El inicio de la impresión en 3D se remonta varias décadas atrás cuando se desarrollaron las tecnologías de impresión de tinta. A partir de estos primeros desarrollos, el avance de la tecnología de impresión 3D ha permitido pasar de la impresión con tinta a la impresión con materiales. Durante años, la impresión en 3D ha encontrado aplicación en muy diversos sectores, incluyendo la industria, la medicina, la educación o la medicina. Con la crisis creada a raíz de la expansión del COVID19 esta tecnología ha demostrado su valía a la hora de luchar contra la pandemia que asola a gran parte de los países del mundo.
¿QUIÉNES SON? CoronavirusMakers es un movimiento de personas que, de forma voluntaria, se dedican a la impresión de pantallas de protección y otros elementos utilizando impresoras 3D bajo la filosofía de tecnología Open Source. Las personas voluntarias se organizan por países, y aunque tienen presencia en más de 20 países el mayor número de personas colaboradoras está en España (unas 14.000). En el caso de España existen 102 grupos de trabajo que cubren prácticamente toda la geografía nacional. En la Comunidad de Madrid existen 31 grupos de trabajo, mientras que en Andalucía – segunda comunidad autónoma en orden de importancia según número de grupos – hay 11 grupos con presencia en todas las provincias (en Granada hay 2 grupos de trabajo)
¿QUÉ HAN HECHO? Desde el comienzo de la pandemia este grupo de personas voluntarias vienen utilizando sus recursos y experiencia en buscar soluciones que hagan frente a la escasez de equipos de protección para el personal sanitario. El movimiento agrupa a miles de personas que aúnan esfuerzos para combatir el Covid19 mediante fabricación aditiva. El voluntariado utiliza sus impresoras 3D para, entre otras cosas, fabricar máscaras de protección. El protector facial impreso en 3D que elaboran protege toda la cara de la persona que lo utiliza y se coloca sobre una máscara quirúrgica convencional. De esta forma, además de proteger los ojos va a bloquear de forma más eficaz la propagación del virus.
Un grupo de makers son los encargados de diseñar los dispositivos o las piezas de los Equipos de Protección Individual (EPIs). Los bocetos son enviados y compartidos con las autoridades sanitarias que son las encargadas de “validar los prototipos” y asegurarse de que cumplen unos requisitos mínimos. Tras su aprobación, los diseños e instrucciones de fabricación y montaje se comparten con la comunidad, existiendo recursos en youtube que ayudan a realizar el montaje final de los dispositivos. Según la propia web de este movimiento, desde el inicio de la crisis del COVID19 y hasta el 29 de marzo las personas voluntarias de Coronavirus Makers habían entregado más de 350.000 viseras de protección usando unas 9 toneladas de material.
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¡Me gusta mucho esta iniciativa solidaria! Mi amigo Carlos Rubio Baños (Almería) imprime viseras protectoras 24 horas al día con su impresora 3D. ¡¡Un aplauso fuerte para él!!