Esta novela histórica seguro que no le será ajena a muchos lectores y, sobre todo en particular, a aquéllos que tienen un especial interés por la historia de Vlad III, también conocido como Vlad El Empalador. Este temible y cruel personaje histórico, más conocido popularmente como Drácula, gracias a la novela del mismo nombre, obra del genial escritor irlandés Bram Stoker, gobernó Valaquia como príncipe -el sur de la actual Rumanía- entre 1456 y 1462. De él destaca sobre todo su feroz lucha frente a la invasión de los sanguinarios y tiránicos turcos otomanos en Europa, principalmente en Valaquia, de los que aprendió -e incluso superó con creces- las más diversas, abominables e inimaginables técnicas de tortura de las que el ser humano es capaz, entre las que se encuentra el empalamiento en vida. Su lucha frente al invasor le ha granjeado el recuerdo como héroe nacional de la actual Rumanía.
Dracul y la Orden del Dragón
La aparición puntual de unos libros extrañamente exactos, cuyo único contenido en la página central es la xilografía de un dragón que representa el símbolo de la orden que lleva este mismo nombre, de edición tan antigua y excepcional, que ni los propios expertos en historia medieval -protagonistas de La historiadora-, son capaces de ubicar en el tiempo. Este es el nexo que unirá el destino fatal de los personajes -todos ellos eruditos de excepción- que dan vida a esta novela. Personajes que, en algunos casos, distan entre sí miles de kilómetros e incontables, aunque superables, diferencias culturales. Sin embargo, a todos ellos les une su pasión por los libros antiguos y la historia, concretamente, la historia medieval.
Leyenda e historias unidos
Con La historiadora, Elizabeth Kostova consigue fusionar de forma magistral las leyendas de un pueblo especialmente supersticioso -el rumano-, con la época de la invasión de los turcos otomanos en Constantinopla y su expansión hacia Europa.
Se trata de una novela ricamente documentada. Muestra de ello es el tiempo que su autora tardó en recopilar la información necesaria para poder relatar la historia que nos presenta. Alrededor de diez años de investigación fueron imprescindibles para que La historiadora pudiera ver la luz. Entre otras muchas razones, ésta hace que la lectura de esta obra tenga un valor excepcional para aquel que quiera impregnarse de una parte muy importante de la historia de la Europa del este durante la expansión de los turcos otomanos.
Imagen cortesía de www.bibliofiloenmascarado.com
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