La villa romana de Salar se presenta, actualmente, como uno de los más importantes hallazgos recientes de época romana en toda la Península Ibérica. La buena conservación de sus estructuras, y la espectacularidad de las mismas (destacando, entre todas, sus mosaicos polícromos figurados) sitúan a ésta entre las mejores villas romanas de toda Hispania, y parangonable con cualquiera de las que inundaron todo el imperio romano. El escaso porcentaje de sus dimensiones totales hasta ahora excavado, y sus elementos constructivos de gran singularidad, e incluso, exclusivos de ésta (y eso quiere decir, no identificados en todo el mundo romano hasta hoy día), hacen de la villa romana de Salar un conjunto monumental con un enorme potencial arqueológico e histórico.
Con una ocupación que abarca entre los siglos I al VII dC., se ha excavado un amplio sector de la pars urbana de la villa, de la que destacan el amplio triclinio con ninfeo en su cabecera, o los excepcionales mosaicos de cacería (ambulacro occidental) y de temática marina (ambulacro oriental) que rodean al peristilo. Asimismo, se ha excavado otro edificio monumental, de época tardoantigua (mediados del siglo V a mediados del VI), que amortiza estructuras de la pars rustica de la villa tardorromana.
Por otro lado, desde el punto de vista social y cultural, la decidida apuesta del Ayuntamiento de Salar por la investigación, conservación, musealización y difusión de este bien patrimonial, ha tenido unas rápidas consecuencias para este pequeño y otrora desconocido municipio: en solo 6 años, lo ha situado como referente, no solo a nivel comarcal y provincial, sino también regional, de buenas prácticas con el patrimonio, y un claro ejemplo de cómo la inversión en dicho patrimonio revierte, a corto plazo y multiplicado, en la localidad que lo protagoniza, tanto a nivel económico, como social y cultural.