Por Elena Enseñat Sánchez de Alcázar
Pilar Alonso: “Pienso que la mujer está en muy buen momento, ahora mismo es nuestro momento de hablar, de conseguir, de estudiar, y no solo en la guitarra, en todo en general”.
Pilar apenas necesita presentación. En el panorama flamenco español, es una de las figuras más destacadas y un referente para las mujeres tocaoras que están por venir. Así que vamos a dedicar este apartado a una magnífica artista y a compartir algunos fragmentos de la entrevista que pudimos hacerle en la que nos desveló algunas encrucijadas vividas como tocaora.
-¿Cuándo conoces el flamenco?
Alguien me regaló una cinta de Paco de Lucia. Me quedé flipando con aquella música. Cuando empecé, supe que era un camino tortuoso porque el flamenco no estaba reconocido, es más, estaba mal visto, era una cosa rara y más para una niña. Soñaba que el flamenco sería una materia de estudio en Andalucía, me veía como profesora de flamenco en un conservatorio antes que saliera la ley.
-¿Has tenido muchos inconvenientes como mujer?
Mientras estudié lo hice siempre gratis, con los mejores. Para la ley eres un número, no eres ni mujer ni hombre, pides una beca y te la dan. Y he tenido trabajo desde hace 30 años con la guitarra clásica y con la flamenca hace 20. No todo en la vida son oscuridades. Pero los he tenido. Una vez una peña organizó un concurso de cante y homenajeando a la mujer me buscaron a mí para ser la guitarrista acompañante oficial. Muchos estaban encantados, otros horrorizados, otros trajeron su propio acompañante y los que no tuvieron más remedio que dejarse acompañar, cantaban asustados. Me preguntaban: ¿tú estás segura que sabes tal palo? ¿has acompañado por liviana? ¿estás segura de este fandango?
-Durante tu formación, ¿tuviste alguna mujer referente?
Ninguna, yo ni siquiera sabía que existían las antiguas tocaoras, me enteré de todo el tema en 2012, cuando me llamaron para hacer el documental Tocaoras. Sabía que éramos pocas, que para las mujeres era una actividad rara, y lo he padecido. Para mí era mucha presión cuando hasta las propias gitanas me quitaban la guitarra y decían: yo prefiero que me acompañe el guitarrista. Entonces me di cuenta que el flamenco es muy grande, hay de todo. Al ser tocaora casi siempre toco con mujeres porque son las que me buscan.
-Cierto, tienes tu grupo “mujeres mediterráneas”, ¿tú lo creaste?
No. Vino de pura casualidad. Me llamaron para tocar en la boda de la hija del primer ministro de Arabia Saudí, Tenían las bailaoras y las cantaoras, todas de Jerez, pero no encontraron guitarrista en ningún sitio. En Arabia las bodas se celebran con las mujeres por un lado y los hombres por otro, y todas tenían que ser mujeres, camareras, cocineras, las artistas…. Se lo dijeron a otra guitarrista pero lo rechazó, pues para ir allí había que taparse mucho, era más estricto que ahora. Yo dije que sí y me lo pasé bomba. Se creó un grupo flamenco de 7 mujeres precioso, y al subir las fotos a las redes otra bailarina me llamó para participar en su proyecto y ahí conocí a Habiba. Hubo ese feeling de conexión total musical alucinante. Mujeres mediterráneas no fue un vamos a juntarnos porque somos mujeres, fue una causalidad detrás de otra.
-¿Trabajas en más proyectos de este tipo?
Hay un proyecto en el conservatorio que lo lleva Iluminada, en el cual tratan de visibilizar la música compuesta por mujeres programándolas en un ciclo, porque vale, ya no se publica con el nombre del marido, pero a pesar de que hay muchas mujeres compositoras, no están programadas.
Y con Ángeles Cruzado, en el ciclo de guitarra flamenca de mujeres en la peña torres Macarena. Ha llevado cuatro conciertos de mujeres el año pasado y cuatro este año.
-¿Te sientes más cómoda tocando con mujeres?
Siento que cuando he tocado con hombres ha sido gente muy especial, no sé si la selección se hace sola o se provoca. Lo que sí me llama la atención, es que entre mujeres hay una sororidad implícita. Noto que cuando alguien tiene la experiencia de tocar solo con mujeres se queda flipada.
-Para ir cerrando, ¿alguna conclusión respecto a estos tiempos que vivimos de cambio?
Vi una entrevista de José Luis Sampedro. Contaba que se alegraba de irse antes de ver terminar el capitalismo porque la agonía será dura, pero se iría con una pena, la de no ver lo que queda por hacer: la revolución de las mujeres. Está pasando algo, un cambio importante. Yo pienso que la mujer está en muy buen momento, ahora mismo es nuestro momento de hablar, de conseguir, de estudiar, y no solo en la guitarra, en todo en general.
-Pues sí Pilar, tenemos que movilizarnos.
El “palantismo”, como dice Laura González. En el superior había profesores que nos decían que la técnica de pulgar y la alzapúa no es femenina, que el pulgar es fálico, y que una mujer haciendo esas técnicas nunca iba a ser femenina.
-¿porque creerán que queremos parecer femeninas?
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