Por Alberto Vílchez García

Durante el siglo XIX, la formación de las mujeres buscó educar buenas amas de casa, esposas y madres, mediante la lectura, la escritura, la costura o la religión, entre otras facetas, y se complementaba con conocimientos sobre la economía para cumplir “decorosamente” dichos deberes. La música –como la geografía, la historia o el dibujo–, se consideraba dentro de una formación más esmerada, para el enriquecimiento cultural de las mujeres[1]. En un momento dado, buscando mejorar al ser humano y con ello a la parte femenina, la corriente krausista española vió la creación de instituciones que ayudaran al desarrollo de su formación como una necesidad.

La primera propuesta de este tipo, formulada por algunas instituciones femeninas del país y Fernando de Castro, fue el Ateneo Artístico y Literario de Señoras y la Asociación para la Enseñanza de la Mujer (AEM) en el año 1869. La música se estudió con flexibilidad en estas primeras instituciones, usándose como especialidad y como asignatura dentro de la formación cultural[2]. María de Maeztu fundaría posteriormente, a principios del siglo XX, en paralelo con la célebre Residencia de Estudiantes de Madrid a la que pertenecieron figuras como Federico García Lorca, Manuel de Falla o Miguel de Unamuno, entre otros, la Residencia de Señoritas.

Situada en Madrid, la Residencia de Señoritas apostó por transformar la educación para las mujeres, ganando presencia en un mundo dominado por los hombres. La propuesta de Maeztu, sin embargo, encontraba diferencias con la Residencia de Estudiantes en flexibilidad y visibilidad. En la música, esto se tradujo en el predominio de actividades de carácter privado, aunque se realizaron algunos conciertos de carácter público[3]. Se realizaron conferencias por parte de Clara Campoamor, Ramón Ortega y Gasset, Pedro Salinas o Rafael Alberti, y en lo musical se sucedieron recitales de piano, violín y canto por parte de estudiantes de la Residencia, destacando la figura de Pura Cano, quien sería, a posteriori, una reputada pianista[4], e invitados como Regino Sainz de la Maza[5].

La Residencia tuvo además un coro liderado por Sofía Novoa –quien realizó algún recital de piano para la Residencia–, que posteriormente coordinó la sección Artístico-Musical de la institución. En las actividades mencionadas, se programaron a compositores como Albéniz, Falla, Schumann, Rachmaninoff, Mozart o Beethoven, entre otros. Por otro lado, María de Maeztu fundó el Lyceum Club de Madrid, que luchó por la igualdad y la justicia en el género, perteneciendo a dicha organización figuras como Victoria Kent, María de la O Lejárraga o Ernestina de Champourcín, entre otras[6]. La Guerra Civil acabaría con estas instituciones y, por tanto, con su rica actividad de las primeras décadas del siglo XX, con una época bastante esplendorosa al comienzo de la II República.

¿Y qué ocurría en Granada? La ciudad mantuvo una comunicación estrecha con la Residencia de Señoritas de Madrid mediante la Escuela de Música de Señoritas de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Granada fue un centro cultural muy importante a principios del siglo XX. De forma directa, músicos como Falla, Andrés Segovia o Ángel Barrios tuvieron un rol importante, y otros tantos escribieron música sobre ella, como Albéniz o Debussy. Esto fue una contribución a que el impacto social de esta escuela fuera notable, tomando como modelo metodológico al Conservatorio de Madrid, formando muchas alumnas forjaron un camino estable en la música[7].

Destacan, entre otras, dos pianistas dentro de la actividad musical de la Escuela de Música: primeramente, a Araceli Bertuchi, que llegó a interpretar en alguna ocasión el Concierto para piano nº1 op.11 de Chopin, y por otro lado, Pepita Bustamante, ganadora del primer premio en los Premios Barranco de Málaga en 1930, que eran uno de los más prestigiosos del momento y en el que competían algunos de los mejores pianistas del panorama andaluz[8].

En definitiva, la articulación de la Residencia de Señoritas, el Lyceum Club y, desde Granada, la Escuela de Música de Señoritas, enriquecieron culturalmente al país con mayor presencia femenina y contribuyó al panorama musical en España, con músicas cuyo conocimiento y nivel les llevó a concursar, a papeles importantes dentro del concertismo y a ser profesoras en conservatorios. Cabe preguntarse, a pesar de ello, y debido al gran aporte de estas instituciones, cuál hubiera sido el panorama en una situación histórica en la que se hubieran visto favorecidas.

Foto de Pepita Bustamante, quien fue alumna de la Escuela de Música de Señoritas, y posteriormente profesora y concertista, al piano (Fuente: Ideal)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

REFERENCIAS:

  • Sánchez de Andrés, Leticia. La actividad musical de los centros institucionistas destinados a la educación de la mujer (1869-1936). (2011). Trans: Revista Transcultural de Música, vol. nº15.
  • Vázquez Ramil, R. (2012). Mujeres y educación en la España contemporánea : la Institución Libre de Ensañanza y la Residencia de Señoritas de Madrid / Raquel Vázquez Ramil. Akal.
  • El Lyceum. Lyceum Club Femenino [Consulta: 20/10/2023]. https://lyceumclubfemenino.com/el-lyceum/
  • Rondón, J. M. (2017). La ‘otra’ Residencia. Diario de Sevilla [Consulta: 15/10/2023]. https://www.diariodesevilla.es/ocio/Residencia_0_1180382135.html
  • Martinez Díaz, Helena. Un espacio feminizado desde sus orígenes: profesoras en el Conservatorio de Granada hasta la Guerra Civil Española (1921-1936) (2022). Resonancias vol. 26, n°50.

[1] Basado en Sánchez de Andrés, Leticia. La actividad musical de los centros institucionistas destinados a la educación de la mujer (1869-1936). (2011). Trans: Revista Transcultural de Música, vol. nº15. p.2

[2] Basado en Sánchez de Andrés, Leticia (2011). pp.4-5

[3] Basado en Sánchez de Andrés, Leticia (2011). pp.17-18

[4] Vázquez Ramil, R. (2012). Mujeres y educación en la España contemporánea : la Institución Libre de Ensañanza y la Residencia de Señoritas de Madrid / Raquel Vázquez Ramil. Akal. pp.243-269

[5] Regino Sainz de la Maza realizó un recital de guitarra en la Residencia de Señoritas el 20 de abril de 1932. En él, interpretó obras de Mudarra, Narváez, Milán, Gaspar Sanz y de Viseo en la primera parte, con una segunda parte en la que recurrió a Sors, Falla, Tárrega, Turina y una composición propia. Extraído de Vázquez Ramil, R. (2012). pp. 265-266.

[6] Información extraída de El Lyceum. Lyceum Club Femenino [Consulta: 20/10/2023]. https://lyceumclubfemenino.com/el-lyceum/

[7] Basado en Martinez Díaz, Helena. Un espacio feminizado desde sus orígenes: profesoras en el Conservatorio de Granada hasta la Guerra Civil Española (1921-1936) (2022). Resonancias vol. 26, n°50. pp.160-162, 164.

[8]  Basado en Martinez Díaz, Helena (2022). pp.165-166

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