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La Primera Guerra Mundial supuso la destrucción del auge modernizador europeo que surgió con la Revolución Industrial. Este acontecimiento propició la política de neutralidad española, puesto que nuestro país no se veía en las condiciones militares adecuadas para declararle la guerra a ningún Estado. Las secuelas del desastre del 98 estaban muy presentes en la sociedad, la política y sobretodo en nuestro ejército. No obstante, España se vio implicada indirectamente suministrando productos a los contendientes. Los depósitos del Banco Central fueron aumentando a medida que se desarrollaba el conflicto, pero el desabastecimiento por la reducción de las importaciones provocó un aumento de los precios. Además, la desigual distribución de la renta alentó las revueltas de campesinos, lo que se conoce como el ´´Trienio bolchevique´´.
Si bien nuestro país no era un aliado militar fuerte, sí lo era desde el punto de vista estratégico por nuestra posición geográfica. El papel de España durante la contienda fue, desde mi punto de vista, totalmente acertado porque las consecuencias que podrían haber derivado de la entrada de nuestro país en algún bando de los países beligerantes, hubieran sido desastrosas.
Finalmente, la ineptitud de los gobiernos españoles ante las tensiones políticas y sociales motiva el Pronunciamiento del General Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923 con el apoyo de gran parte del ejército y del rey Alfonso XIII.
40. ESPAÑA Y LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
El documental aporta mucha información sobre la Gran Guerra en general y especialmente sobre el papel de España en la misma. Sin embargo, no es fácil en ocasiones seguir el hilo del argumento ya que se producen constantes saltos tanto en el tiempo como en los temas que se tratan. A continuación se citan los más importantes en el orden que aparecen en el documental.
Sin duda la cuestión más relevante va a ser la neutralidad española en la guerra, si bien hubo ciertas pretensiones sobre Gibraltar, Tánger e incluso Portugal que no llegarían a nada concreto.
La última etepa de la guerra coincide con la propagación de la denominada «gripe española» que produciría una elevada mortalidad en todo el mundo pero sobre todo en los países beligerantes.
La etapa previa a la guerra, desde finales del siglo XIX, se conoce como Belle Epoque pero también como Paz Armada y es el periodo en el que surgen y se arman los dos bandos que se enfrentarán en la guerra: la Triple Entente y la Triple Alianza.
En relación con esto último, se aborda la cuestión de la responsabilidad del comienzo de la guerra. Según Fischer, la culpabilidad recaía enteramente sobre Alemania, pero hoy en día los historiadores consideran las culpas más generalizadas.
En España a esas alturas ya era evidente la crisis del sistema de la Restauración que llevaría a la dictadura de Primo de Rivera y tras esta el propio fin de la monarquía de Alfonso XIII.
Durante la guerra se suceden los gobiernos del conservador Dato y el liberal Romanones, aunque ambos mantienen una estricta neutralidad debido al débil ejército español, aún maltrecho tras la pérdida de las últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) y envuelto en la intervención en Marruecos. De hecho, como ya dijo Manuel Azaña en esos momentos España era neutral porque no podía ser otra cosa.
Son poco conocidas las labores humanitarias llevadas a cabo por Alfonso XIII durante la guerra, no por ello menos importantes. Lo que sucede es que en gran medida quedaron eclipsadas por los efectos económicos y sociales tan profundos que se produjeron en España como consecuencia de la guerra. En este sentido, la exportación de numerosos productos a los países beligerantes benefició a la práctica totalidad de los sectores económicos españoles: banca, minería, siderurgia vasca, textil catalán e incluso agricultura pero con la contrapartida de una fuerte inflación que llevarán a la proliferación de protestas y revueltas sociales sobre todo en el denominado «trienio bolchevique» (1918-1920). En cuanto a las sociedades se produce un claro aumento en su número entre 1916-1920 pero caracterizadas por su baja productividad y además no reinvierten sus beneficios en la propia industria sino en actividades especulativas, por lo que la crisis de posguerra no tarda en llegar.
No obstante, la triple crisis de 1917: juntas militares, asamblea de parlamentarios y huelga revolucionaria, supone la descomposición definitiva del sistema de la Restauración, aunque curiosamente el documental no se detiene apenas en estas crisis.
Por otra parte, también se ofrecen algunos ejemplos de los avances de la sociedad y la economía españolas, como el caso de la fabricación de motores por la empresa hispano-suiza, el desarrollo urbanístico como la Gran Vía en Madrid y el ensanche barcelonés o la aparición de la sociedad y espectáculos de masas: cine, prensa, deportes, etc. Aunque habría que puntualizar que estos avances se producían sobre todo en las grandes ciudades ya que en el ámbito rural predominaba el atraso.
También este atraso era evidente en la legislación laboral con respecto a otros países europeos y que comenzará en España a partir de 1900. En un primer momento impulsada por el conservador Maura y su revolución desde arriba, por ejemplo con la creación del Instituto de Reformas Sociales.
La situación geográfica de nuestro país hizo que se convirtiera en un espacio estratégico sobre todo en la guerra submarina (España perdió 87 barcos) y el espionaje, como la famosa Mata Hari que fue apresada en España pero también Pilar Millán Astray. En cualquier caso el papel más importante fue la aportación de materias primas.
En el plano interno, la guerra produjo una profunda división política e ideológica que fue muy patente en la prensa, como por ejemplo la revista España de Ortega y Gasset que sobrevivió gracias a aportaciones económicas aliadas (francesas e inglesas).
Otra cuestión de actualidad en la España del momento era la referente a los nacionalismos periféricos, sobre todo catalán y vasco, de ahí la incorporación de Cambó en diferentes gobiernos presididos por Maura. De hecho el propio Cambó asistió al Tratado de Versalles atraído por el derecho de autodeterminación de las nacionalidades que defendía el presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson, pero este defendía únicamente su aplicación para los países que participaron en la guerra. En este contexto se llegó incluso a redactar un proyecto de autonomía para Cataluña pero que no llegaría a concretarse y poco después se olvidaría durante la dictadura de Primo de Rivera.
Por último y curiosamente, el documental acaba explicando de forma breve el desarrollo y las diferentes fases de la guerra: movimientos, estabilización (trincheras) y desgaste, entrada EEUU en 1917 y salida Rusia debido a la revolución comunista, campaña final de 1918 y armisticio. Las consecuencias principales que se citan como conclusión son la pérdida de la hegemonía europea a nivel mundial, que pasaría a EEUU, y la aparición de los totalitarismos, comunismo y fascismo, que llevarían a la Segunda Guerra Mundial. Por esto sorprende la ausencia de John Maynard Keynes en el documental, ya que como testigo de privilegio en el mismo Tratado de Versalles que finalmente abandonaría, ya advirtió de lo por venir en Las consecuencias económicas de la paz.
Creo que España hizo bien en mantenerse neutral ante los problemas que ocurrían ya que así pudo mantener el apoyo del gobierno y recibir su ayuda durante un buen tiempo, aunque después tuvo que entrar en una recesión durante la guerra.