Cada día Carmen le dice a su hijo esta frase cuando la llama para saber de ella, porque no puede ir a verla. Este agradecimiento va dirigido a nuestros vecinos. Es un reconocimiento a su generosidad y reivindica la recuperación de la convivencia vecinal. Porque aunque se nos pide aislamiento social, no nos sentimos solos.
¿QUIÉNES SON?
Ella es Alicia, que cada día baja un plato de comida a su vecina del primero, Carmen, de avanzada edad y cuyo único hijo vive lejos. Otra es Laura, que cuida de Sandra, con una enfermedad inmunológica, para quien las medidas de protección son aún más estrictas. Cada semana Laura le hace la compra y se la deja en su puerta, para respetar las normas de distanciamiento. Hablan a diario para saber cómo les ha ido el día. También Álvaro, un joven universitario que le ha dejado a su vecino mayor una Tablet para que pueda tener vídeo llamadas con sus nietos.
¿QUÉ HAN HECHO?
Todos ellos son muchos personas anónimas que, sin haber ganado grandes batallas, tienen sus preocupaciones y son pequeños héroes para sus vecinos. Cuando salgo cada tarde a la terraza a aplaudir la labor de nuestros sanitarios, veo a diario a un vecino mayor que aplaude igualmente y sé que todo le va bien.
Estos vecinos son también un grupo de nueve mujeres que no se conocían, pero han puesto en funcionamiento una red de apoyo con más de 250 voluntarios. Sin saber muy bien cómo, su ayuda ha dado forma al proyecto “Operación vecino”, una cadena solidaria de atención inmediata. Con el apoyo de la tecnología han tejido una red social física que ofrece asistencia a personas que lo necesitan, principalmente mayores que viven solos, personas enfermas o con trabajos en precario, por ser los más vulnerables a la crisis del coronavirus. Para muchas personas mayores, el aislamiento les supone miedo, tristeza, ansiedad, e incluso cierto deterioro cognitivo.
Sara y Sonia, dos jóvenes con ganas de ayudar han desarrollado la plataforma ¿Tienes sal?, basada en aplicaciones existentes en otros países. Permite registrarse por código postal y ofrecerte de manera altruista para ayudar a una persona dependiente o hacer la compra a quien lo necesite. Una iniciativa que propone cercanía y solidaridad entre la gente. Incluso para quienes la tecnología no es factible, siempre se puede colgar un cartel en el portal o en la puerta de algún vecino en situación de vulnerabilidad, para ofrecerle ayuda.
Debemos reconocer y valorar la labor de las asociaciones vecinales para favorecer estas redes de solidaridad. Algunas han desarrollado en colaboración con sus ayuntamientos plataformas como FrenaLaCurva, que utiliza la geolocalización para conectar a voluntarios que ofrecen ayuda con personas mayores y grupos de riesgo que la necesitan para sus tareas básicas diarias. No tratan de suplantar a los servicios sociales de las administraciones, sino mostrar la importancia de ser solidarios con los demás. Tienen incluso desarrollado un blog en el que recogen algunas de las historias más relevantes.
Dejamos hace tiempo de utilizar los timbres y las relaciones con los vecinos fueron las víctimas colaterales de nuestro propio aislamiento. Desde hace unas semanas, esta nueva forma de vida, que nos limita a las paredes de nuestra casa, nos ha cambiado y ha dejado al descubierto la importancia de cosas tan normales y sencillas, como tomar una cervecita en una terraza o abrazar a nuestros familiares y amigos. Cuando ahora salimos a nuestros balcones a respirar hondo y ver el sol, miramos a nuestros vecinos y nos saludamos, intentando no invadir su intimidad. Te das cuenta de lo que significa su apoyo y que debemos recuperar la identidad, quizás perdida, de nuestros barrios. La situación de confinamiento nos ha hecho menos individualistas. Los que hemos crecido en pequeños pueblos hemos visto cómo los vecinos sacan las sillas a la puerta de sus casas y tienen tertulias con las que arreglan su pequeño mundo.
Ahora que se nos impone un aislamiento social, las relaciones entre los vecinos son más fluidas y nos importan más sus preocupaciones. Nos hemos dado cuenta de “lo que de verdad importa”. Y es que el coronavirus separa a personas, pero no nuestros corazones.
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Juan Suárez dice
Ver situaciones como esta en tiempos de pandemia, como español, es un gran motivo de orgullo. No solo es un gran gesto por parte de la comunidad de vecinos si no que, como se ha hecho viral en los últimos días, no todas las comunidades de vecino tienen ese nivel de solidaridad y empatía. Por las redes sociales se han publicado imágenes de comunicados que han puesto ciertos vecinos, principalmente a personas que salen diariamente de su casa con el único motivo de ir a trabajar, llegando a pedirles incluso que abandonen su domicilio.
En esta situación que estamos pasando necesitamos mas que nunca unidad y empatía entre todos, y este es un gran ejemplo de lo que si se debe hacer.