”, en euskera). Se ve cómo se está mejorando mucho.
Insiste en que se ha avanzado mucho en lo educativo (programas, recursos…) Pero, ¿qué ocurre con lo social? A este nivel, aún queda mucho por hacer. Y la mayor dificultad surge en la adolescencia. Hasta esa edad (en Educación Infantil y Primaria), los alumnos suelen ser más inclusivos con sus compañeros. Pero a partir de la ESO, van definiendo sus intereses con sus grupos de amigos. Y los alumnos con necesidades educativas especiales presentan más dificultades para integrarse y cuentan con menos amigos. Por eso, hay que favorecer contextos más inclusivos y acogedores.
Existen dos tipos de escolarización: en centros ordinarios y especiales. ¿Qué ventajas e inconvenientes tienen ambos casos? Hay que agotar las vías de inclusión en los centros ordinarios. En muchos casos, los alumnos comienzan la escolarización en ellos (públicos o concertados) y, al llegar a la ESO, pasan a centros especiales. Se persigue trabajar por una educación inclusiva adecuándola a las necesidades de los alumnos. Aún queda un largo trecho para que desaparezcan los centros de educación especial. Porque no hay capacidad para que los centros ordinarios den respuesta a toda la necesidad. ¿Qué importancia tienen las familias en estos procesos? La colaboración entre centro y familia es fundamental. Es necesario que estén involucradas.
“Es muy importante que los docentes estén formados. La educación inclusiva no depende de implicarse más o menos sino que es un derecho”
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