Por Soraya Paz. Alumna del máster.

Un disruptor endocrino es una sustancia química exógena que tiene efectos adversos para la salud de
un organismo o para la salud de su descendencia, como consecuencia de cambios en la función
endocrina. Algunos de los más frecuentes son:

→ Bisfenol A (BPA).
Posee propiedades estrogénicas y forma parte de materiales en contacto con alimentos. Es uno de los
más frecuentes, y en condiciones determinadas puede transferirse al alimento y ser ingerido.
A nivel molecular interactúa con numerosos receptores celulares (estrogénicos, androgénicos,
glucocorticoideos…). La mayoría de los estudios sobre sus efectos sugieren alteraciones metabólicas,
alteraciones en el neurodesarrollo y el comportamiento, en la memoria, y en la capacidad reproductiva.
En la actualidad, el uso de Bisfenol A en la UE para materiales en contacto con los alimentos está
permitido con diversas condiciones y está prohibido para su utilización en recipientes alimentarios
destinados a niños menores de 3 años. En algunos países, como Francia, se ha prohibido su uso en
cualquier utensilio, envoltorio y recipiente alimentario.

→ Parabenos.
Los parabenos son químicos empleados como preservantes en multitud de productos, tanto
alimentarios como cosméticos. Se ha demostrado su actividad antiandrogénica y estrogénica.
Actualmente hay algunos parabenos cuyo uso general en cosmética está prohibido, como el
isopropilparabeno y el isobutilparabeno, y otros como el butilparabeno y el propilparabeno tienen
muchas restricciones en productos pediátricos. Otros tienen niveles de concentración limitados.

→ Ftalatos.
Son compuestos empleados para hacer los plásticos más maleables. El problema es que no quedan
completamente adheridos a la matriz plástica, por lo que pueden o transferirse fácilmente. Aunque no
se sabe bien cómo entran en la cadena alimentaria, parte de la exposición humana se cree que pueda
venir de los materiales en contacto con los alimentos y juguetes infantiles. Se han detectado numerosos
efectos adversos en la salud.
Su uso en productos cosméticos, artículos para el cuidado de niños y en algunos juguetes está prohibido
en la UE, y se han establecido especificaciones de uso en materiales en contacto con los alimentos.

BIBLIOGRAFÍA.
Kabir, E. R., Rahman, M. S., & Rahman, I. (2015). A review on endocrine disruptors and their possible impacts on
human health. Environmental toxicology and pharmacology, 40(1), 241–258.

Rashid, H., Alqahtani, S. S., & Alshahrani, S. (2020). Diet: A Source of Endocrine Disruptors. Endocrine, metabolic & immune disorders drug targets, 20(5), 633–645

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