“Puedo sacar huellas hasta del aire”
De esa forma fue como un investigador forense nos revelaba sus habilidades extrayendo huellas en la famosa serie de televisión CSI.
Cuando terminé de configurar este blog, la primera cuestión que me saltó a la mente era cómo explicar, en pocas palabras, cuál es mi actividad investigadora. No es tan difícil: ayudo a obtener información sobre la atmósfera terrestre. Enviamos haces láser para que choquen con las partículas que flotan en el aire, medimos su reflejo, hacemos muchos cálculos (esa es mi parte) y deducimos qué pasa por ahí arriba: cuántas partículas hay, qué tamaño tiene, de qué están hechas cómo afectan a nuestro clima y ese tipo de cosas.
Pero este es un blog de investigación y no quería tratar al lector (usted) como si fuese un niño peuqeño, así que no me sonaba bien soltar algo del tipo “disparo rayos láser al aire y veo qué pasa” por muy bien que suene.
Es enconces cuando me acordé de una analogía que leí hace tiempo en uno de mis libros de referencia (el de Bohren-Huffman), relacionado con las huellas de un dragón, y entonces caí en la cuenta de que, en esencia, lo que yo hago es sondear la atmósfera en busca de huellas reveladoras de la actividad de las minúsculas partículas que flotan en nuestra atmósfera.
Soy un buscador de huellas en el aire.
En las próximas entradas tengo la intención de explicaros las bases científicas de mi trabajo. Quiero hacerlo de forma que resulte amena y fácil de leer, pero no por eso voy a recortar en rigor. Sí, podría ir directamente a mis resultados, mis “papers” y demás estudios serios, pero a menos que sea usted conocedor del tema no va a entender gran cosa. Y no quiero restringir mis entradas a los sabios del tema, sino que mi blog Huellas será accesible a cualquier, digámoslo así, lego en la materia.
Voy a enseñarle cosas, si me lo permite usted. De ese modo, cuando termine podrá usted entender mejor mi trabajo, lo que hago y por qué lo hago. Creo que es lo justo. A fin de cuentas, mi trabajo lo paga usted. Todo lo que yo tengo para trabajar, el ordenador en que escribo estas líneas, la mesa de despacho (y el propio despacho), mi sueldo, las dietas de mis congresos, los fondos europeos con los que compramos instrumentos y pagamos becarios; todo sale del mismo sitio: de su bolsillo.
Así que relájese y disfrute, que esto le pertenece a usted.
Fin de la presentación. Pronto volveremos a vernos.
ManOwaR dice
¡Vamos, trabaja! ¡Que para eso te pagamos!
Bromas aparte, estoy deseando leer la primera entrada!
Arturo Quirantes dice
Es que LITERALMENTE me pagáis para eso. Y sí, adoro mi trabajo
(y tú escribe también, que nos tienes en ayunas)