Sin duda, uno de los problemas más preocupantes de la sociedad actual es el relacionado con la despoblación de las áreas rurales, interiores y de montaña. Últimamente se ha acuñado una expresión en nuestro país para hacer referencia a esta cuestión, la “España vaciada”, que se ha hecho muy popular. A mí no me gusta esta expresión, pues no hace honor a la verdad, por incompleta.
De vaciadas, nada: esas áreas están repletas de recursos naturales, de flora y fauna, y en muchos casos de patrimonio cultural. Por tanto, el vaciamiento se refiere exclusivamente a la población, por lo que me parece mucho más adecuado utilizar la expresión, sencillamente, de “España DESPOBLADA”, que es mucho más representativa de la realidad que abarca. Y encima, aún hay personas que habitan en esos ámbitos, evidentemente, muchas de las cuales merecen una medalla a la perseverancia y a al esfuerzo en la defensa de la tierra de uno/a.
Pues bien, relacionado con esta cuestión traigo aquí la referencia a un programa de televisión que descubrí hace un tiempo, en reposición. Se trata del concurso-reality “Bienvenido a mi Hotel” (https://www.cuatro.com/bienvenidosamihotel/), en el que los participantes son propietarios de hoteles rurales que compiten por llevarse la mención de mejor alojamiento.
En mi opinión, este concurso ha favorecido -seguro que indirectamente- un claro objetivo de interés social, publicitando un turismo de campo y pueblo que tanto bien puede hacerle a muchas zonas deprimidas, pues toda actividad económica que sea impulsada en el contexto rural está en principio llamada a favorecer el freno a la despoblación. Sin embargo, el programa no obtuvo los niveles de audiencia proyectados, por lo que no se grabaron muchos episodios. Sin embargo, si se tratara de “la Isla de las Tentaciones”, las cifras hubieran sido las diametralmente opuestas.
Se me ocurre que este fracaso de audiencia es en parte reflejo de la poca importancia que en general se le presta al ámbito rural, lo que a su vez es en parte explicativo el despoblamiento. Este ocurre principalmente porque no nos importan las actividades agrarias y ganaderas, y queremos desarrollar nuestra vida en otros espacios más cercanos al litoral y a las ciudades.
Y si una de las pocas veces que la TV de entretenimiento se ocupa de un tema de interés social como este pasamos del programa en cuestión dejando que se retire de la programación, perdemos una oportunidad de insuflar algo de aire a un mundo que está pidiendo a gritos que lo atendamos como es debido.