El cambio climático provocado por la acción del hombre ha sido identificado por Naciones Unidas como el principal reto para nuestra sociedad. Según multiples informes científicos, la utilización intensiva de energías contaminantes y las emisiones que genera son las principales causas de este fenómeno. Las consecuencias del cambio climático están siendo un progresivo aumento medio de las temperaturas del planeta, fenómenos meteorológicos extremos, reducción media de las precipitaciones y el deshielo de parte de las capas polares y el aumento del nivel del mar. Desequilibrar un sistema tan complejo como el de la Tierra puede traer múltiples consecuencias indirectas indeseadas tales como dificultades para el abastecimiento de agua en ciertas zonas densamente habitadas, polución, o incluso guerras por recursos naturales cuyo valor se mueve como consecuencia de los cambios, entre otros.
Las empresas tienen mucho que ver con la utilización intensiva de energías contaminantes y, por tanto, han sido identificadas entre las principales responsables del cambio climático. Al mismo tiempo, la capacidad tecnológica de las empresas permite verlas como una esperanza para nuestro planeta. Los directivos de las empresas en el siglo XXI deberán tener una especial atención al entorno natural por al menos cuatro razones:
1- Los gobiernos y la legislación serán progresivamente más exigentes con la actuación de las empresas. Aún cuando algunos políticos populistas puedan circunstancialmente parecer contrarios a medidas adicionales, la realidad de la contaminación y sus efectos directos e indirectos sobre los ciudadanos acaba necesitando de medidas. El cambio del gobierno chino, que se ha movido de una pasividad inicial radical para asuntos ambientales a un cierto liderazgo internacional, en parte como consecuencia de los graves problemas que sus ciudadanos están ya sufriendo, es una ilustración de lo que las empresas pueden esperar en un futuro. Los ciudadanos de muchos países piden a gobernantes «hacer algo» para que el aire que respiran no les provoque daños a la salud.
2- Los consumidores muestran una clara tendencia a preferir empresas responsables con su entorno. La preferencia puede conllevar en algunos casos a una disponibilidad a pagar más por los productos de la empresa respetuosa. En cualquier caso, lo generalizado es que el consumidor prefiere a la empresa respetuosa a igualdad de otras condiciones. Incluso así, considerando la fuerte competencia existente en muchos mercados, supone una ventaja interesante.
3- Los trabajadores tienen una clara preferencia a trabajar para empresas con buena reputación con su entorno. La preferencia tiene que ver con su interés en no tener que soportar una presión de su entorno social o familiar, por el cuidado de su propia saludo personal, o por ética personal. En general, los trabajadores más valiosos escogerán las empresas más deseables, o estarán dispuestos a trabajar en ellas incluso con salarios más bajos.
4- Los accionistas y los inversores preferirán no arriesgar el valor de sus inversiones por una mala actuación medioambiental. Múltiples estudios científicos han mostrado que la mayoría de las empresas muestran una relación positiva entre su gestión medioambiental avanzada y su rentabilidad.
Si te interesa el tema, quizás quieras ver este vídeo en el que la Universidad de Granada me pidió que explicase cómo y por qué las empresas podrían ayudar al medio ambiente. Está dentro de una serie de vídeos sobre temas científicos titulada #aCienciaCerca que organiza Carlos Centeno de la Oficina de Gestión de la Comunicación de la Universidad.