Ha pasado ya casi un mes desde que el libro de divulgación sobre estrategias reproductivas que escribí hace algo más de una año llegó a las librerías. “La astucia de las aves”, se titula. Ahora que han pasado unas semanas y que sé que ya lo han leído algunos amigos me gustaría contar aquí porqué lo escribí y como en el proceso de publicarlo ha acabado con un título distinto al que tenía.
Porque el libro que yo imaginé, y escribí, se llamaba “El pollito feo”, y de hecho todavía se llama así para mí. Con mis amigos hablo de “el pollito” y en mi ordenador hay una carpeta que se llama Elpollitofeo con todos los documentos relacionados. Sin embargo, cuando la editorial que muy amablemente aceptó publicarlo, Almuzara (en su sección de divulgación científica, Guadalmazán), estaba editando y procesando el libro, el editor que se encargó de todo el trabajo, que ha hecho un gran trabajo sin duda, me explicó que el libro no podía llamarse como yo lo había titulado, si es que quería vender alguno. Había que buscar un título con más gancho, que atrajera al público general. No voy a entrar en más detalles, porque no merece la pena, negociamos, hablamos y finalmente el libro salió con ese título (La astucia de las aves), que a mí no me parecía que recogiera exactamente lo que yo pretendía. El contenido del libro, sin embargo, está tal cual yo lo escribí, evidentemente.
He rebuscado entre mis ficheros y he encontrado un prefacio que quedó fuera de la versión final (por decisión mía – nunca llegó a la editorial) en el que explicaba lo que pretendía con la idea de escribir un libro sobre comportamiento animal. Decía yo (probablemente a mí mismo):
“Mi intención al escribir El pollito feo era compartir mi interés por la historia natural y el comportamiento animal e intentar despertar la curiosidad por aprender más en los lectores, usando como excusa e hilo conductor la existencia de comportamientos asociados a la reproducción que parecen engañosos o manipuladores desde una perspectiva humana, en particular la estrategia que conocemos como parasitismo de cría en las aves…. He intentado esbozar explicaciones evolutivas para los comportamientos y estrategias descritas, y hacerlo de forma sencilla pero manteniendo la rigurosidad en la medida de lo posible y tenía muy claro que en la medida de lo posible quería usar ejemplos de animales cercanos, que se pueden ver en la Península Ibérica, y también en la medida de lo posible de autores españoles, es decir ciencia hecha en nuestro país… seleccionar estudios con especies cercanas a los lectores siempre que ha sido posible es una manera de recordar que historias extraordinarias ocurren también en nuestra proximidad, y no solo en lejanas junglas o montañas.”
Pero hablar sobre historias maravillosas que le ocurren a urracas u hormigas parece que no es suficiente para atraer la atención del público general. Por eso mi título y un dibujo de las dos especies protagonistas de buena parte del libro (críalos y urracas) no era lo más apropiado, y había que recurrir a ganchos más efectivos: un cisne y la idea de que la astucia, que resulta atractiva para los humanos, cuando se aplica a los animales.
Así que ¿un poco de marketing es la mejor estrategia para que la divulgación tenga mayor alcance?
No lo sé, pero he recordado un trabajo con el que me encontré hace un par de meses que reflexiona sobre los estereotipos y sesgos a la hora de hablar sobre el cambio climático. El trabajo se titula “Worlds apart, drawn together: Bears, penguins and biodiversity in climate change cartoons” (Mundos aparte dibujados juntos: osos, pingüinos y biodiversidad en las viñetas sobre el cambio climático), y es de 3 investigadores de la Universidad de Valencia. Me llamó la atención el título y me lo bajé para leerlo. Es un análisis interesante de cómo se utilizan figuras emblemáticas, en este caso especies emblemáticas, para divulgar problemas que no solo afectan a esas especies, sino que son mucho más globales. El mensaje parece estar claro, el clima está cambiando y los pingüinos lo están sufriendo.
Sin embargo, el cambio climático y los problemas derivados de la transformación y pérdida de hábitat los sufrimos todos. Nosotros también, y la flora y fauna más cercana por supuesto.
En el artículo los autores destacan que los dibujantes de viñetas, tiras cómicas y comics apenas usan fauna propia de su país o áreas más cercanas para mandar mensajes de advertencia, más o menos ácidos o divertidos, sobre las consecuencias de la transformación que está sufriendo el planeta. No sólo eso, apenas aparecen insectos u otros grupos de invertebrados. No es una excepción, la misma tendencia se da en periódicos, revistas y otros medios de comunicación. Hay por supuesto excepciones, y algunos dibujantes eligen grupos de animales que puedan estar más relacionados con el tema que presentan, por ejemplo peces para hablar sobre la acidificación de los océanos. Pero el retrato de la biodiversidad que ofrecen es pobre: más de la mitad de especies representadas en las viñetas son mamíferos, y lo más frecuente es que se trate de especies “alóctonas” para los dibujantes, que viven en ambientes lejanos a los de los potenciales lectores de las tiras. Incluso frecuentemente se dibujan juntos animales que no podrían estarlo por motivos biogeográficos obvios, como los osos polares y los pingüinos. Los autores del trabajo advierten del estereotipado uso (y abuso) de algunos grupos (y especies) justificado por su atractivo como especies simbólicas que llaman la atención de los lectores; en este sentido se puede justificar el sesgo como mal menor en aras de que el mensaje llegue lo más lejos posible. Pero también merece la pena plantearse si no sería recomendable poner el foco en especies cercanas y próximas, que también están sufriendo las consecuencias de los acelerados cambios en los hábitats naturales. Los autores del trabajo recomiendan empezar a rebajar estos sesgos usando especies autóctonas, utilizando mayor diversidad de grupos animales y vegetales e intentando ser más rigurosos en la presentación de las especies y sus hábitats.
Es decir, descubrir diversidad animal y vegetal cercana al mismo tiempo que se denuncia la precaria situación de muchas de estas especies. Pongamos un ejemplo: la plataforma para la conservación de las aves esteparias y sus hábitats en Andalucía (https://www.facebook.com/Plataforma-Conservaci%C3%B3n-de-Aves-Esteparias-y-sus-H%C3%A1bitats-en-Andaluc%C3%ADa-209025879997888/). Este colectivo conservacionista pone el foco en hábitats y especies cercanas que lo están pasando mal, proponiendo soluciones, y lo hace con rigurosidad, pero usando en sus mensajes a veces viñetas cómicas que se acercan algo más a una realidad cercana, por ejemplo los huertos solares y nuestros sisones y avutardas.
En definitiva, habría que empezar a compaginar el marketing, las especies simbólicas y los estereotipos con divulgación de historia natural, especies y problemas de conservación cercanos; una de cal y otra de arena, osos polares y avutardas, aves astutas y pollitos feos.
Referencia: Moreno-Tarín, S. , Pina, T. y Domínguez, M. (2021) Worlds apart, drawn together: Bears, penguins and biodiversity in climate change cartoons . Public Understanding of Science
DOI: 10.1177/0963662521992508.
Berta Domínguez Ortiz dice
Que la editorial ha sido astuta en la búsqueda de una portada atrayente es indudable, y que lo ha conseguido…, también.
Como integrante de ese «público en general», del que formo parte, he aprendido que las estrategias de hormigas, urracas, pavos reales, críalos y demás animalillos de nuestro entorno, son ricas y variadas.
Y aunque el fin no justifica los medios, a veces necesitamos hacernos notar. A veces, es necesario que el mensaje, el conocimiento o la denuncia nos lleguen de forma imantada y si para ello es necesario adornar un poco nuestra humilde realidad, bienvenido sea.
Como «publico en general», agradezco esta aproximación a un mundo hasta ahora desconocido para mi.
Este es un libro científico e interesante pero también ameno y entretenido; salpicado de referencias biográficas, que no solo nos acercan al mundo científico, sino también al del hombre que lo escribe y al todo su entorno, laborioso, preciso y esforzado.