El caso de Miriam, de 9 años y con Trastorno del Espectro Autista, refleja la falta de compromiso del Gobierno de Moreno Bonilla con la educación especial en Andalucía
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La Junta de Andalucía, encabezada por Juan Manuel Moreno Bonilla, aboca a un fracaso cada vez mayor a los niños con necesidades especiales de educación que, sin recursos ni la atención requerida en estos casos, se ven limitados a las ratios y a las plazas disponibles en los centros públicos accesibles para todos. Miriam tiene 9 años, es la segunda de cuatro hermanos y reside en Villanueva del Ariscal (Sevilla). Tiene reconocido un retraso madurativo con Trastorno del Espectro Autista (TEA) con el correspondiente grado de dependencia. La lucha de sus padres por conseguirle un futuro digno pese a las trabas que les ponen la Junta de Andalucía y la Consejería de Educación empezó cuando Miriam cursaba los primeros años de Educación Infantil. “Vimos que le costaba mucho arrancar a leer y escribir y se nos aconsejó que repitiera tercero de infantil”, comenta Sebastián, padre de Miriam, a ElPlural.com. “Nos dijeron que le iban a poner una materia adaptada y que con eso seguramente arrancaría. Pero por muchas materias adaptadas que le pongas, si Miriam no tiene a los profesores de necesidades especiales al lado sentados, no va a arrancar. Es como si fuese un bulto en la clase que pinta y colorea”.
Ante la escasez de recursos que le ofrecían a la familia, no por parte del centro -el CEIP Manuel Castro Orellana- sino por la incapacidad del gobierno de Moreno Bonilla de dedicar fondos y recursos económicos a ampliar la plantilla de docentes especializados, decidieron solicitar plaza en otro centro concertado donde sí que era posible recibir la atención que Miriam requiere. Se trata del colegio Huerta Santa Ana en Gines (Sevilla) y, pese a que inicialmente no podían matricular a su hija por cuestiones de ratio en tercero de primaria, “nos dijeron que teníamos que cumplimentar un anexo 9 para casos especiales como el de Miriam”.
«Tienen los centros como auténticos barracones»
Sin embargo, tras hacer lo debidamente correcto y necesario en esta situación y preparar toda la documentación solicitada, en septiembre, a una semana del inicio del curso escolar, se les confirmó que Miriam no iba a poder acceder al centro. “No entendemos de discapacidad, nos da igual que su hija tenga o no discapacidad. En el colegio donde quieren meter a su hija está dos plazas por encima de la ratio. Yo no miro documentación médica, solo miro la ratio”, esta fue la respuesta que los padres de Miriam recibieron por parte de una funcionaria de planificación escolar en el Huerta Santa Ana.
Ante ello, Sebastián, padre de la menor, denuncia que en la mayoría de centros e institutos se esté superando la capacidad de alumnos y que en este, que sí dispone de recursos para educación especial, no se pueda aumentar una plaza para que su hija reciba la educación que merece. “Nos dicen que no pueden por la ratio cuando tienen los centros de Andalucía como auténticos barracones de guerra. Los profesores del instituto de aquí están desesperados porque hay ocho por encima de la ratio y mi hija solo ocuparía una plaza más en tercero de primaria en ese centro”.
La única solución: los centros privados. De la misma manera, Sebastián destaca también que no solo no le admiten en los centros con capacidad para ello sino que no ofrecen otras opciones más allá que la de matricular a la menor en un centro privado. “Nos dijeron que busquemos un centro privado que ahí sí que tendremos plaza, centros donde se paga entre 900 y casi 1500 euros al mes. Si no estoy de acuerdo con los recursos que nunca me han dado, que me vaya a un privado. Era la única opción”. Una alternativa que, evidentemente, no está al alcance de la mayoría. “Sabemos de padres que están en esta misma situación y que están pidiendo préstamos para que sus hijos puedan recibir la educación y atención necesarias”.
«Las alternativas las estamos buscando los padres»
Esta situación y este nuevo curso escolar en el que Miriam seguirá asistiendo a clase a diario pero sin la enseñanza especial y justa que merece se produce casi un año después de que los profesores de educación especial, PTIS (Personal Técnico de Integración Social), se declarasen en huelga ante la inacción del gobierno de Moreno Bonilla con la educación de estos niños, pese a que los alumnos con necesidades especiales aumentaron en un 30% en los últimos cinco años en Andalucía.
Lo que entonces los profesionales requerían sigue intacto y sin respuesta a día de hoy. De hecho, Sebastián expresa que “las únicas alternativas son las que estamos buscando los padres”. Además, se refiere también a la falta de compromiso de la Junta con las bolsas de trabajo. “Las bolsas de trabajo de la Junta están llenas y sin abrir, hay gente preparada para con estos niños y no las abren porque no se quieren gastar dinero”.
Incongruencias del ejecutivo andaluz
Este mismo lunes, en lo que ya parece un intento de rebajar las protestas pese a que nunca llegue a materializarse, la consejera de Educación de Andalucía, Carmen Castillo Mena, ha anunciado un aumento de los docentes destinados a la educación especial. Pero ante ello, la desesperación y la impotencia responden así: «¿Dónde están? Se les llena la boca prometiendo contrataciones de docentes. Que me digan a mí dónde están, porque mi hija Miriam no tiene ninguno».
Un anuncio que, además, resulta contradictorio con la decisión que hace apenas un mes tomó el gobierno de Moreno Bonilla con el rechazo de 112 millones de euros para la creación de 12.000 plazas de educación infantil y primaria. «Miriam otro año más va a estar en la misma situación, no les interesa que haya niños con necesidades especiales porque requiere mucho más dinero, un dinero que Moreno Bonilla rechazó hace un mes».
Con todo ello, sumadas la inacción de la Junta con la falta de respuesta y compromiso por parte de la Consejería de Educación, las familias como la de Miriam se enfrentan ahora a un nuevo curso escolar con la incertidumbre del futuro de sus hijos, en lo que ya es una cuestión humana más que política. «Aquí no estamos hablando de poderes políticos, aquí estamos hablando de niños«.
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