Un nuevo comienzo, después de mucha escritura fragmentada en la Red
En este primer post del blog Imaginado, continúo con una manera de ver y pensar el mundo, desde la reflexión que favorece la escritura, también desde la clarificación que aportará, en su momento, la creación visual. La necesidad de contemplar el entorno, académico o no académico, de forma crítica y constructiva. Además, son muchas las razones que me llevan a iniciar este proyecto, a pesar de que han pasado ya bastantes años desde la moda de los blogs, incluso en un momento en el que el microbblogling se ha impuesto y surge el debate sobre la necesidad o no de diseñar y alimentar de forma periódica un espacio de estas características en la web. De hecho, Twitter permite ya más espacio y son muchas las redes que favorecen aportación de contenido escrito o visual. Sin embargo, a pesar de estar en todas estas redes, considero imprescindible dar el paso de generar contenido y, sobre todo, para compartir y seguir aprendiendo.
Por qué esta web ahora, en 2018
1. La primera razón para escribir es la necesidad de clarificar y organizar las propias ideas, la producción investigadora y docente. En este sentido, es útil para mí y también puede ser interesante para colegas, alumnado y personas interesadas en las materias que trabajo, el hecho de acercarse de un solo vistazo a los principales proyectos en los que participo, a las publicaciones más recientes o a las reflexiones que sea capaz de ir aportando en el día a día. Así, yo mismo comprobaré cuál es la foto sincrónica de un momento concreto, pero también cuál es la evolución diacrónica de mi trabajo, de mis intereses y de la transformación de esas inquietudes en realidades. Siempre, desde el eje central del análisis de la imagen, conectado hoy día con la enseñanza de las artes visuales en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada. Sin embargo, además de ese eje temático, Imaginado es también un espacio que reservo para la reflexión sobre lo más local, vinculado a la cultura o a diversos aspectos de mi ciudad, de mis propias pasiones personales, como puede ser en algún momento la música y como son siempre la comunicación o la fotografía, por mencionar algunas temáticas. Se trata, por tanto, de un blog generalista, que será un foro para la expresión de opiniones personales.
Nadie debe asustarse de los posibles saltos temáticos en lo que es la compleja diversidad de un solo mundo. Justo ahora, que no me dedico a la información económica, la valoro más que nunca, por ejemplo en sus conexiones con la cultura y con el arte
2. La segunda razón, por tanto, es ofrecer el resultado de mi esfuerzo a la comunidad educativa, científica e investigadora, también a los amigos y a las amigas, lejanos/as a veces a la intensidad de una agenda de contenidos que, si no se comparte, se diluye en el tiempo y en otros espacios, llegando a reducir su presencia en mi recuerdo y en mi propio pensamiento. Esta herramienta es, por tanto, un diario de todas esas cuestiones que me parecen relevantes en mi día a día. A pesar de que este tipo de producciones no constituyen una aportación relevante en lo que se denomina publicación de impacto científico (algo que, posiblemente, se reconozca con el paso del tiempo), no niego que, en determinados momentos, espero que este espacio sea un lugar para la aportación intelectual, para la clarificación que requiere el frenético ritmo de una sociedad y un mundo educativo que son líquidos y complejos. En este sentido, el enorme riesgo de infoxicación que conlleva echar más gasolina al fuego de la inmensidad de la Red ha hecho que, durante mucho tiempo, me pensara el inicio de esta aportación personal.
En este sentido, vengo de múltiples entornos de colaboración, ya que he participado en diferentes blogs, he hecho el trabajo de «curador» de contenidos en empresas e instituciones, he escrito para diferentes medios de comunicación, etc. Sin embargo, nada como el vértigo de un blog en blanco, como la posibilidad de diseñar, desde cero, las estructura, el criterio y el camino que seguirán mis aportaciones al mundo en los próximos meses y, si Dios quiere que sea posible, años. Tanto aprendizaje a través de la pantalla, consultando la obra de blogueros que admiro profundamente, que ya era hora de hacer el intento de sumar, si es posible, con calidad, pero no hay duda de que con un alto grado de compromiso ético y social centrado en la aportación para el procomún. De hecho, aunque dedicaré un post a explicar despacio esta web, una de las claves de la línea de generación de contenido es la aportación a través del sistema de creación y difusión Creative Commons CC. 4.0, pidiendo solo la mención, que no se utilice mi trabajo para fines lucrativos y que no se distorsione la obra. En este sentido, intentaré citar y mencionar correctamente la obra ajena o, en su caso, utilizar aquellas imágenes cuya difusión se permita o acordando el uso libre con el autor o la autora. Igualmente, en el uso del lenguaje no discriminatorio por razón de género, soy consciente de la incorrección gramatical que supone lo que para mí es una corrección ética e ideológica, quedando siempre abierto a cualquier observación para mejorar los contenidos y construir un mundo basado en la igualdad entre hombres y mujeres.
3. La tercera razón, conectada con la anterior, es la posibilidad de dialogar con personas que tengan interés por los temas abordados, por la experiencia docente o por la línea investigadora que sigo hace más de 20 años, en un tránsito desde la Teoría de la Imagen y de la Comunicación Audiovisual hacia la Educación Artística, espacio interdisciplinar en el que creo que hay cabida para desarrollar infinitas posibilidades en torno a la imagen. Sin embargo, la experiencia en periodismo económico y corporativo, con el hábito de la colaboración como articulista de opinión, es una dinámica a la que no pienso renunciar en un espacio propio. Nadie debe asustarse, pues, de los posibles saltos temáticos en lo que es la compleja diversidad de un solo mundo. Para ese diálogo, en conexión con el trabajo de la plataforma de la que soy cofundador, TRICLab, este blog y las propias redes sociales (algunas casi inexploradas todavía) son un medio idóneo para la potenciación del factor relacional que permiten las tecnologías.
El enorme riesgo de infoxicación que conlleva echar más gasolina al fuego de la inmensidad de la Red ha hecho que, durante mucho tiempo, me pensara el inicio de esta aportación personal
4. La cuarta razón es informar, compartir todo aquello que voy conociendo y descubriendo en las múltiples tareas de docencia, investigación y gestión. En la Universidad, estas tareas son muchas más y mucho más diversas de lo que puede pensarse en un primer momento. Así, esa riqueza debe fluir en la medida de lo posible y no estancarse en ningún caso en un cajón o en una carpeta del escritorio. En unos tiempos en los que se puede hablar libremente, es justo cuando más pensamos y medimos nuestras palabras, pero sin duda mi enfoque será crítico en muchas ocasiones.
5. La quinta y última razón, por ahora, es el aprendizaje técnico. Siendo periodista, aunque no ejerza el oficio en el día a día, me apasiona generar contenido, lo reconozco. Además, tengo un interés especial en lo que se denominan las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en el discurso investigador educativo. Un concepto que, más bien, podría considerarse como TRIC, con la inclusión del factor relacional y humano. Para mí, lo tecnológico, a mi artesanal nivel, es un medio y es un fin, es una manera de hacer una inmersión en un proceso de autoaprendizaje que no tiene fin pero que, en determinados momentos, tiene que plasmarse en resultados concretos. Y este blog pretende ser uno de esos resultados, aprovechando la oportunidad que me ofrece la plataforma de la Universidad de Granada.
Dedicaré una entrada a explicar mi web, a razonar el por qué de algunas secciones o contenidos más estáticos, pero por ahora, he compartido la razón para hacer un blog, ya en la era post-Internet o pos-blogs, seguramente. No hacían falta razones pero, justo por eso, las he ofrecido con tanto detalle. Así, en este primer post, solo queda recordar el clásico saludo: «hola mundo».