Por Alejandro Pineda Cornejo
Arca, la artista venezolana nacida en 1989, influye como una figura clave dentro de la música electrónica experimental y la exploración de género, donde ambos ámbitos se correlacionan para desafiar límites convencionales. Tanto su enfoque innovador como su habilidad siendo DJ, compositora y productora musical, permiten cuestionarse hasta dónde llegan las barreras del sonido y la identidad en la música contemporánea. Arca, cuyo nombre real es Alejandra Ghersi, es una gran activista del colectivo LGTBIQ + considerada como referente para abordar cuestiones de género a través de su música, su perfomance, su influencia en redes sociales y su contribución a la expansión de la diversidad social y musical.
Su producción se caracteriza por una fusión única de elementos orgánicos y electrónicos, creando paisajes sonoros que sobrepasan las expectativas auditivas convencionales. Sus composiciones son a menudo caóticas y emocionales, llevando al oyente a un viaje introspectivo a través del conjunto de sonidos que crea. Esta complejidad musical refleja la multiplicidad de identidades que existen más allá de las categorías binarias tradicionales siendo crucial su disposición para retar las nociones preexistentes de género en el ámbito social y musical. En sus álbumes y actuaciones en vivo se puede apreciar la experimentación sonora fusionando matices de géneros musicales como el IDM, Pop, Hiper-pop o Techno, añadiendo sonidos con ciertas características agresivas como el sonido de aceleración de motos, tormentas o gemidos. Con todo esto, logra hacer notar la intención de empoderamiento ligada tanto a la música experimental como a los grupos sociales más discriminados, reflejando su rechazo a las limitaciones de género impuestas por el convencionalismo y la industria.
A pesar de estas mezclas de género, se puede encasillar a esta artista dentro de la música electrónica, un género musical donde la masculinidad a menudo ha sido el estándar, siendo de admirar la manera en la que Arca se presenta como una fuerza disruptiva y femenina que desmantela estereotipos arraigados. Su actitud alentadora para explorar la sensualidad y la vulnerabilidad en su música y performance son actos de resistencia contra las normas tradicionales de género.
Es importante destacar que Arca también logra hacerse un hueco a través de su presencia en la industria. En un mercado musical predominantemente masculino, ha logrado convertirse en una figura femenina pionera que inspira a otras artistas a seguir sus propios caminos y promover la visibilidad de estos movimientos que poco a poco tienen mayor espacio en la industria musical. Su presencia en la escena musical, su estética y su perfomance en conciertos promueve muchas expresiones de diversidad de género a nivel estético, musical, danza o maneras de relacionarse, siendo algunos ejemplos el baile vogue, el waacking, preguntar por pronombres personales, el respeto por la identidad, vestimentas o peinados entre otros muchos factores.
En álbumes como «Xen» y «Mutant», Arca ha utilizado su música como un espacio para explorar y expresar su propia identidad de género. Su enfoque experimental hacia el género musical refleja y se vincula con la liberación de las restricciones binarias tradicionales y una resistencia consciente a las normas culturales que han definido históricamente el papel de las mujeres en la música. Su álbum «Arca» marca un hito en su carrera, revelando una vulnerabilidad emocional y una exploración más profunda de su identidad a través de espacios sonoros donde cobra mucha importancia sus letras, en su mayoría en español, que añaden otra capa de complejidad a su narrativa, permitiendo una conexión más íntima con su audiencia.
Para terminar, es importante mencionar la nacionalidad venezolana de Arca, ya que su obra refleja la realidad de una nación que enfrenta diversos retos sociales y políticos. Teniendo en cuenta su contexto de origen, Alejandra Ghersi se convierte en un símbolo de creatividad, innovación y lucha del colectivo LGTBIQ + que trasciende barreras de todo ámbito social y político, y demostrando que puede emerger incluso de países con entornos más desfavorecidos.
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