Hace unos años publiqué la nota que reproduzco debajo en un periódico local de Granada, reflexionando sobre la gran oportunidad que supone para la divulgación de la historia natural y la ecología el estreno en grandes salas de cine de películas documentales sobre naturaleza, como las de WandaVision y Joaquin Gutierrez Acha. Entonces me quejaba de que una de ellas, Cantábrico, no había sido estrenada en Granada. Hoy estoy muy contento porque sí que estrenan en Granada otra película de Joaquin Gutierrez Acha, Dehesa, y la reflexión sigue siendo la misma, pero en positivo. Espero que vaya mucha gente a verla
«El Cantábrico no baña Granada
En nuestros días salir en pantalla facilita llegar a una audiencia amplia y parece fundamental para dar a conocer y popularizar personas, lugares o productos. Y en una sociedad eminentemente urbanita, con un contacto con el mundo natural cuando menos limitado, los documentales de naturaleza representan una extraordinaria herramienta de divulgación del mundo natural. Varias generaciones de españoles aprendimos a amar nuestros hábitats, flora y fauna con el trabajo de Felix Rodriguez de la Fuente, y hemos descubierto la historia natural más lejana de la mano de Attenborough. A pesar de que hay muchos buenos realizadores de cine de naturaleza en nuestro pais, consumimos mucho documental foráneo de paraísos lejanos y animales exóticos. Por eso creo que es necesario destacar las buenas producciones españolas centradas en descubrir nuestros hábitats, al mismo tiempo tan cerca y tan desconocidos. Una de estas producciones se estrenó el 31 de Marzo: “Cantábrico” de Joaquín Gutierrez Acha (Wanda Films). He podido ver el tráiler, entre otras unas maravillosas imágenes de una osa con sus oseznos y de un grupo de lobos cazando en las montañas de la Cordillera Cantábrica. Llevaba semanas esperando el estreno de este largometraje, un tipo de cine que transmite valores de amor y respeto por el patrimonio natural. Conocer para amar, amar para respetar y conservar, se suele decir. No he podido ver Cantábrico en Granada. Sospecho la gran película que es porque he visto “Guadalquivir”, también de Gutierrez Acha, el relato de la vida de un zorro que nos traslada a lo largo del gran río desde los inmensos espacios forestales de Cazorla y Segura hasta las marismas de Doñana, con linces, ciervos, águilas y buitres como compañeros de viaje. Un viaje lleno de bellas imágenes, acompañadas de la cautivadora voz de Estrella Morente. Imposible no sentir emoción, no desear ir allí y conocer de cerca a los protagonistas. Esperaba caer rendido a los pies de “Cantabrico”, de sus osos, montañas y urogallos, pero tendré que esperar por ahora.
Es una pena que este tipo de producciones no alcancen una mayor difusión. “Guadalquivir” la vieron en salas comerciales solo 17.726 personas (instituto de cinematografía, ministerio de Educación, Cultura y Deporte). La mayoría de películas españolas sobrepasan varios centenares de miles de espectadores. Cantábrico se ha distribuido solo en 67 salas comerciales en el momento en que escribo esto (según Wanda Films), ninguna de Jaén, Almería o Granada, por ahora. La mayoría de películas españolas la vencen por goleada en distribución.
Entiendo por qué ocurre esto y se que el número de espectadores sería bajo aunque “Cantábrico” estuviera en todos los cines de España. Pero es una pena que el magnífico trabajo de esta y otras muchas productoras españolas, pase tan desapercibido precisamente por el gran público, el que más puede beneficiarse del efecto de educación y concienciación ambiental que producen estos trabajos. Que estos largometrajes puedan verse en la gran pantalla es una gran oportunidad para intentar que este tipo de cine sea de consumo más general. Animar a los conocidos a verlos, llenar las salas e intentar que aguanten algo más, que lleguen a más gente sería bonito y deseable, ya que estoy convencido de que poseen un gran poder educativo y la capacidad de descubrir una realidad natural cercana pero olvidada y desconocida por mucha gente.»
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