Por Herminia Moya Alba

 

Domínguez Francisco J. 7 de diciembre del 2020. ‘Colita’ dona su colección de fotos de Ocaña a Cantillana. El Correo de Andalucía

En el libro titulado Historia queer del flamenco: Desvíos, transiciones y retornos en el baile flamenco (1808-2018), escrito por Fernando López Rodríguez (Madrid, 1990), bailaor, coreógrafo e investigador en danza, se refleja la idea reivindicativa a través de figuras y espacios que han sido “marginados” a lo largo de la historia del flamenco. Dentro de este margen se pueden encontrar desde feministas, travestis, machorras, afeminados… hasta gitanos, personas con diversidad funcional, intelectual, etc.

Este libro se divide en tres grandes capítulos muy bien diferenciados. En el primer capítulo; Emergencia y desvíos del género (1808-1975) trata temas como la identidad nacional, de género, la estética del flamenco, pasando por temas como La prostitución masculina en los cafés cantantes, temas relacionados con la creación del tablao y la invención del baile flamenco tradicional (1954), llegando hasta El travestismo flamenco entre 1936 y 1960. El segundo capítulo se centra en las Transiciones y nuevas identidades (1975-2008), dando una explicación sobre la transición de género en el flamenco desde el Travestismo escénico tras 1960 hasta El capital erótico de los bailaores. Y por último un tercer capítulo, más enfocado en los últimos años, trata sobre la Reactivación y circulación del tablao en tiempos de crisis (2008-2018).

Gracias al turismo internacional que tuvo España a partir de los años cincuenta, se incentivó un ambiente más liberal, un ambiente gay o underground que se daba en sitios como en Tony’s (1962), que fue el primer bar gay español, situado en Torremolinos (Málaga). Fue aquí cuando los travestis empezaron a hacer sus shows, en los cuales imitaban a artistas como Lola Flores o Rocío Jurado, su papel era enfocado al divertimento y surgieron figuras, bastante reivindicativas, como son Mr Artur, Paco España, Marquesa, entre otras. Aquí nos centraremos en dar a conocer un poquito más a José Pérez Ocaña.

La figura de José Pérez Ocaña, más conocido como Ocaña. Es uno de los únicos travestis de la época de los 70 que, además de llevar por bandera la copla y la canción española, tuvo un estrecho vínculo con el cante jondo. Algo a destacar del artista respecto a sus coetáneos es que los espacios de representación en los que actuaba eran muy variados; exposiciones para galerías de arte, presentaciones callejeras para grabaciones de cine, ateneos libertarios, entre otros.

Ocaña fue una persona nacida para destacar, artista en sí mismo. Solo su presencia suscitaba la crítica, -ya fuera positiva o negativa-. Buscaba la reivindicación de ese conflicto existente en términos de género, principalmente con su manera de vestir, donde con regocijo se paseaba por las Ramblas de Barcelona levantando su falda para mostrar su sexo.

En una de sus actuaciones en las Jornadas Libertarias de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) recita textualmente:

El verano ha pasado y ahora llega el otoño y todo son hojas verdes.
Me quiero quedar desnudo como los árboles del otoño, ¡Que no me sirve la ropa! Si al mundo vine sin ropa, porque la represión me ha puesto estos cuatro trapos sucios, que yo no quiero la ropa, que yo se la doy a mi público y aquí la tienen señores, que estoy desnudo.

Ocaña utiliza la desnudez como un símbolo de libertad. Al liberarse de la ropa se deshacía de esos códigos sociales que ya venían impuestos. Esto le hacía ser libre, ser como él quería ser, luchador, reivindicativo, artista, pero sobre todo una persona libre.

Véase en el min 1:08:

Bibliografía

– Rodríguez López Fernando. Historia queer del flamenco: desvíos, transiciones y retornos en el baile flamenco (1808-2018)

Interacciones con los lectores

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