En todo ese barullo de visitas, apuntes, horas perfectamente programadas para recuperar el sueño perdido durante el primer cuatrimestre, resacas, selección minuciosa de los dulces y tiempos de vaguedades varias, también hay tiempo para leer. A continuación hago una propuesta de lecturas navideñas. Pero antes, un poco de historia.
Piensa en la imagen que tienes de la Navidad. Decoración navideña por todas las esquinas, reuniones familiares, villancicos, una mesa enorme con montones de comida y bebida, momentos agradables cerca de una chimenea o en la intimidad de la casa familiar. El espíritu de la Navidad. Entrañable, ¿verdad? Pues bien, esta tradición es una invención de la época victoriana. ¿VICTORIANA? Sí, querido lector, pero como respuesta a toda pregunta inquietante, un poco de historia.
Las celebraciones de estas fechas son de origen pagano. La llegada del invierno y el fin de los trabajos en el campo, además de la gran espera de la llegada de la primavera. Piensa en las Saturnales romanas. La adaptación cristiana posterior no es más que eso, una adaptación a una tradición simbólica muy arraigada en la sociedad. En la época medieval se celebraba la Noche de Reyes o Twelfth Night. ¿12? ¿De dónde sale ese 12 si Navidad es el 25 de diciembre? Desde el Nacimiento de Jesús (25) hasta la visita de los Reyes (5-6) van 12 días. Es lo que se conoce como la epifanía. Esta festividad incluía bebida, comida y, como en cualquier ambiente festivo, toda serie de malentendidos. Does it ring a bell to you? Es aquí donde empieza la recomendación navideña. (Podéis consultar más información sobre la obra en el enlace [1]).
Pero volvamos a la época victoriana. Piensa en una sociedad muy dividida económicamente pero con un sentimiento de comunidad muy fuerte. La excusa de las fechas señaladas como la epifanía era perfecta para reunirse, comer y beber como si no hubiese un mañana. Incluso si después el bolsillo sufriera mucho. El oficio de panadero cobró especial importancia. Se esforzaban en hacer tartas descomunales (porque the bigger, the better) para ponerlas en los escaparates y atraer a más clientela. Pero no pienses en tartas sofisticadas de chocolate, bolitas de anís, y cremas refinadísimas. Piensa en un troncho gordo de harina, frutas secas, y huevo. El azúcar era todavía MUY caro. Recuerda que eran panaderos, no pasteleros. Para que se inventase el roscón de reyes todavía quedaban bastantes años. Aun así, te haces una idea de fiestas en las que el objetivo es reunirse con los seres queridos, comer y beber. En cantidades proporcionales. Como curiosidad, se empezaron a comercializar libros de recetas para estas fechas que todo el mundo tenía. Como siempre, la versión para la clase trabajadora y clases más elevadas. A continuación los libros de Charles Elme Francatelli.
Con la revolución industrial, el ambiente idílico de casa de campo en la que pasar las fiestas en la tranquilidad y armonía de la naturaleza se fue erradicando. Aun así, esto no hizo más que fortalecer la necesidad de reunirse en las fechas señaladas y volver al calor humano. Eso sí, después del trabajo duro en la fábrica. Como curiosidad, dejo información en un enlace [2] sobre una de las primeras fábricas de galletas de Londres (1822) especializadas en cajitas de galletas y postres navideños, desde asequibles por todos hasta elaboraciones sofisticadas.
En todo este barullo de elaboración de comidas y ambiente familiar, también había tiempo para leer. Ahora sí, sé que desde que leíste “VICTORIANO” una bombillita con la imagen de Charles Dickens no dejaba de parpadear en tu cabeza. Pues aquí el clásico.
Para aquellos a los que no les guste Dickens —¿hay alguien en el mundo a quien no le guste Dickens?—o simplemente estéis un poco cansados de la prosa, no os preocupéis. Podeis leer al genial William Morris en el siguiente enlace [3], especialmente “Sir Garhland, a Christmas mystery”.
Si todo esto de reuniones familiares, comidas copiosas y villancicos en modo aleatorio os altera sobremanera, si habéis deseado más de una vez en lo que va de fiestas vivir en una cabaña apartada del mundanal ruido (sí, es un guiño a que os leáis Far from the Madding Crowd de Thomas Hardy) aquí van algunas recomendaciones más actuales de vida apartada de ese ruido. Eso sí, me resulta casi imprescindible leerlos junto a una chimenea. Sea como fuere, felices fiestas y felices lecturas.
Fuentes citadas en el texto:
[1] https://www.rsc.org.uk/twelfth-night
[2] http://www.huntleyandpalmers.org.uk/ixbin/hixclient.exe?a=file&p=huntley&f=huntley.htm
[3] http://morrisedition.lib.uiowa.edu/Poetry/Defence_of_Guenevere/defencetext.html#galahad
Otras fuentes:
- “Victorian Bakers at Christmas”, documental en BBC.
- La información de esta entrada procede de lecturas propias, consulta de programas de radio y televisión y recomendaciones de libreros.
Imágenes (Links en títulos, hacer clic en título para acceder a ellos):
- Twelfth Night
- The Modern Cook (1845)
- A Plain Cookery Book for the Working Classes (1852)
- The Cook’s Guide and Housekeeper’s & Butler’s Assistant (1861)
- Charles Dickens’ A Christmas Carol (1843)
- Recomendaciones actuales: Collage hecho por S.G.L. Fuentes de las imágenes en el collage:
- Far from the Madding Crown
- Leñador
- La casa de los veinte mil libros
- La vida del pastor
- Un año en los bosques
- El libro de la madera
Autora: S.G.L.
Edición: E.R.S.
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