Por Ángela Lozano Díaz

Como ya sabemos, desde tiempos remotos y como ya decía Rameau en su tratado de armonía, asociamos los sonidos bajos con esos sonidos que son graves, como por ejemplo los producidos por un hombre, mientras que los sonidos altos son aquellos más agudos como, por ejemplo, los producidos por una mujer. Pero ¿es esto cierto?

Philippe Jaroussky

Los castrati eran hombres con la capacidad de llegar a una tesitura de soprano. Fueron peculiares durante la época del Barroco, cuando algunos de ellos llegaron a convertirse en grandes personajes, lo que hoy llamamos “estrellas musicales”. Pero la realidad es que para llegar a esto debían someterse a una operación donde eran castrados aún siendo niños, entre los 8 y los 12 años entre mediados del siglo XVI y finales del XIX, como nos indica Martha Feldman en su libro “The Castrato: Reflections and Natures Kinds”, donde también observamos cómo este sacrificio o rito estaba unido al sistema de patriarcado, donde los castrati se producían como “machos idealizados”. El rito de la castración era algo no permitido, pero se solía enmascarar con algún accidente o enfermedad que justificara esta intervención. Con el fin del Barroco y la incorporación de la mujer a la escena musical, los castrati desaparecieron ya que había quien podría hacer esa voz sin necesidad de ser un hombre. A pesar de esto, en los coros eclesiásticos quedó algún que otro castrato ya que las mujeres no tenían acceso a ellos. De hecho, el último castrato del que se tiene constancia es Alessandro Moreschi, fallecido en el año 1922. Pero ¿qué ocurre hoy día? ¿puede un hombre cantar con una tesitura de soprano? ¿cuál es la opinión de las personas que no tienen nada que ver con el mundo musical cuando escucha una voz femenina en un cuerpo masculino? ¿podemos determinar las voces como “masculinas” o “femeninas”?

Para tratar de resolver esta duda, he seleccionado a un grupo de personas entre 20- 35 años y 60-70 años para hacer una breve encuesta. He usado un pequeño fragmento de la ópera L’Orfeo de Luigi Rossi, en concreto el Lamento d’Orfeo “Lasciate averno” interpretado por el conocido contratenor Philippe Jaroussky. El primer paso era hacer una escucha a ciegas.

Tras la escucha, debían responder las siguientes preguntas:

  1. ¿Quién crees que está cantando, una mujer o un hombre?
  2. ¿Por qué?

Tras responder estas cuestiones, les explicaba que se trataba de un hombre, a lo que preguntaba de nuevo:

3. ¿Qué opinas sobre que sea un hombre?

Entre este grupo de personas a las que he cuestionado se encontraban tres mujeres y tres hombres de diferentes edades. Como ejemplo, he seleccionado las respuestas de tres de los encuestados.

Persona número 1: hombre de 25 años.

  1. “Es claramente una mujer, no hay duda”.
  2. “Porque canta agudo y me recuerda a una cantante de ópera”.
  3. “¿En serio es un hombre? No puedo creerlo. Me paree muy llamativo que unhombre pueda cantar con esa voz, pero si tiene esa capacidad vocal, no debemos encasillarnos en que una voz sea femenina ni otra masculina”.

Persona número 2: mujer de 66 años.

  1. “Es una mujer, ¿no?”
  2. “Porque tiene tono de mujer, como más fina”
  3. “Si Dios le ha dado ese don, estupendo. Me parece muy bonito”

Persona número 3: mujer de32 años.

  1. “Es una mujer, y además con una voz preciosa”
  2. “Porque tiene una voz muy fina, es como estar en la ópera”
  3. “No puede ser un hombre, no me lo creo. ¿De verdad es un hombre? Jamásimaginaría que fuera un hombre, es impensable. Desde luego tiene un don”.

Tras este pequeño trabajo de campo, podemos observar cómo es casi impensable para muchas personas (sin tener en cuenta la edad ni el género) asociar una voz más aguda a un varón ya que desde pequeños se nos educa con el pensamiento de “esto es de hombre y aquello otro es de mujer”. He observado también cómo la sociedad, cada vez más, va aceptando que no debe haber una dualidad. De hecho, una de las cosas más llamativas en este estudio ha sido ver cómo los más jóvenes se sentían más extrañados que las personas mayores que, por el contrario, se lo tomaron de una forma mucho más natural. Y tú, ¿qué opinas?

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