Cuando se habla de instituciones, una de las primeras que quizás nos venga a la cabeza es el DINERO. Sabemos lo importante que es y que es el eje en torno al cual giran todas las transacciones. El dinero tiene tres funciones para una sociedad: sirve de medio de cambio, porque las operaciones económicas se saldan (se pagan y cobran) con dinero; funciona como unidad de cuenta, pues se trata de un patrón de medida mediante el que se establece el valor de los distintos bienes y servicios; y actúa como un depósito de valor, ya que permite trasladar capacidad de gasto del presente al futuro (es decir, podemos guardar el dinero y utilizarlo en el futuro según nuestras necesidades, lo que indica que el valor que tiene es de utilidad en cualquier momento).
En la actualidad, lo que se utiliza casi siempre para comprar y vender es el dinero fiduciario, es decir, el que no posee ningún valor por sí mismo (no tiene valor intrínseco), pero el propio estado le imprime ese determinado valor. Un billete es de curso legal, no porque per se tenga el valor que indica, sino porque el Banco Central así lo asume (en nuestro caso, 5 €, 10 €, 20 €, 50 €, 100 €, 200 € y 500 €), y por lo tanto la totalidad del público así lo acepta.
Pero hasta que no emergió el dinero fiduciario, existió lo que se denomina dinero mercancía, que es el que sí tiene valor por sí mismo (o valor intrínseco). El funcionamiento de este tipo de dinero lo podemos comprender con claridad a través del trueque: el intercambio de una mercancía por otra (trigo por gallinas, tabaco por ropa, manzanas por pescado, herramientas por servicios médicos… y así infinitas posibilidades). Pues bien, el dinero mercancía es dinero porque cumple con las tres funciones del mismo (medio de cambio, unidad de cuenta y depósito de valor). Además, tiene un valor intrínseco porque por sí solo posee una utilidad cuantificable, según sus prestaciones y demanda.
Sin lugar a dudas, el dinero mercancía más destacado y conocido es ese famoso metal llamado oro: cumple perfectamente con las funciones del dinero y posee variadas utilidades (en joyería sobre todo).
Para comprender mejor y de forma amena la transformación del dinero mercancía en dinero fiduciario, recurramos al ejemplo clásico que suele proponerse al respecto, referido al peculiar sistema monetario existente en la isla de Yap.
Yap es una isla del Pacífico occidental, ubicada en Micronesia. Los habitantes de esta isla desarrollaron un tipo de dinero basado en unas piedras redondas (llamadas rai o fei), de diferentes tamaños y pesos, con un círculo en el centro para poder hacerlas girar mediante un eje. El interés de estas piedras radicaba en el tipo de roca con que estaban hechas, la caliza, que no existía en la isla de Yap pero si en la isla de Palaos, ubicada a considerable distancia. Es por eso que los yapeses concedían una enorme importancia a estas piedras, que utilizaban como medio de pago en sus transacciones de todo tipo. Ni que decir tiene que utilizar ese tipo de dinero se hacía sumamente complicado y fatigoso, pues había que trasladar las piedras vía marítima, exponiéndose a perecer cuando había temporal. Con el paso del tiempo y para evitar esa incomodidad, surgió una convención social en Yap, de manera que empezó a aceptarse un derecho de titularidad sobre los rai en lugar de la piedra en sí, lo cual facilitó extraordinariamente las transacciones. Ya no había que trasladar físicamente los pesados rai, bastaba con demostrar que poseías la titularidad de los mismos con dichos títulos, que pasaron a aceptarse como medio de pago.
Este curioso sistema monetario ha sido y es objeto de estudio, destacando el trabajo del antropólogo norteamericano William Henry Furness, quien en 1910 le dedicó una obra: “The island of stone money”.
Al igual que en el caso del dinero, otras instituciones fundamentales para el funcionamiento de la economía han sido objeto de una transfiguración a lo largo de la historia, cristalizando hoy día como lo que son (la banca, los seguros, la bolsa de valores…).
Andrea Sánchez Martín dice
Con la modernización de las instituciones, llegó la sustitución del trueque por lo que conocemos como “dinero”. Actualmente, sigue existiendo el trueque aunque pensemos lo contrario y nuestra Constitución así lo contempla. En algunos casos expresamente mencionados se permite el pago a la Administración Tributaria en especies, con obras de arte del Patrimonio Histórico Español.
Yunes Salah dice
Lo más relevante es que en la actualidad, lo que se utiliza casi siempre para comprar y vender es el dinero fiduciario, es decir, el que no posee ningún valor por sí mismo , pero el propio estado le imprime ese determinado valor. Un billete es de curso legal, no porque tenga el valor que indica, sino porque el Banco Central así lo asume , y por lo tanto la totalidad del público así lo acepta.
Celia Oliva Rueda dice
El origen del dinero se remonta a las economías de trueque, en las que no existe ningún medio de cambio comúnmente aceptado y los bienes se intercambian directamente por otros bienes. Esto, sin embargo, genera un problema de doble condición y dificulta los intercambios; por un lado, requiere que las necesidades de los individuos interesados coincidan; por otro lado, el valor de los bienes también debe ser equivalente, ya que estos no suelen ser divisibles y alguna de las partes podría ganar o perder más que la otra.
Por esto, podemos decir que el dinero es una institución abstracta y social que multiplica las posibilidades de intercambio entre individuos, ya que elimina los problemas mencionados, exige la necesidad de entendimiento entre las partes, obliga a que confluyan distintos dialectos e idiomas y conforma el comportamiento moral y jurídico que hace posible la vida en sociedad. Si ponemos de ejemplo a una sociedad primitiva, la falta de unos recursos y exceso de otros motiva a buscar el intercambio, pero para que este sea posible, las partes deben entenderse aunque no compartan idioma, lo cual, con el paso de los años, llevaría a buscar un lenguaje que unificase e hiciera que todos pudiéramos comunicarnos con más facilidad; de la misma manera, el modo de formalizar un intercambio, ya que no existían leyes escritas, era llegando a un acuerdo y haciendo un trato verbal, o dándose un apretón de manos, que ha derivado en lo que hoy se conoce como un contrato de compraventa amparado por el Derecho.
El dinero también es un modo de coordinación social, ya que utilizamos un tipo de dinero concreto y lo aceptamos como medio de pago y cobro porque sabemos o creemos que los demás individuos con los que nos relacionamos también lo harán. El dinero, entonces, es una institución que se mantiene por los intereses comunes de todos los individuos participantes.
A lo largo de la historia han existido distintos tipos de dinero. En las primeras sociedades, en las cuales no había una organización como hoy en día, los bienes que tenían función de dinero tenían valor intrínseco, a lo que se denomina dinero mercancía. Se buscaban bienes duraderos, transportables, divisibles, homogéneos y de oferta limitada. Las mercancías que frecuentemente se elegían eran los metales preciosos, en especial el oro y la plata, pero presentaban la dificultad de que su calidad y pureza, así como su peso, debían ser evaluados en cada intercambio. Esto desapareció con la acuñación de monedas, estampando la autoridad competente su sello como garantía de peso y calidad. Más tarde se recurrió al papel, ya que cumple con todas las características que debe cumplir una mercancía que pretende usarse como dinero, pero no tiene valor por sí mismo, sino que este está refrendado por quien lo emite, y la gente tiene fe de que el emisor responderá de él: esto es lo que se conoce como dinero fiduciario. Finalmente, apareció el dinero papel de pleno contenido: certificados de papel respaldados por depósitos de oro o plata de igual valor al de los certificados emitidos.
Ya en la Edad Contemporánea, en el año 1949, apareció la tarjeta de crédito. Esta comenzó siendo aceptada en tan solo 14 bares de Nueva York, pero en tan solo un año ya era usada por más de 20.000 personas; actualmente, la mayoría de la población cuenta con una tarjeta de crédito. Más tarde, entre el 2009 y el 2011, surgió ‘’Google Wallet’’ y aparecieron las criptomonedas, modernizando aún más las formas de pago. La criptomoneda en concreto ha creado polémica; esta divisa digital, en un principio, facilita transacciones seguras y minimiza los gastos de procedimiento; sin embargo, no se encuentra respaldada por ningún gobierno, que, junto con la gran volatilidad con que cuenta, hace que no termine de encajar en el sistema financiero.
Incluso los bancos han ido evolucionado y se han adaptado a los cambios de la sociedad. Desde su creación en el año 1397 y su expansión en forma de sucursales físicas, el número de oficinas ha disminuido notablemente en los últimos años, y han sido sustituidas por modelos digitales que permiten al usuario tener control total sobre los movimientos y transacciones de su cuenta, brindándole la oportunidad de formar parte de un banco de forma completamente digital.
reda dice
Muy interesante la historia de la isla Yap.
mjaznar dice
Gracias, Reda.
¿Podrías profundizar un poco en tu comentario?
Ha sabido a poco.