No tenemos aquí una historia desgarradora de una escritora que vivió todas las inclemencias de la vida para poder inspirarse y tener material de escritura. Elena Poniatowska se podría considerar como la dama de la lucha social en México y América Latina, que ha utilizado su excelente prosa y su talento con las letras para darle al mundo una crítica desde la cúpula.
El talento lo tenía, la convicción la desarrolló
Nació en París en 1932. Era integrante de la aristocracia polaca, lo que le permitió obtener grados escolares en las más prestigiosas escuelas. Llegó a México con 10 años de edad, donde aprendió el idioma español y obtuvo la ciudadanía del que sería el país de sus amores. Al ser sobrina de la legendaria Pita Amor, sabía que su camino y su talento con la escritura tenía que desarrollarse.
Estudió en México y en Estados Unidos. Obviamente, Poniatowska decidió optar por el periodismo por pura vocación, adquieriendo habilidades que la ayudaron a formar el estilo narrativo que se le conoce hoy en día. La mayor parte de su magnífica obra muestra el testimonio como una de las mejores herramientas literarias de este siglo.
Durante su estancia como periodista, la entonces joven aristócrata decidió tomar un camino muy diferente a lo que su tradición familiar le imponía. Se unió a la causa feminista y es miembro activo de la izquierda política, algo que influyó notablemente en la temática de sus novelas, incluso actualmente. Su carrera comenzó con la colección de relatos Lilus Kikus (1954), que escribió bajo la tutela del gran genio Juan José Arreola.
La juventud de Elena trataba de retratar la vida de las personas que hasta en ese entonces eran ignoradas por una sociedad dormida. El ejemplo claro se retrata en Hasta no verte Jesús Mío (1969), en donde, con sátira y excelente narración, retrata la vida y obra de las empleadas domésticas.
No fue considerada una escritora brillante hasta iniciada la década de los 70. México fue el hogar de una de las masacres más terribles de la historia: la matanza de estudiantes de 1968 en Tlatelolco, Ciudad de México. Elena Poniatowska fue partícipe de los movimientos sociales que se suscitaron tras este negro hecho, escribiendo La Noche de Tlatelolco (1971), ejercicio periodístico que nos permitió conocer este hecho que el gobierno se empeñó en esconder.
Actualmente es una de las figuras consultadas dentro de la izquierda mexicana. La dama de las luchas sociales en México sigue impresionándonos con sus excelentes relatos.
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