Por Nieves Gallardo Pedregosa

El canon musical ha dejado de lado a las mujeres a lo largo de la historia, lo que ha tenido como consecuencia la poca visibilización de estas en algunos campos musicales. Dentro de la religión ocupamos un segundo plano desde su origen hasta nuestros días. Normalmente las monjas se dedican a la oración contemplativa, a organizar eventos religiosos, cuidar del convento, recibir a visitantes… A pesar de todo lo que estas dan por la religión, aun hoy día se las sigue viendo como un ser distinto al hombre, sin poder llegar a celebrar una Eucaristía. La hermana Ruth Lazar en una entrevista nos desvela que eso le parece ridículo.

Somos plenamente conscientes del hecho de que la vida musical en conventos era muy rica y que, en ocasiones, las monjas llegaban a estos lugares con una formación musical para evitar pagar la dote o, dentro del convento, aprendían a cantar en el coro, pero son pocas las fuentes que nos quedan de ello para épocas tempranas.

La sociedad está cambiando, y las mujeres estamos luchando por un mundo feminista con cabida para todos. En el año 2000 nace en Bélgica un conjunto centrado en la interpretación del canto llano, con una cuidadosa investigación e interpretación, dando lugar a una representación completamente actualizada y renovada del canto llano y la polifonía medieval. Se llama Psallentes, que significa “los que cantan” y está formado por Sarah Abrams, Helen Cassano, Lieselot de Wilde, Rozelien Nys, Rein Van Bree, Kerlijine Van Nevel y Veerle Van Rossbroeck.

El director y fundador es Hendrik Vanden Abeele, pianista, cantante, investigador profesor e interprete. Investiga los Benguinajes, fenómeno único de los Países Bajos que comenzaron entorno al s. XIII y se extendieron por Alemania, Francia y Suiza. Los Benguinajes eran un patio rodeado de casas, que se encontraba separado de la ciudad por un muro, y solo se podía acceder por una o dos puertas. La actividad de cantar y tocar formaba parte del día a día en la capilla de iglesia y en procesiones, obviamente con la función principal de que sirviese como enseñanza. Fueron tan importantes que entraron en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 1998, pero no tanto para encontrar fuentes que documenten las funciones que tenían.

El programa que suele acompañar a este grupo recoge los temas más importantes de la vida en estos lugares, es decir, son canciones de tema religioso relacionado con el devoto a las santas. Cada uno de los Benguinajes tenía como patrona a una santa diferente, incluyendo a María Magdalena. La patrona que se hizo más famosa fue Begga, quizá por el parecido del nombre, a esta se le compusieron muchas canciones en lengua vernácula (latín). Esto llevo al desarrollo de una polémica sobre si Begga se podría considerar la fundadora de los Benguinajes. El culto a los santos no se quedaba aquí, las beguinas tenían una inclinación especial por el Corpus Chriti.

En el desarrollo de los años Psallentes ha puesto en escena más de 180 programas centrados en la polifonía y canto llano, estos programas siempre los tienen a la venta y algunos están disponibles en CD. El conjunto es un elenco flexible que va de 6 a 8 cantantes, también está activo el grupo masculino de Psallentes y esto da lugar a que algunas representaciones son mixtas, sobretodo en la interpretación de canto polifónico; actualmente están intentando crear una cuarta versión de Psallentes formada por niños.

La consecuencia del Psallentes y otros grupos femeninos de canto llano y polifonía que están naciendo es el enorme enriquecimiento de nuestra herencia musical.

Sobre el concierto de Psallentes el pasado 25 de octubre de 2019 en la Fundación Juan March, consulta este link.

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