Las novelas de detectives son y serán siempre uno de los géneros más leídos de la literatura. La presencia de acción constante a la hora de resolver un asesinato, a lo que se suma un personaje que siempre camina en la cuerda floja de la legalidad son elementos que hacen muy difícil que este tipo de literatura no guste.
Sherlock Holmes
El mítico personaje de Sir Arthur Conan Doyle es uno de los detectives más conocidos de todos los tiempos y también el encargado de terminar de colocar en el puesto de honor al detective como personaje con una fuerza arrolladora. Fue con Sherlock Holmes con el que empezó a perfilarse esa idea de que, tan importante como el detective, lo era su enemigo mortal. En ese sentido la brillante mente del profesor Moriarty es sin duda lo que aportó un gran éxito a las novelas de Sherlock.
Hércules Poirot
Aunque Agatha Christie creo a varios detectives para las novelas de misterio que escribió durante su prolífica carrera, sin duda fue Hércules Poirot el que más éxito cosechó, también por lo peculiar de su aspecto (con un larguísimo bigote que no dejaba de atusarse) pero sobre todo por ser capaz de desvelar misterios que parecían imposibles de descubrir.
Philip Marlowe
Tanto Sherlock como Poirot respondían al ejemplo de detective refinado y con una inteligencia tan superior al resto que en ocasiones llegaban a resultar insultante. Contrario a este modelo, Raymond Chandler optó por un detective más actual donde las penurias económicas, su comportamiento rudo en ocasiones o el mal de amores eran sus notas características, y que pasó a ser elemento común del detective privado a partir de entonces.
Nancy Drew
El cine negro de los años 30 del siglo XX ayudó a propagar la imagen del detective privado. Y aunque su poca fortuna y la capacidad para meterse en líos era la nota común, sí que empezó a variar la profesión de esos detectives privados: De este modo, algunos eran detectives desde el principio, pero también había policías retirados o poco valorados por sus compañeros, junto al periodista con ganas de descubrir la verdad.
Fue Edward Stratemeyer quien, en esa misma década, decidió crear un nuevo modelo de novelas de detectives, donde lo que más destacaba era el género de su protagonista, ya que se trataba de una joven con ganas de aventura. Con este detective el género pretendía acercarse a la literatura juvenil y los relatos infantiles, cosechando un éxito sin igual gracias a las muchas versiones que se hicieron de sus historias, en forma de libros, películas y hasta series de televisión.
Mercado Libros dice
Yo creo por personalidad me quedaría con Phillip Marlowe