Continuación de la lista de mis libros de narrativa contemporáneos favoritos. Aquellos que recomiendo leer por lo mucho que me gustan.
El guardián entre el centeno, de J.D.Salinger
Una novela que provocó numerosas controversias al publicarse en 1951 por su lenguaje provocador y por retratar sin tapujos la sexualidad y la ansiedad adolescentes.
Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago
La novela relata cómo una extraña epidemia de ceguera azota todo un país. Saramago la definía como «la novela que plasmaba, criticaba y desenmascaraba a una sociedad podrida y desencajada». Esta novela tiene continuación en Ensayo sobre la lucidez .
¡Absalón, Absalón!, de William Faulkner
Esta obra enigmática, ambigua, paradójica y de gran complejidad técnica gira alrededor del racismo, el amor, la venganza y el honor en el contexto histórico y cultural de la época de la esclavitud y las plantaciones de los grandes terratenientes del sur y la Guerra de Secesión (1861-1865), que acabó con todo ello. Pero el verdadero significado de «Absalón, Absalón» reside en los límites del conocimiento humano y la inexistencia de la verdadera objetividad.
El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad
La novela se centra en un marinero llamado Marlow, el cual narra una travesía que realizó años atrás por el río Congo, en busca de Kurtz, el jefe de una explotación de marfil, y que a lo largo de la novela adquiere un carácter simbólico y ambiguo.
La línea de sombra, de Joseph Conrad
Gran parte de las obras de Conrad se centran en la vida de los marineros y en el mar. Algunas de ellas se han etiquetado como románticas, aunque Conrad normalmente suaviza el romanticismo con los giros conflictivos del realismo y la ambigüedad moral de la vida moderna. Por esta razón, muchos críticos lo han situado como precursor del modernismo.
Reseña de La línea de la sombra.
Otra vuelta de tuerca, de Henry James
Novela gótica que cuenta la historia de una institutriz que acude al cuidado de dos niños en una vetusta mansión victoriana. Lo que en principio parece un cometido agradable derivará en una situación de pesadilla.
El aspecto que distingue a «Otra vuelta de tuerca», y la convierte en la historia de fantasmas que marca un antes y un después en dicho género, es la posibilidad de la doble lectura y la forma ambivalente en que fue ideada y escrita.
Los papeles de Aspern, de Henry James
La obra se inspira en una anécdota real que llegó a oídos del autor acerca de un bostoniano llamado Silsbee, que sentía adoración por el poeta Shelley. La historia es narrada en primera persona por su protagonista -cuyo nombre no se revela nunca en el texto-, un crítico literario que viaja a Venecia en busca de las cartas que su admirado poeta Jeffrey Aspern escribió a su musa, Juliana Bordereau.
El invierno de Lisboa, de Antonio Muñoz Molina
Esta novela, llevada al cine en 1991 por José A. Zorrilla, relata la historia de Santiago Biralbo, un pianista de color que inicia una relación sentimental con Lucrecia, a su vez casada con Bruce Malcolm, el Americano, peligroso contrabandista de obras de arte.
Manhattan Transfer, de John Dos Passos
La historia nos lleva hasta la ciudad de Nueva York, el centro de las cosas, donde mucha gente va a triunfar, y en algunos casos lo consigue, pero en muchos sólo consigue acabar en el fondo del río Hudson. El título se refiere a una estación de tren, y es la metáfora que impregna el libro, que describe episodios de la vida de una serie de personas a lo largo de unos treinta años.
Wakefield y otros relatos, de Nathaniel Hawthorne
Hawthorne está considerado una figura clave en el desarrollo de la literatura norteamericana en sus orígenes. Autor encuadrable dentro del Romanticismo norteamericano, como Edgar Allan Poe, gran parte de su obra se localiza en Nueva Inglaterra, y muchas de sus historias, de contenido generalmente alegórico, recrean intensamente el ambiente puritano que empapaba la sociedad de 1850.
Auto de fe, de Elias Canetti
Este libro fue prohibido por los nazis y obtuvo el reconocimiento que tiene actualmente tras el éxito de Masa y poder (1960). El título hace referencia a la quema de herejes en la Inquisición.
El Evangelio según Van Hutten, de Abelardo Castillo
La culpa y el castigo son tema de numerosos cuentos de este narrador; un hilo conductor por los arrabales, las casas, los boliches, los cuarteles, las calles de la ciudad o pequeños pueblos de provincia, donde sus personajes llegan, por lo general, a situaciones límite. No son pocas las veces que parecen concurrir a una cita para dirimir un pleito con su propio destino. La fatalidad de los sucesos hace recordar a Borges, una de sus devociones, de quien toma a veces cierta entonación criolla y distante.
Reseña de El Evangelio según Van Hutten.
377A, madera de héroe, de Miguel Delibes
Esta novela relata las vivencias de un niño, Gervasio de Lastra, que crece convencido de que acabará siendo un héroe. El tema principal de la obra es el heroísmo y su significado en la vida de los humanos.

El origen de esta historia se remonta al año 2002, en el que se produjo la demolición de una casa que había Granada. Recuerdo que aquella demolición suscitó bastante polémica, pues, como suele suceder en política, unos partidos se culpaban a otros de haber permitido la demolición de una casa que, si bien no era, arquitectónicamente hablando, un edificio que pueda ser catalogado como bien de interés cultural, ni nada parecido, sí creo que fue una de las víctimas de una época marcada por la construcción en exceso, sin ningún orden ni sentido de la medida.
A veces sucede que el origen de una historia es una simple idea o una imagen que, por sí sola, no parece conducir a ningún sitio. La idea para escribir esta novela me la dio un amigo que, en una ocasión, me propuso que, dada mi afición al cine y a los libros, podría escribir, según él, sin mucha dificultad, una historia que fuese fácilmente adaptable al cine aunque no fuese exactamente un guión. Incluso recuerdo que añadió que si escribía una novela negra, que por aquel entonces volvieron a ponerse de moda, sería ideal porque normalmente las novelas negras son fácilmente adaptables al cine. Yo no le hice mucho caso, en primer lugar porque no me consideraba capaz de inventar una trama al estilo del género negro y convertirla en una historia de más de doscientas páginas y en segundo lugar porque por aquella época me había sobrevenido un cierto desánimo en el asunto de la creación literaria. Cuando ya casi había olvidado aquella conversación con mi amigo, un día una imagen se cruzó por mi mente, e inmediatamente imaginé que podría ser el comienzo de una historia. La imagen consistía en un hombre que se despertaba sobresaltado y se incorporaba en la cama sacudiendo sus puños en el aire. Por asociación de ideas, imaginé que ese hombre podría tratarse de un boxeador. A continuación se me vino a la cabeza el nombre de Toni Carrascosa, y a partir de ese momento ya no me cabía duda alguna de que ese hombre que yo había visto despertarse angustiado era más concretamente un boxeador retirado, y fue así como el primer personaje que aparece en esta novela comenzó a dibujarse de forma paulatina en mi imaginación. Y entonces, por alguna razón, se me ocurrió pensar que este arranque inicial se podría convertir en una historia más o menos larga. Recuerdo que no tardé mucho en telefonear a mi amigo para contarle que, en relación con aquella conversación que tuvimos tiempo atrás, había pensado en comenzar a escribir una historia nueva y que preveía que iba a ser larga. Tras el personaje del boxeador fueron surgiendo todos los demás, uno tras otro: el mafioso ruso, el constructor, la prostituta y, como contrapunto a todos ellos, la jueza.
He buscado entre mis documentos para recordar cuando comencé a recopilar notas con algunas de las ideas e historias que finalmente han configurado esta novela. Cuando revisé entre los archivos de mi ordenador encontré un par de ficheros en los que encontré, además de algunas de esas anotaciones, las fechas en las que fueron tomadas, y yo mismo me he asombrado al comprobar que las primeras datan del año 2005, hace ya casi diez años.