Por Victoria De León. Alumna del Máster.
La creatina es una ayuda nutricional ergogénica ampliamente utilizada por atletas de diferentes disciplinas deportivas con el objetivo de mejorar su rendimiento. Numerosos estudios científicos han demostrado consistentemente que la suplementación con creatina puede aumentar los niveles en los músculos, lo que puede explicar las mejoras observadas en el rendimiento del ejercicio de alta intensidad y la adaptación al entrenamiento.
Además de los beneficios en el rendimiento atlético, la creatina también ha demostrado tener efectos positivos en otros aspectos relacionados con la salud y el bienestar. Por ejemplo, se ha evidenciado que la creatina puede mejorar la recuperación post-ejercicio, reduciendo la inflamación y acelerando la regeneración muscular. También se ha demostrado que la creatina puede tener un papel en la prevención de lesiones, al mejorar la capacidad de los músculos para resistir el estrés mecánico y reducir la fatiga muscular, lo que puede ayudar a evitar lesiones durante la práctica deportiva.
También, la creatina ha sido estudiada en relación con otros aspectos de la salud, como la termorregulación, la rehabilitación de lesiones, y la protección neurológica en casos de enfermedades neurodegenerativas, diabetes, artrosis, fibromialgia, envejecimiento, isquemia cerebral y cardíaca, depresión en adolescentes y embarazo. Los resultados de estos estudios han sugerido que la creatina puede tener efectos positivos en la mejora de la función cognitiva, reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas, protección contra el estrés oxidativo, la inflamación y mejora de la función cardiovascular, entre otros beneficios potenciales.
Es importante destacar que la creatina ha sido ampliamente estudiada en diferentes poblaciones de individuos, desde atletas de alto rendimiento hasta lactantes, ancianos y pacientes con diversas condiciones de salud, y se ha demostrado que es segura y bien tolerada en dosis adecuadas. Incluso se ha estudiado la suplementación a largo plazo, con dosis de hasta 30 g/día durante 5 años, sin evidencia de efectos adversos significativos. Además, la creatina también se puede obtener a través de la dieta habitual, con una ingesta regular de creatina en alimentos de origen animal, como la carne y el pescado.
En resumen, la creatina ha demostrado consistentemente mejorar el rendimiento atlético y tener efectos positivos en la recuperación post-ejercicio, prevención de lesiones, termorregulación, rehabilitación y protección neurológica en diversas condiciones de salud. Además, la creatina es segura y bien tolerada en dosis adecuadas. Sin embargo, es importante consultar a un profesional de la salud o a un especialista en nutrición antes de comenzar cualquier programa de suplementación, para asegurarse de que sea apropiado y seguro para cada individuo.
Bibliografía:
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