La biografía es un género literario que cuenta con grandes detractores pero también reúne a un público capaz de devorar en cuestión de horas cualquier novela de este tipo. Se trata por tanto de un género con el que no todos los lectores se sentirán identificados, pero cuya función de desvelar personajes olvidados por la historia es innegable.
A la hora de leer una biografía es primordial saber que el autor encargado de la misma ha realizado un trabajo de investigación exquisito. Hay muchas biografías, y muchos escritores especializados en este género, que prefieren centrarse en la parte más narrativa de la historia y dejar de lado los datos fidedignos. Son estos casos biografías noveladas que, aunque suelen ser las que más lectores arrastran, también son las que tienen más riesgo de ofrecer una visión de ese personaje bastante alejada de la realidad.
Margaret Cheney y El genio al que le robaron la luz
La última biografía que ha caído en mis manos: “Nikola Tesla: El genio al que le robaron la luz” responde a una autora de biografías de gran prestigio: Margaret Cheney. Esta autora norteamericana, nacida en Oregón en 1921, destaca por ser una de las escritoras más reconocidas en este género, habiendo escrito también trabajos en colaboración con otros autores e historiadores.
Queda confirmado así que Margaret Cheney, a diferencia de otras autoras que se explayan con los amoríos o rumores que persiguieron a los personajes de los que intenta escribir, su objetivo principal es el de ofrecer una visión completa y lo más fiel posible de la vida de su protagonista. Una misión que, con los personajes que hasta hace muy poco eran casi desconocidos, como es el caso de Nikola Tesla, se convierte en una gran labor para desentrañar esa parte de la Historia que durante años ha estado escondida.
Nikola Tesla fue un inventor e ingeniero de origen austríaco que falleció a mediados del siglo XX, que en los últimos años ha visto como su nombre volvía a ser pronunciado en todo el mundo. Son muchas las exposiciones y biografías que existen actualmente en torno a su figura, así como biografías como son “Yo y la energía” o “Nikola Tesla” de Massimo Teodoroni, novelas ficticias como “Tesla y la conspiración de la luz”, e incluso películas y videojuegos de éxito.
Una vida rodeada de intrigas
Parte de esta repentina fama, tratándose de un hombre que murió prácticamente en la miseria, se debe al misterio que rodeó siempre a su figura, donde a sus inventos tan poco comunes se le unían rumores sobre conspiraciones del gobierno de los Estados Unidos, que no querían que sus estudios salieran a la luz. Unos rumores que cobran fuerza cuando se descubre que parte de la investigación de Tesla, en concreto la que hace referencia a la electricidad y su deseo por crear una fuente de energía gratuita, siguen estando bajo secreto de sumario por parte del Gobierno Norteamericano, arguyendo motivos de seguridad.
Pero si a este misterio le añadimos la personalidad de Nikola Tesla, un atractivo austriaco de casi dos metros que nunca llegó a casarse para dedicar su vida íntegramente a su trabajo, y que en muchas ocasiones pecaba de soberbia con frases como “En realidad no me preocupa que quieran robar mis ideas, me preocupa que ellos no las tengan” o “Mío es el futuro”, está claro que se reúnen los ingredientes perfectos para crear una biografía intrigante y fidedigna a partes iguales.
Lo bueno de Margaret Cheney es que no se recrea en la tragedia que supuso para Tesla que Edison o Marconi y tantos otros robaran sus ideas. Ella prefiere mostrar los datos de un modo ameno para que sea el propio lector quien decida cómo cree que fue en realidad este hombre tan adelantado de su tiempo, y que solo años después de su muerte empieza a descubrirse.