Dentro de la gestión de información, el proceso que más me ha llamado la atención desde siempre es la catalogación. No porque me guste o porque me parezca interesante, sino porque creo que es el más desaprovechado de todos los que se realizan.
Catalogar en un proceso costoso y concienzudo (si se hace bien, claro). Creo que es, de hecho, uno de los que más quebraderos de cabeza genera en la profesión. Sin embargo, una vez catalogado lo que sea, se introduce esa información dentro de una base de datos. Esas bases de datos se han caracterizado por ser difíciles de consultar: que si el control de autoridades, que si hay que elegir la forma correcta de la materia, que ahora tengo que unirlo todo con los operadores booleanos correspondientes. Eso si se quiere hacer la consulta «en condiciones», ya que la mayoría de usuarios utiliza el método google: introduce en el casillero de búsqueda una o dos palabras… y a probar suerte.
El hecho de que uno de los mayores esfuerzos de la profesión entre a formar parte de la internet invisible en cuanto apretamos el botón de guardar en nuestro programa de automatización de bibliotecas es, como mínimo, frustrante.
¿Cómo podríamos conseguir que los registros que catalogamos sean, por un lado, más accesibles y, por otro, vinculables con otros conjuntos de datos que enriquezcan las descripciones que hemos realizado? Pues para eso está Linked Data.
A día de hoy el problema de emplear Linked Data en las biblioteca radica en que son pocas las que se puedan permitir el lujo de realizar una publicación en este sistema y, además, llevar el día a dia en su programa de automatización correspondiente. De hecho, las pocas bibliotecas que tienen sus datos accesibles en Linked Data son las Nacionales. Porque para eso tienen dinero, recursos, ideas, posibilidad de subcontratar a una empresa/universidad que les haga el proceso… Pero, ¿y qué sucede con el resto de bibliotecas, archivos o centros de documentación?
Existen diferentes metodologías que permiten realizar dicha conversión pero, como la mayoría de ellas han sido creadas desde las grandes Bibliotecas Nacionales, dichos procesos requieren de programas específicos y costosos, de tecnologías que no están al alcance de cualquiera o de personal altamente capacitado en cuestiones técnicas.
Durante el curso pasado tuve la suerte de contar con un colaborador de lujo, Wences Arroyo Machado, que me ayudó a diseñar una metodología que sirviera para que cualquier institución pudiera publicar sus registros bibliográficos en Linked Data con 5 estrellas. Esa metodología permite vinculaciones como las que ofrece este gráfico.
El trabajo lo convertimos en un artículo que nos acaban de publicar en la REDC. Espero que os guste.
Senso, J.A.; Arroyo Machado, W. (2018). La publicación en Linked Data de registros bibliográficos: modelo e implementación. Revista Española de Documentación Científica, 41 (4): e217. https://doi.org/10.3989/redc.2018.4.1535 |
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