A lo largo de una serie de entradas se van a abordar las diversas instituciones y organismos en los que se agrupan los países del mundo, para tomar decisiones y organizar el funcionamiento de las distintas relaciones económicas que les conciernen.
Los países, en un contexto multilateral, muestran una voluntad de cooperación para ordenar los distintos procesos económicos que les interesan. Los ejemplos más claros de ese carácter cooperativo son las organizaciones económicas internacionales: La Organización Mundial del Comercio (OMC), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), como bien es sabido.
Pero, a pesar de que las anteriores son las más conocidas y citadas, no están solas. Junto a las organizaciones señaladas existen otros organismos, igualmente importantes, entre los que podemos destacar:
– La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
– La Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD)
– El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
– Las Comisiones económicas regionales de la ONU:
- Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico. Sede: Bangkok (Tailandia)
- Comisión Económica y Social para Asia Occidental. Sede: Beirut (Líbano)
- Comisión Económica para África. Sede: Addis Abeba (Etiopía)
- Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Sede: Santiago de Chile
- Comisión Económica para Europa. Sede: Ginebra (Suiza)
– El Foro Económico Mundial (Foro de DAVOS)
– El Grupo de los 8 (G 8)
– El Grupo de los 20 (G 20)
Por medio de estas organizaciones y entidades económicas los países organizan el sistema económico internacional, adoptando decisiones y estableciendo los términos y los plazos para lograr los distintos objetivos marcados.
Fundamentalmente son tres los ámbitos en los que los países se organizan y ordenan sus actuaciones conjuntamente: el ámbito COMERCIAL, el ámbito de La COOPERACIÓN AL DESARROLLO y el ámbito MONETARIO Y FINANCIERO.
En esta entrada nos centraremos en el ámbito u ORDEN COMERCIAL INTERNACIONAL, y en concreto en el SISTEMA GATT.
Referirnos al sistema multilateral de relaciones comerciales nos remite al final de la Segunda Guerra Mundial. A su término, los países decidieron establecer un nuevo marco para las relaciones exteriores. En efecto, las economías se hallaban fuertemente desestructuradas y las relaciones exteriores habían abandonado el multilateralismo que predominó con anterioridad. Con ese objetivo surgieron dos grandes organizaciones: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, para cubrir respectivamente los ámbitos de la cooperación monetaria y financiera y del desarrollo económico. De igual modo, los países, reunidos en 1944 en Bretton Woods (New Hampshire, EE.UU), habían previsto la constitución de un tercer organismo económico mundial, la Organización Internacional de Comercio (OIC). No obstante, dicho proyecto no se haría realidad hasta medio siglo después, como vamos a ver.
En 1948 se había aprobado en Cuba la “Carta de la Habana”, el documento que debía constituir formalmente esa OIC y que debían ratificar los distintos gobiernos. Pero la firma por parte de EEUU finalmente no se produjo, ante el temor de que la organización pusiera trabas a su libertad comercial. Por lo tanto, si el país con mayor peso en el comercio mundial no suscribía el tratado fundacional de la OIC, era de esperar lo que finalmente pasó: que no llegó a ver la luz mientras que sí lo hacían sus “primos-hermanos”, el FMI y el BM. Fue necesario esperar cincuenta años, hasta 1995, para asistir a la creación de un organismo similar, la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO, OMC.
Sin embargo, los estados no quedaron desprovistos de un foro para organizar sus decisiones comerciales: desde 1948 el intercambio mundial de mercancías se rigió por un conjunto de normas comerciales acordadas entre un grupo de países, en el marco del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, General Agreement on Tariffs and Trade).
A lo largo de todo ese tiempo, la secretaría general del GATT, con sede en Ginebra, promovió una serie de rondas de negociaciones, en las que se alcanzaron acuerdos plurilaterales que hicieron posible una caída muy acusada de los aranceles mundiales. Las distintas rondas que se celebraron a lo largo de la vigencia del GATT, aparecen recogidas en la siguiente tabla:
RONDAS DEL GATT | ||
Nombre | Sede | Fecha |
1ª Ronda | Ginebra (Suiza) | 1947 |
2ª Ronda | Annecy (Francia) | 1949 |
3ª Ronda | Torquay (Reino Unido) | 1950-1951 |
4ª Ronda | Ginebra (Suiza) | 1955-1956 |
5ª Ronda Dillon | Ginebra (Suiza) | 1960-1961 |
6ª Ronda Kennedy | Ginebra (Suiza) | 1964-1967 |
7ª Ronda Tokio | Tokio (Japón) | 1973-1979 |
8ª Ronda Uruguay | Punta del Este (Uruguay) | 1986-1994 |
El GATT había surgido con carácter provisional, a la espera de la llegada de la fallida OIC. Y a lo largo de su vigencia se puede afirmar que logró un indiscutible éxito en cuanto a su objetivo nº 1: impulsar la liberalización de los intercambios comerciales internacionales. Las progresivas rebajas de los aranceles lograron expandir el comercio mundial a lo largo de las décadas de 1950 y 1960. Y es que, hasta la Ronda Kennedy, los esfuerzos se centraron en la búsqueda de una mayor liberalización del comercio mundial, mediante la progresiva rebaja de los aranceles sobre productos industriales.
Con todo ello, durante gran parte de la vigencia del GATT, el comercio mundial alcanzó unas tasas de crecimiento muy altas (de en torno al 8% anual), superando siempre el ritmo de crecimiento de la producción. Y en su momento, la incorporación de nuevos países de la órbita soviética al GATT, tras la caída del telón de acero, vino a reforzar la importancia del sistema multilateral de negociaciones comerciales.
Ahora bien, a lo largo del decenio de 1970, las cosas cambiaron en el contexto del comercio internacional. La crisis económica que afectó a la economía mundial durante esos años hizo que muchos países sustituyeran los aranceles (cuya protección, como se ha dicho, se había reducido notablemente) por otros mecanismos proteccionistas más opacos y más dañinos que el arancel. En efecto, los cierres de industrias, el crecimiento del desempleo y la caída de la demanda mundial provocaron que los distintos países recurrieran a nuevos métodos de protección de sus economías. Fue así como el mundo occidental empezó a diseñar las llamadas barreras no arancelarias, de más difícil control y seguimiento que el arancel tradicional, con el fin de proteger los sectores económicos que se enfrentaban a la mayor competencia que representaban los mercados exteriores.
Por otra parte, cada vez emergía con más fuerza un comercio de servicios que no estaba regulado por las normas del GATT, pues este cubría el intercambio de manufacturas o productos industriales. Y junto a ello, el tema agrícola necesitaba ordenar muchas cuestiones a nivel mundial, y el GATT del momento no daba respuesta a esa necesidad.
No es difícil entender que se hiciese necesario, por lo tanto, dar un nuevo enfoque al sistema multilateral del comercio mundial, y con esas miras se propuso la celebración de la Ronda Uruguay. Dicha Ronda adoptó el nombre del lugar en la que dio comienzo, la localidad uruguaya de Punta del Este, y supuso la última de las rondas del GATT, dando paso a la OMC.
Mediante otras entradas iremos ampliando esta temática.