Por Victoria De León. Alumna del Máster.
La hipertensión arterial, también conocida como presión arterial alta, es una condición médica en la que la presión ejercida por la sangre sobre las paredes de las arterias es mayor de lo normal. La presión arterial normal es de alrededor de 120/80 mmHg, pero se considera hipertensión cuando la presión arterial es igual o superior a 140/90 mmHg en varias mediciones.
La hipertensión arterial es un problema de salud importante en todo el mundo, y puede causar complicaciones graves como enfermedades cardiovasculares, enfermedades renales y accidentes cerebrovasculares. Además, a menudo no presenta síntomas evidentes y puede pasar desapercibida durante años, lo que la convierte en un problema de salud aún más peligroso.
La hipertensión arterial puede ser causada por varios factores, como el sobrepeso, la falta de actividad física, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la dieta poco saludable y el estrés. También puede ser el resultado de una predisposición genética.
El tratamiento de la hipertensión arterial incluye cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, medicamentos recetados por un médico. La dieta es un factor sumamente importante para su control.
Modificaciones en la dieta, como la dieta DASH, además de la pérdida de peso y la reducción de sodio, pueden tener beneficios importantes en el control de la hipertensión arterial.
La dieta DASH es un plan de alimentación saludable que se enfoca en prevenir o tratar la presión arterial alta. Contiene alimentos ricos en potasio, calcio y magnesio para controlar la presión arterial, mientras limita los alimentos con alto contenido de sodio, grasas saturadas y azúcares agregados. Los estudios han demostrado que la dieta DASH puede reducir la presión arterial y los niveles de LDL en tan solo dos semanas, lo que puede ayudar a prevenir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Dicha dieta es un enfoque alimentario flexible y equilibrado que promueve un estilo de vida saludable para el corazón y se adapta fácilmente a los alimentos disponibles en el supermercado. Esta dieta se enfoca en alimentos como verduras, frutas y granos integrales, así como productos lácteos bajos en grasa, pescado, aves, frijoles y nueces. Por otro lado, limita el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, como la carne con grasa y los productos lácteos enteros.
Bibliografía:
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