Escritor, periodista y guionista, tuvo un origen multicultural gracias a un inicio privilegiado. No obstante eligió la nacionalidad hispánica y mejicana, en las que parecía residir su destino. Fue uno de los exponentes de la estética vanguardista en la literatura.
Sus orígenes
Max Aub Mohrenwitz nació el 2 de junio de 1903 en París. Residió en Mountcornet en Oise, junto a su madre y sus hermanas, hasta 1914 cuando debido a la Primera Guerra Mundial debieron reunirse con su padre en España. Debido a que este era ciudadano alemán, no podía retornar a Francia en pleno conflicto bélico.
Max Aub se estableció en Valencia, en donde cursó sus estudios medios. Tiempo después, cuando adopta esta nacionalidad afirmaría: “…se es de dónde se hace el bachillerato”. Terminados sus estudios, y deseoso de tener independencia económica, siguió los pasos de su padre como viajante de comercio. En esta oportunidad pudo recorrer el país, especialmente Cataluña.
Algunos de los hechos que presenció lo volcaron por las ideas socialistas. De este modo ingresó en 1928 al Partido Socialista Obrero, al tiempo que comenzaba alguna de sus actividades literarias. Se inició en el Teatro Vanguardista con las obras El desconfiado Prodigioso de 1924, El espejo de la avaricia de 1927 o Narciso de 1928. También trabajó con André Malraux en la realización del filme Sierra de Teruel.
Al finalizar la Guerra Civil Española debió exiliarse en París, debido a su compromiso con la república. Al poco de estallar la Segunda Guerra Mundial, Aub trató de exiliarse nuevamente, pero justo cuando se preparaba para trasladarse a México, fue detenido bajo la acusación de pertenecer al partido comunista. Otro gran intelectual de enorme talla, su amigo el escritor John Dos Passos, lo ayudó a quedar libre tres años después.
México y el cine en la vida de Max Aub
Una vez llegado al país azteca, Max Aub trabajó como periodista en periódicos tales como el Nacional y el Excelsior. Fue su oportunidad de relacionarse un poco más de cerca con el cine, actividad para la cual fue guionista, director y traductor de guiones. Debido a esto también fue secretario de la Comisión Nacional de Cinematografía. Su último encargo estaba relacionado con una de las grandes figuras del mundo del cine: hacer una semblanza biográfica de Luis Buñuel.
En 1969 logró regresar a España y recuperó una posesión muy importante para él: parte de su biblioteca personal que había quedado en la Universidad de Valencia.
La serie de novelas que componen el denominado Laberinto mágico conforman quizá su producción narrativa más destacada, sin olvidar otras dos excelentes novelas: Las buenas intenciones y La calle de Valverde siendo esta la última novela publicada por el escritor y que no vio la luz hasta 1961 pues fue prohibida en 1959 por la Inspección de Libros existente. Su oportunidad llegó dos años más tarde en Veracruz. Max Aub falleció en 1972 en México.
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