El asentamiento medieval del Pago del Jarafí (Lanteira, Granada), se localiza en la Mancomunidad del Marquesado del Zenete (Granada), y fue objeto de excavación arqueológica entre los años 2014 y 2017, que nos ha permitido conocer algo más una comunidad campesina, los procesos de cambio tras la conquista árabo-islámica, su relación con el medio y sus estrategias productivas. Dicho hábitat rural presenta una fase de ocupación que arranca en época tardoantigua, en el siglo VI, y que alcanza mediados del siglo XIII, habiéndose constatado en su subsuelo estructuras domésticas y de almacenamiento, una pequeña mezquita rural, a la que se asocia una humilde maqbara, así como algunas estructuras de producción relacionadas con la actividad metalúrgica y, probablemente, alfarera.
Desde el punto de vista de la cerámica, se constatan desde producciones groseras elaboradas a mano y torno lento, tanto preislámicas como islámicas, que nos evidencian claramente el paso de la tardía antigüedad al periodo islámico, en un proceso gradual y no rupturista, hasta algunas de las series cerámicas habituales de época almohade y nazarí, momento que supone el abandono de este asentamiento, en torno a mediados del s. XIII, y su transformación en un espacio agrícola aterrazado que alcanza hasta nuestros días. Sin embargo, el carácter rural y humilde de nuestro asentamiento justifica la inexistencia o escasísima aparición de producciones habituales en los contextos califales, ziríes y de los imperios africanos, como el verde-manganeso, la cuerda seca o las cerámicas esgrafiadas, lo que demuestra un relativo aislamiento del Jarafí, y más ampliamente, de estas áreas montañosas de la cara norte de Sierra Nevada, respecto a las principales rutas comerciales del momento.