El día 7 de febrero de 1812, un día frio y nublado típico de Inglaterra, nació Charles John Huffman Dickens, el que posteriormente iba a deslumbrar el mundo con sus grandes obras. Segundo de una familia numerosa de siete hijos, desde pequeño vivió las inclemencias de la mala administración monetaria; un hecho que, sin duda, lo marcó de por vida pero permitió formar el carácter y el genio que nos entregó esas magníficas letras para la posteridad. Esta es la vida y obra de Charles Dickens.
Conociendo a las clases bajas de frente
La gran esperanza de la familia era su hermana mayor, que fue a estudiar a la Real Academia de Música. El pequeño Dickens, con 10 años, fue sacado de su colegio para trabajar y ayudar con los gastos de la familia. Una oscura fábrica marcaron el carácter del pequeño; el odio hacia su madre y hacia la desigualdad comenzaron a formarlo, increíblemente, como un gran escritor.
Ya maduro, decidió abandonar la escuela por cuenta propia, encontrando trabajo como pasante de abogado, hecho que le permitió no solo aprender el maravilloso oficio taquigrafía, sino conocer de primera mano el mundo de las justicia y la hipocresía de los abogados, una de las figuras que retrató de un modo más cruel en casi todos sus libros. En aquella época comenzó a realizar sus primeras tentativas literarias como dramaturgo. También comenzó a ver los frutos de sus crónicas parlamentarias independientes y sus posteriores labores como periodista del parlamento.
Sin embargo, el gran talento del joven Dickens todavía no se había hecho público, ya que sus primeros trabajos decidió publicarlos en el mundo del anonimato, bajo el seudónimo de Boz. Encontró el amor dentro de la caja de sentimientos que le proporcionó Catherine Hogarth, hija del director del Morning Chronicle. Esta relación permitió dar un gran salto a la carrera artística de Dickens, ya que por entonces se dio a conocer la magnífica novela Los papeles póstumos del club Pickwick, a la que seguirían, poco tiempo después, Oliver Twist, Nickolas Nickelby y El almacén de antigüedades. Todas esas obras, escritas y publicadas en un intervalo de cuatro años, tuvieron una acogida sensacional y Dickens consiguió el prestigio artístico con el que tanto había soñado.
Una sorpresa se la dio la vida cuando, tras dar a conocer su estilo ligero de escritura y sus ideas de una actitud comprometida socialmente (digno ejemplo la escritura de Oliver Twist), la clase media y alta lo acogieron, dándole la fama y el renombre que hasta nuestros días sigue presente.
Caída libre y el posterior levantamiento
Cuando se hubo ganado la simpatía y admiración de las clases media y alta, Dickens se trasladó a Estados Unidos, y allí comprobó que la sociedad norteamericana tenía los mismos vicios de explotación hacia la clase baja que en su Gran Bretaña natal. Surgió de él ese sentimiento negativo guardado desde pequeño, que lo llevó a escribir la crítica novela Martín Chuzlewit, que fue pésimamente recibida en Estados Unidos y un fracaso extraordinario en el Reino Unido.
Este hecho lo deprimió, ya que su tipo de lectura fue criticado y destruido. Decidió crear una serie de relatos y trabajar en historias de navidad, presentando el genial Cuento de Navidad. El resto de sus días escribía sobre el sentimiento navideño y daba lecturas de sus obras, ganando sumas importantes de dinero. El 9 de junio de 1870 su corazón decidió detenerse, aunque dejó un legado importante en nuestros corazones. Charles Dickens, el joven de clase baja que adoptaron los pudientes .
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