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Modelo de docencia intensiva vs. extensiva

Cuando se discute sobre la calidad docente, uno de los parámetros a analizar debería ser la carga docente (cantidad) que solicita impartir cada docente en POD. En este sentido, podemos identificar dos modelos diferenciados: la práctica docente intensiva que no depende de la  carga docente y la práctica docente extensiva que sí depende. Para ilustrarlas, podemos parafrasear a docentes:

  • (DI) “Soy FPU y me encantaría dar las prácticas de esta asignatura, aunque sean pocas horas.”, “Soy JdC y me gustaría impartir clase de problemas en esta asignatura, aunque sea a un grupo reducido.” “No me importa compartir asignatura para formar equipo docente.”
  • (DE) “Necesito impartir más horas docentes para la acreditación. Me da igual la asignatura”. “Prefiero dar más horas antes que compartir asignatura.” “No quiero más carga docente porque John Doe tiene menos que yo.”

Slow teaching vs. ChatGPT

Uno de los retos a los que se enfrentan los docentes y los estudiantes es lo frenético del proceso lectivo, encorsetado en semestres cerrados, donde no hay tiempo para madurar los conocimientos ni las habilidades, sin oportunidad para la retroalimentación, para la búsqueda de soluciones por aproximaciones finitas. Tampoco se fomenta la lectura sosegada de los textos académicos avanzados, sin contemplación ni disquisiciones filosóficas. La inmediatez de las redes también ha cambiado la forma de aprender: acceso a mucha información pero sin digestión, ni depuración. Google como 1ª opción y wikipedia para los inquietos han sustituido a la enciclopedia que teníamos en casa o a la biblioteca municipal o del centro de estudios. La pandemia puso en solfa el modelo de enseñanza-evaluación presencial, por el virtuosismo de la comunicación telemática. Pero pronto se comprobó que no había garantías para asegurar la originalidad de las pruebas individuales. Y ahora, con el boom de la inteligencia artificial, nos encontramos con ChatGPT, la evolución 2.0 de los textos predictivos. Con esta herramienta es posible hacer consultas sobre temas complejos, redactar textos avanzados o programar códigos sin saber del tema, sólo con unas pocas indicaciones. Palabrería muy cuidada. ¿Es ético [1]? ¿Turnitin será capaz de detectar esos documentos impostados? ¿los estudiantes preferirán concertar tutoría con un chat antes que con un docente humano? ¿se agotará la creatividad, el análisis crítico, la inspiración derivada de la lectura placentera, el enriquecimiento del vocabulario y la dialéctica?

“Cualquier profesor que pueda ser sustituido por una máquina, debería ser sustituido por una máquina” — Arthur C. Clarke

Equipos docentes

La praxis docente mejora considerablemente si se interactúa dentro un equipo docente, donde además de discutir las cuestiones organizativas de cada curso (guía docente, puesta en común de exámenes, coordinación dentro del grado), se reflexione sobre conceptos, metodologías, problemas enriquecidos… A diferencia de un equipo investigador, encorsetado por la ejecución de un proyecto limitado en el tiempo y con un marcado líder, un equipo docente favorece la participación y la acción contemplativa del Slow Professor [1], que redunda con seguridad en un aumento de la calidad docente (que no tiene por qué correlacionarse con la tasa de éxito). La indolencia, inercia, costumbrismo o ser el único docente de asignatura van en contra de esta mejora.

Por otro lado, como ocurre con la gestión, resulta más “higiénico”, plural y transversal que los equipos docentes no estén formados por docentes que investiguen juntos. Esto promueve el debate libre, sin condicionantes y permite acceder a otras realidades académicas.

Formación docente

“Las personas que integran la comunidad universitaria velarán por la calidad y la mejora continua de las actividades universitarias, utilizando instrumentos de evaluación de calidad contrastada, y favoreciendo un clima de confianza, colaboración y participación activa en estas tareas.” [1]

“La labor del profesorado debe abordarse desde una reflexión sobre la actividad desarrollada que favorezca su propio aprendizaje, a través de la autoformación o de la formación regulada por otras instancias, y debe desarrollarse desde una predisposición a introducir cambios que afecten a la mejora del proceso de enseñanza-aprendizaje.”[2]

El PDI debería formarse/reciclarse como docente universitario, con independencia de su categoría y antigüedad, para la mejora y actualización de su función docente. Esto, junto con la propia práctica docente y el compromiso en su desempeño, si bien no aseguran una enseñanza de calidad, aumentan la probabilidad de conseguirla y beneficiará a su Dpto a través del contrato PROGRAMA. En este enlace [3] encontrará los programas que oferta la UGR. Fuera de estos programas existen otras muchas iniciativas. Infórmese.

 

 

¿Dualidad docente-investigador del PDI?

En cualquier estatuto de universidad y en la legislación preceptiva se especifica que el PDI tiene dos funciones: la docente y la investigadora. Sin embargo es bien conocido que, de facto, la única actividad del PDI permanente realmente regulada, aunque no tasada, es la docente. La actividad investigadora se incentiva con complementos a la nómina y descuentos docentes, participación en dirección de tesis y en comisiones de selección, pero en última instancia recae en la voluntad del propio PDI. La laxitud en los controles de la actividad del PDI ha sido advertida por la Cámara de Cuentas [1], admitiendo que la UGR “no cuenta con los procedimientos necesarios que permitan discriminar los gastos imputables a la actividad docentes de los devengados por su actividad investigadora, en particular respecto a cuáles son las retribuciones devengadas por el tiempo dedicado a las funciones de investigación”.

Existe el cuerpo docente universitario, que desarrolla su actividad en la enseñanza universitaria aunque tiene plena capacidad docente e investigadora. Para el acceso a este cuerpo de funcionarios de carrera se requiere “no padecer enfermedad ni estar afectado por limitación física o psíquica que sea incompatible con el desempeño de las funciones correspondientes al cuerpo docente de que se trate”. Las revisiones médicas para ello se centran en problemas de voz, vista, cuello y espalda. Por otro lado, en la normativa se menciona que la especificación de una actividad docente e investigadora en una convocatoria de plaza en ningún caso supondrá para quien obtenga la plaza un derecho de vinculación exclusiva a esta actividad docente e investigadora, ni limitará la competencia de la Universidad para asignarle distintas obligaciones docentes (nada sobre obligaciones investigadoras).

La inspección de servicios atiende prácticamente asuntos relacionados con el desempeño docente o cuando impliquen actuaciones impropias del profesorado universitario. El PDI con 60 o más años puede solicitar reducción de carga docente en algunas universidades pero no existe un equivalente de reducción de actividad investigadora. Los sexenios de investigación y transferencia tienen más reconocimiento que los quinquenios docentes porque están auditados y evaluados externamente, y porque son discriminatorios. En 2023 se prevé un sexenio docente [2] para discriminar la labor docente entre el PDI.