El pasado fin de semana asistí en el bonito pueblo de Urueña (Valladolid) a un interesante encuentro literario con autores de la Editorial Éride, patrocinado por la Diputación de Valladolid y el Ayuntamiento de Medina de Rioseco.
Además de las interesantes mesas redondas en las que se debatieron aspectos del mundo literario desde diversos ámbitos (social, medios de comunicación o educativo), tuve la oportunidad de conocer a un maravilloso y entusiasta grupo de escritores cuyos intereses literarios abarcan las más diversas temáticas.
Así, Víctor Maicas es un escritor crítico y comprometido cuyas novelas plantean siempre una reflexión sobre la condición humana; Dioni Arroyo, que se atreve con temáticas tan diversas como la novela erótica, de ciencia-ficción o de suspense; Juan Martín Salamanca, el más joven pero increíblemente prolífico que apunta a ser un referente de la novela histórica; Carmen Aranda, una escritora humanista, sensible y comprometida que se atreve, entre otras, con la temática infantil; Isabel Del Rio, que debuta como escritora con una novela valiente y comprometida sobre el mundo de las mujeres maltratadas; Luis Torrecilla, un pedagogo enamorado de la Historia, lo que se trasluce en su primera novela, de corte histórico; Jesús Caudevilla, todo un veterano cuya prolífica producción abarca prácticamente todas las temáticas de narrativa, la última de ellas histórica; César Díez Serrano, un joven escritor que apuesta por el suspense y la intriga; Antonio Bosch, capaz de sorprendernos con historias que combinan la investigación policial con el amor; Fernando Pérez Sanjuán, todo un artista multidisciplinar escultor, pintor y escritor capaz de sorprendernos en todas sus facetas; y François Pérez Ayrault, un sorprendente escritor capaz de desplegar un humor descacharrante en dos libros tan dispares como una novela de vampiros o un libro sobre la problemática de los emprendedores en España.
Todo un lujo, en fin, poder compartir dos días con este plantel de escritores entusiastas y enamorados de su vocación literaria y, por supuesto, con nuestros editores, Ángel y Sylvia, sin cuyo apoyo, ilusión y trabajo ninguno de nosotros hubiésemos asistido al encuentro literario.
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