Ese indicador del nivel de la actividad económica que es el PIB, representa el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos en un país durante un año.
Así, tal cual, esta definición resulta muy simple. Por eso conviene aclarar algunas nociones, para lo que vamos a desgranar los distintos términos que componen el concepto de Producto Interior Bruto, así como los elementos que aparecen en su definición:
PRODUCTO
Este término abarca los muy diversos bienes (productos tangibles) y servicios (productos intangibles) que se obtienen en la economía: coches, pantalones, frutas, ordenadores, lavadoras, servicios de peluquería, honorarios de la agencia inmobiliaria, limpieza del hogar, agencia de viajes, clases particulares, etc. Los encargados de obtener estos productos son los llamados SECTORES PRODUCTIVOS:
- El sector primario. Abarca todas las producciones que se obtienen mediante las siguientes actividades: agricultura, ganadería, pesca, actividad forestal y minería.
- El sector secundario. Comprende lo que se produce a través de la industria, la construcción y la generación de energía.
- El sector terciario. Este sector es el encargado de obtener todos aquellos productos que no tienen una entidad física, por lo que son intangibles. Entre las actividades económicas que los producen se encuentran las de: restauración, hostelería, asesorías, agencias de viajes, despachos profesionales, banca, enseñanza, sanidad…
INTERIOR
Esta noción hace referencia a que, para formar parte del PIB, los productos (bienes y servicios) se deben obtener en el INTERIOR de las fronteras de un país, ya sea por empresas nacionales (en nuestro caso, empresas españolas) o por extranjeras (siempre que sean empresas establecidas en el interior de nuestras fronteras nacionales).
Por ejemplo, el PIB incluye el producto obtenido por una empresa canadiense que opere en España, pero no el que pueda generar una empresa española que opere en Canadá. Sin embargo, esta última producción si estaría comprendida en el PNB (Producto Nacional Bruto), un concepto próximo al PIB que incluye todo lo que producen las empresas españolas (“nacionales”) en un año, ya sea dentro de España o en cualquier país extranjero.
BRUTO
El término BRUTO que contiene la expresión PIB se refiere a que la valoración de los bienes y servicios producidos se hace en términos brutos, es decir, sin descontar la depreciación (o pérdida de valor) que sufre la maquinaria de las fábricas como consecuencia de su aplicación a los procesos productivos. Esto tiene su lógica, pues si se trata de valorar lo producido, habría también que valorar lo perdido por culpa del desgaste, y así obtener la producción NETA. De eso se ocupa un indicador muy próximo al PIB: el Producto Interior Neto (PIN).
FINALES
La expresión PRODUCTOS FINALES quiere decir que, para calcular adecuadamente el PIB, se no se incluyen los bienes o inputs intermedios (los que se utilizan para producir bienes finales), ya que con posterioridad formarán parte de un bien final. Si se contabilizaran los bienes intermedios se produciría una doble contabilización.
Por ejemplo, si se fabrican unos botones que posteriormente se van a incorporar a una chaqueta, cuando el valor de la chaqueta se refleje en el PIB llevará incluido el de los botones, por lo que habrá que restar el valor de estos del que corresponde a aquella prenda.
PRODUCIDOS DURANTE EL AÑO
El PIB se calcula valorando en términos monetarios todos los bienes y servicios finales producidos EN UN AÑO en un país. De esta manera, el PIB de 2018 incluye, por ejemplo, la venta de un coche fabricado en 2018, pero no incluye la venta en ese mismo año de un coche de segunda mano que fue producido en 2007, pues ya se contabilizó en dicho año, cuando se produjo.
—
Aclaradas estas cuestiones, habría que preguntarse quién o quienes se ocupan en un país de calcular el PIB. En España es el Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es) el encargado de tal misión, a través de la aplicación de un procedimiento denominado “Contabilidad Nacional”.
No obstante, para medir con mayor precisión la riqueza económica de un país y poder hacer comparaciones internacionales realistas, conviene relacionar el PIB con su población.
La razón se puede ilustrar con este sencillo ejemplo: supongamos que tanto en el país Alfa como en el Beta el PIB asciende a 100.000 millones de euros; pero existen 25 millones de habitantes en Alfa frente a 47 millones en Beta. En el caso de Alfa, si se divide el PIB entre la población da como resultado 4.000 euros por habitante, mientras que en Beta resultaría 2.127,6 euros. En conclusión Alfa es “más rico” que Beta, si bien el valor de la producción es idéntico en ambos.
Por ello, para comparar el nivel de bienestar de dos países hay que utilizar el indicador PIB PER CÁPITA (PIB / nº de habitantes).