Por Mario Corrales Millán
Taylor Swift, artista pop internacional, es conocida por su activismo feminista y su lucha contra el sexismo. Esta lucha se refleja de manera directa en su música y es por eso que vamos a analizar el sexismo en la industria musical tomando como ejemplo su caso.
Antes de empezar, es necesaria una breve definición de sexismo. Según el Diccionario de la RAE, se trata de una discriminación de las personas por razones de sexo. Por otro lado Eva Giberti escribe lo siguiente: “Sexismo se define como el conjunto de actitudes y comportamientos que instala la discriminación entre las personas basándose en su sexo. Se organiza en forma de prejuicio y creencia y se pone de manifiesto mediante el lenguaje, símbolos y costumbres históricamente arraigadas”. Dadas estas definiciones, vemos que el sexismo es un concepto cultural y por tanto, afecta a los ámbitos artísticos.
Taylor Swift ha hablado muchas veces de su carrera musical y de los problemas a los que se ha enfrentado en relación al sexismo, por ejemplo en una entrevista del programa Sunday Morning del canal norteamericano CBS. En una parte de la entrevista comenta que ser joven y ser mujer ha jugado más en su contra que a su favor, apelando a comentarios que siempre surgen dentro de esa industria como: “¿escribió ella todas sus letras?”. Más adelante en la entrevista resalta un punto muy importante y revelador acerca de la industria musical. Defiende que existe un vocabulario diferente para los hombres y las mujeres en la música. La artista pone algunos ejemplos: “si un hombre hace algo es estratégico, si una mujer hace lo mismo es calculado” “a un hombre se le permite reaccionar mientras que una mujer solo puede exagerar”. Estas frases apelan al juicio que se impone sobre las mujeres cuando hacen algo. Se trata de comentarios con mensajes subliminales que alimentan la desigualdad y describen la posición en la que se ven las artistas frente a los artistas y cómo la industria musical influye presión de manera muy distintas en ellos.
En consecuencia, la artista no se queda ahí, sino que trabaja este discurso a través de sus canciones. Su lucha se desarrolla, entre otros medios, a través de su música. Canciones como The Man, cuestionan el sexismo en la industria musical desde un punto de vista personal, contando sus experiencias. En esta canción Taylor Swift utiliza un recurso lingüístico clave, el condicional. Se presentan casos y sobre todo preguntas en los que la artista se cuestiona si su carrera hubiera sido diferente si solo cambiase su género, no su persona, es decir, si fuera un hombre. La frase “estoy muy cansada de correr lo más rápido que puedo, preguntándome si llegaría más rápido si fuera un hombre” define muy bien la línea discursiva de la canción (Gómez, A. 2022).
En definitiva, la industria musical es un mundo en el que hombres y mujeres tienen roles muy marcados y distintos. Esta cuestión está en proceso de ruptura, llevado a cabo por artistas que desmienten estos roles y elaboran discursos de género y sexualidad a través de su imagen y música. Aun así, a día de hoy se siguen viendo comportamientos y costumbres en la industria musical que se traducen en desigualdad. Muchas artistas como Taylor Swift se han pronunciado en estos últimos años al respecto; Lady Gaga, Madona, Nicki Minaj o Britney Spears son ejemplos de ello. Son casos distintos con personas distintas y géneros musicales distintos, pero el problema es el mismo: en la industria musical la mujer está más expuesta a juicios de valor y a críticas sociales que el hombre, además de ser continuamente sexualizadas y contempladas únicamente desde su cuerpo. Sin embargo, su lucha continua a través de la música nos recuerda que aún tenemos mucho que mejorar y que la necesidad de cambio está a la orden del día.
Referencia: Gómez de La Rosa, Andrea. 2022. “The Man” de Taylor Swift y sus cuestionamientos sobre el sexismo en la industria musical desde su experiencia personal, Diálogos Humanos, Equipo de Derechos Humanos.
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