La vida no te prepara para lo difícil y sobre todo, no te prepara a perder un ser querido. Hoy los recuerdos surgen a borbotones y más aquellos en que la complicidad de un hermano mayor se torna risas y cariño, pero jamás vacío. Sus palabras, su voz, su cara están siempre con nosotros, siempre Ignacio. Tus hijos y tu mujer, son tú. Ver reír a esos niños es sentirte dentro de nuestro corazón. No estás, pero no te has ido, estás ahí con ellos y con nosotros. Estuviste con nosotros cuando te necesitábamos y ahora te necesitamos más que nunca, por eso sigues ahí.