Por Laura Jiménez García

A partir de los años 50 del siglo XX, se desarrollaría la simbiosis entre las disciplinas artísticas de la música y la danza contemporáneas. Estas vendrían de la mano de Merce Cunningham, coreógrafo y bailarín estadounidense, fundador de la Merce Cunningham Dance Company en 1953 y de John Cage, compositor experimental y filósofo musical.

 

John Cage incorporaba en sus composiciones ideas que recoge el antiguo libro chino I-Ching (o “Libro de las mutaciones») sobre la interpretación del azar. De esta forma, las composiciones de Cage y los bailes de Cunningham, eran capaces de tratar el elemento azaroso como parte de un sistema natural, y no mediante el caos. Esta contracultura de utilizar el azar como mecanismo de composición, surge de modo reaccionario a la linealidad y lo establecido. Se trata, sin duda, de composiciones que beben del dadaísmo de las primeras vanguardias, no sólo por desordenar lo previamente existente, sino también poder reconstruir desde otras perspectivas.

 

De esta forma, podemos afirmar que el artista tendría una renovada forma de entender e incluso de crear arte, evitando así la subjetividad del artista, para poder centrarse en el puro movimiento.

Recibiría numerosas críticas por el hecho de componer la danza desde la “indeterminación”. Sin embargo, para Cage y para Cunningham es la forma de expresión más natural y humana posible, la cual se alejaría de la mecanización a la hora de componer y nos acerca a lo más orgánico.

 

La clave para entender al coreógrafo, reside en su reivindicación del propio movimiento en sí mismo y la desligación de este con un sentido narrativo. No necesita de la expresión de emociones al igual que tampoco necesita de una pieza musical para tener importancia.

 

De esta forma, la relación entre Cunningham y John Cage se enriquece y se acaban preguntando ambos por qué debe ir un arte subyugado a otro. A partir de aquí, comienzan a crear de forma independiente para la misma representación teatral, teniendo un único denominador común: el tiempo.

 

Además, es importante destacar el uso de las nuevas tecnologías, su interés en los artistas plásticos o la reflexión acerca del tiempo y el espacio.

 

SU RELACIÓN:

 

El binomio Cunningham-Cage no fue únicamente intelectual, sino que trascendía hacia una deriva romántico-afectiva. Como todas las parejas homosexuales de principios del siglo pasado, debieron mantenerlo oculto a ojos de la audiencia y solo fue conocido en su círculo más íntimo. Así mismo, y desde el divorcio de Cage con Xenia Andreyevna Kashevaroff en 1945, compositor y coreógrafo decidieron vivir juntos.

 

A pesar de que no mostraban un arte abiertamente queer, algunos críticos malinterpretaron las intenciones expresivas del compositor en sus nuevas creaciones. John Cage estaba presentando su nueva música al mismo tiempo que presentaba una nueva parte de sí mismo. Cage y Cunningham se retroalimentan, especialmente en sus primeros trabajos, afectando así de forma directa a la estética de ambos.

 

Al igual que muchas personas queer de principios del siglo pasado, no les era posible hablar de las relaciones personales o como estas afectaban a su trabajo. Por ejemplo, si escuchamos o leemos la transcripción de la entrevista de Wood Massi en 1988, nos sorprende la incapacidad de Cage para reconocer su homosexualidad, a pesar de ser final de siglo y poder declamarlo con una relativa y teórica facilidad. Aquí tenemos un claro ejemplo:

 

 

WOOD MASSI: What is the nature of your personal relationship with each other,

and what’s life like with you when you’re at home together in New York City?

[Something brief and inaudible follows.]

 

JOHN CAGE: Well, I do the cooking [a long pause, which is filled with the audience’s laughter, cheers, and then applause, at which point Cage, Vaughan, and Cunningham all start giggling; Cage and Cunningham exchange a glance] and Merce washes the dishes. [Cage turns to Cunningham again, they look at each other and laugh more, as does the audience.]

 

 

El juego de palabras expresa los vestigios de lo que era ser una pareja gay en un mundo homófobo. Ambos no podían ni querían discutir acerca de su sexualidad o su relación, y menos si tenía una implicación artística. Esto supone que no querían ser tachados en la sociedad, incluso cuando ya era sabido que estaban juntos. Además de esto, tenían muy en cuenta que no querían que se les quitase valor como artistas por su sexualidad.

 

Su enfoque conjunto influyó significativamente en el desarrollo de la música contemporánea y la danza experimental, y su legado sigue siendo una parte importante de la historia de las artes escénicas. Sin embargo, los historiadores no deben guardar silencio ante este hecho, no solo por poder comprender mejor sus creaciones, sino también para (re)escribir acerca de la representación histórica queer.

 

AUDIOVISUAL:

 

Variations V (1966) – Merce Cunningham Dance Company. Música de John Cage.

https://www.youtube.com/watch?v=yOAagU6cfBw

 

 

 

 

 

 

 

 

Merce Cunningham y, detrás, John Cage. / JACK MITCHELL

 

 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

 

  • The Gay Divorce of Music and Dance: Choreomusicality and the Early Works of Cage-Cunningham

https://online.ucpress.edu/jams/article-abstract/71/2/439/92526/The-Gay-Divorce-of-Music-and-Dance

 

  • Merce Cunningham and John Cage: Choreographic cross-currents

https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/07494469900640131

 

  • Ruptura en el arte de los Estados Unidos de los 60: el lugar del azar y lo aleatorio entre la literatura de William Burroughs y la danza contemporánea de Merce Cunningham

http://eventosacademicos.filo.uba.ar/index.php/charla/J2016/paper/viewFile/3536/2263

 

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