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Clara Campoamor, un ejemplo de luz en la oscuridad

17/01/2023 por Rafael Marfil-Carmona Deja un comentario

Revisando la historia, casi a hurtadillas, con la sensación de que uno hace algo prohibido, he conseguido leer este número de la colección “Grandes mujeres” de National Geographic, en su segunda edición. Es el monográfico titulado “Clara Campoamor. La lucha por los derechos de la mujer“, en una serie de coleccionables que, sin mucha previsión, voy encontrando en el kiosco de Pablo o de Paco, en Recogidas o en el Zaidín, de Granada, que es donde últimamente descubro joyas como ésta, y no deja de sorprenderme cómo el sector editorial sigue apostando por una calidad y un nivel intelectual que, por contraste, mucha gente parece despreciar. Ojalá que no sea así y que estas iniciativas sigan siendo rentables, como lo son los especiales de filósofos o de historia de esta editorial, con los que tanto estoy aprendiendo. Y digo que su lectura es casi algo prohibido porque, por desgracia, la actividad universitaria, al menos la mía, se sustenta con reuniones que no conducen a ninguna parte, con acciones burocráticas que no acierto a comprender, con tutorías que muestran, en gran parte de los casos, el reflejo de un sistema donde lo intelectual ha dado un gran paso atrás, en beneficio de la consolidación de una gran telaraña administrativa. Un consumo de tiempo que te atrapa. Y son pocos, la verdad, los momentos en los que tengo la sensación de aprender o enseñar algo en la actividad profesional que se me exige. En resumen, se me espera para otras cuestiones, que van desde validar facturas hasta rellenar pliegos, pero no para hablar de los contenidos tan interesantes como éste sobre el que hoy escribo, aunque no trate directamente sobre educación artística o mediática. Es verdad, sin embargo, en determinadas ocasiones de esa vida universitaria hay momentos que te reconcilian con el sentido de la actividad académica, pero de esas luces y sobras hablaré otro día.

Ahora comprendo la importancia de la historia

Recuerdo que el presidente de la extinta caja de ahorros, CajaGranada, donde pude trabajar muchos años y aprender tantas cosas, también buenas y malas, Antonio Claret García, sentía pasión por la historia. Y, como de eso hace ya más de una década, él y yo estábamos en momentos diferentes. Yo todavía no comprendía el valor de la historia y sentía mucha más pasión por la semiótica de lo contemporáneo o el análisis de la cultura digital, al calor de las modas universitarias en Ciencias Sociales. De esa época, como una aportación a la ciudad de Granada, quedó el proyecto del Centro Cultural Memoria de Andalucía, con un museo interactivo que se centraba, precisamente, en la historia. Con el tiempo, voy comprendiendo su sentir, sus inquietudes. Ahora, algo tarde, empatizo con él. El tiempo va haciendo que asimile cómo, a medida que vamos comprendiendo el mundo, nos interrogamos acerca de cómo hemos llegado hasta aquí. Nuestro origen nos empieza a apasionar. Y, por ello, me siento cada vez más en deuda con las personas que fueron pioneras en los avances sociales y en la lucha por cuestiones básicas de igualdad y dignidad, como fue el caso de Clara Campoamor, entre otras muchas mujeres que trabajaron para esa transformación, cuyo recuerdo fue segado por la dictadura. Hoy, son muchos los colectivos o agrupaciones que le han rendido homenaje, y alguno lleva su nombre. El más próximo, para mí, en la localidad de La Zubia, en Granada. El busto de Clara Campoamor está en un sitio destacado del Congreso de los Diputados, en el acceso al hemiciclo (creo que hasta 2007 en un sótano). El valor del trabajo de esta abogada, feminista y abanderada de un sentido común en tiempos de barbarie, no es ningún descubrimiento. Sin embargo, en su lectura cruzan mi mente algunas sensaciones que, al comprobar su devenir biográfico, nunca hubiera imaginado. Son instantes fugaces de su trayectoria, momentos en los que, a lo largo de la lectura, no puedo evitar pensar qué estarían haciendo mis abuelos ese mismo día, en la España de la década de los 20 o los 30, en los años del exilio.

Portada Clara Campoamor National Geographic (2020). 2ª ed.

Lo primero que uno piensa es en la valentía, en el arrojo que hay que tener para ir contracorriente, porque la inercia era exigir a una mujer que se estableciera, mental y físicamente, en el rol que la sociedad tenía preparado para ella, como madre de familia dedicada a sus labores. Impresiona pensar que, desde las propias izquierdas republicanas, el rechazo a los derechos de la mujer estaba presente, por más que queramos idealizar el republicanismo desde la lejanía. También, cómo no, da mucho que pensar el famoso debate parlamentario con la socialista Victoria Kent, otra pionera (ojo, no del PSOE, sino del Partido Republicano Radical Socialista, que se fusionaría en el 34 con el Radical Demócrata). El PSOE, me atrevería a decir, era esos años más radical, por la influencia de Largo Caballero, que los que llevaban el propósito de la radicalidad en su denominación, lo que nos indica que eran tiempos en los que la moderación no estaba tan valorada. Campoamor defendió y consiguió que las mujeres tuvieran derecho al voto, aunque se cumplieron los peores augurios de Kent: ese voto femenino, tal y como se había advertido, posiblemente favoreció a la derecha, por influencia de la Iglesia y de la escasa preparación de la población femenina. Me recuerda, esa polémica en la que Kent llevó razón, a corto plazo (después, en el 36, ya sabemos, ganó el Frente Popular), la lectura de otro libro que quedó a mitad, también por los azares laborales: “Victoria Kent. De Madrid a Nueva York” (Ed. Los cuatro vientos, 2018). Tal y como se afirma en el libro de National Geographic, como resolución de aquella polémica: “Si en 1933 las españolas habían sido consideradas las grandes ‘asesinas’ de la República, supuestas responsables de la victoria conservadora, nadie parecía percatarse de que los resultados del Frente Popular enmendaban aquella acusación falaz” (p. 95).

Portada de una seleccion de textos de VIctoria Kent, publicada por la editorial Los cuatro vientos (2018). Diseño: Equipo Renacimiento.

No se comprende nada sin tener en cuenta el legado de Concepción Arenal y la suma de diversos nombres propios, hoy más o menos conocidos, como María Lejárraga, Concha Espina, Emilia Pardo Bazán, María de Maeztu, Margarita Nelken, Carmen de Burgos, Benita Asas Manterola, Paulina Luisi, María Cambrils, María Telo o Rosario de Acuña, se convierten en un listado para comprender cómo la valentía y la lucha por la igualdad y la justicia fueron posibles en una España tan convulsa y, me atrevo a decir, tan inocentemente despiadada y confundida. Tanto, que el libro que Clara Campoamor dedicó a criticar la desorganización republicana en las primeras semanas del golpe de estado del 36, fue retirado por la propia autora, reconociendo que podía ser un arma para los insurrectos. Me impresiona, de esta biografía, la determinación para estudiar Derecho ya con cierta edad para la época, algo que me afecta especialmente, ya que siempre siento que voy tarde para acometer los estudios pendientes. Esa voluntad le llevó al prestigio como abogada y a ser parlamentaria a los cuarenta años, quedándose fuera de circuito en la siguiente remesa, precisamente en la del Frente Popular. Ni cambiando de partido (de Acción Republicana al Partido Radical) consiguió ser diputada por segunda vez, sintiendo la presión de un establishment profundamente machista, además de la común reacción negativa ante el talento, el éxito y el prestigio, algo común también en nuestros días.

Se aprende de su moderación en el grito radical de igualdad, de su radicalismo en un ambiente sórdido, donde se inventaba el fascismo

Impresiona, también, que tuviera que emplear su capacidad argumental para luchar contra las afirmaciones de personalidades como Gregorio Marañón y el gran José Ortega y Gasset, que veían lógica la limitación de la proyección pública y social de la mujer. Se enfrentó, en un caso, al también abogado entonces Niceto Alcalá-Zamora, en el que se dirimía el reconocimiento de paternidad de su cliente. Las leyes permitían el divorcio medio siglo antes de que volviera a ser posible. Algún tiempo después, visitaría al ex-presidente en su exilio común americano, lamentándose ambos de la democracia perdida. Y es ahí, en esos viajes del exilio, donde sufro, más que aprender. Su viaje a Suiza, su marcha a Argentina, sus viajes fugaces a España para sondear su vuelta, imposible por su pasado masónico, la pérdida de su madre, su vuelta a Suiza y la enorme añoranza de su país, que me vuelve a hacer pensar en los que sí se quedaron, haciendo más o menos desde dentro, resistiendo, sobreviviendo, que no era poco. Su moderación en el grito radical de igualdad, su radicalismo en un ambiente sórdido, donde se inventaba el fascismo. Su pensamiento, su entusiasmo, su acción social, su profunda tristeza por España. En la lectura de este especial, me impresionan los intentos deel dictador Primo de Rivera por aprovechar su figura y popularidad, así como la enorme sorpresa por el abandono de los aliados y la simpatía de Estados Unidos por Franco tras la Segunda Guerra Mundial, noticias seguidas por Campoamor desde una dolorosa lejanía. Además, la nueva sombra de la dictadura argentina. Todos estos azares, para ser conectados en la interpretación de la historia, solo me llevan al entusiasmo por conocer más, y a la procupación por el hecho de que, sin comprender en España los siglos XIX y XX, es normal que las nuevas generaciones no entiendan absolutamente nada.

Y, en todo eso, siempre hay un detalle que se me clava en la mente, como es su mesa de escritorio, que descubro que siempre conservó. ¿Cómo trasladó esa pesada mesa? ¿Cómo se articulaba eso en aquel tiempo? ¿Cómo salvaba su escritorio mientras, en el primer barco que tomó vía a Italia, los fascistas hicieron que la interrogaran en Génova? ¿Cómo sería la tensión de ser identificada y denunciada en aquel verano del 36? ¿Qué esperanza tendrían los exiliados, las exiliadas, meses después, años después, décadas después? ¿Cómo se iba apagando la esperanza desde el exilio? Mucho antes de eso, ¿cómo sería aquel momento en el que, con la vida por delante, celebraba su licenciatura en Derecho con una sesión de fotos? Emociona ver en las imágenes ese peinado, tan parecido al de mi abuela materna, tan de moda en una época. Quizá leer su biografía, aprender sobre nuestra historia, es volver a tener presente su expresión del compromiso, del amor en su intimidad, con quien le acompañó durante décadas, de su firme sentido de la responsabilidad, imaginando su liderazgo y oratoria, sus sueños durante el fatídico siglo XX. Murió, sin volver a vivir a España, justo el año en el que yo nací, en 1972. La ficción audiovisual nos ha dejado un guiño y un homenaje en la serie El ministerio del tiempo, en el que una joven de otras generaciones le agradecía la lucha por los derechos de la mujer. Su legado, posiblemente, es eso y mucho más. A lo mejor este post no es más que un pequeño homenaje.

Clara Campoamor. Imagen recuperada de https://bit.ly/3kalPzA
Ejerciendo como abogada. Fuente: Archivo Santos Yubero. Imagen recuperada de https://bit.ly/3w3Z5nN
Discurso de Clara Campoamor en San Sebastián. Imagen recuperada de https://bit.ly/3ZGkr8k
Bereciartu y Sánchez Bergara Clara Campoamor. Editorial Alba. https://www.albaeditorial.es/infantil/pequena-grande/pequenagrande-clara-campoamor/

La última portada es, entre otras muchas publicaciones, otra de las lecturas pendientes, junto a su propia obra. Me detengo, finalmente, a significar algunas citas de este trabajo, redactado por Carme Mayans y Àlex Sala, dirigido por Josep María Casals y editado por José Enrique Ruiz-Domènec, según figura en el staff de este especial dedicado a grandes mujeres:

“No fue Clara una mujer complaciente o cobarde, no se atuvo a convenciones que no respondieran a sus firmes valores en defensa de la libertad, la justicia y la igualdad” (p. 4) / “… su creencia en la capacidad individual para la mejora de la propia vida es tan poderosa como su convicción de que el Estado y la política sirven para garantizar la igualdad de derechos y la justicia social, convicción a la que sumaba us creencia europeísta e internacionalista…” (p. 7) / “Reformista antes que revolucionaria. Campoamor fue demócrata radical en un tiempo en el que el fascismo arrasó Europa” (p. 7) / (De sus propios discursos) “Toda mujer, por el hecho de producirse con acierto en terrenos que en otro tiempo le fuera vedado el acceso, revoluciona, transforma la sociedad: es feminista” (p. 59) / “Desde la lejana Revoución de 1868 hasta su exilio mediaban muchas conquistas, pero también mucho dolor: Clara no soportaba intersarse por las noticias de España porque la postración a la que había vuelto su condición social y jurídica de las mujeres le hacía sentirse, entonces, ceniza” (p. 112).

Referencia del libro: Clara Campoamor. La lucha por los derechos de la Mujer. National Geographic Historia. 2020, 2ª ed.

Para citar este post: Marfil-Carmona, R. (2023, 17 de enero). Clara Campoamor, un ejemplo de luz en la oscuridad  [Entrada en un blog]. Imaginado.  https://blogs.ugr.es/rafaelmarfilcarmona/2023/01/17/clara-campoamor
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El III Congreso de Educación Artística será en Granada en 2024

23/01/2022 por Rafael Marfil-Carmona Deja un comentario

El II congreso, Poéticas, que ha tenido lugar en Valencia en enero de 2022, ha acordado también la creación creación de una asociación profesional de educadores en arte

Personalmente, no he estado, pero lo bueno del mundo-área, como definía este ámbito de conocimiento y esta red de colaboración académica mi compañera Fabiola Ubani, es que, en cierto sentido, siempre se está. Por ello, copio esta información difundida en la #PlataformaEducaciónNoSinArtes Si eres investidador/a y te interesan las artes visuales (¿qué no es visual hoy día?), tendrás que participar en este congreso. Seguiremos informando.

Foto: Ramona Rodríguez. Poéticas. II Congreso Educación Artística Valencia. Enero de 2022

A pesar de las dificultades por la pandemia, más de 60 congresistas se han dado cita en Valencia para trabajar en la mejora de la calidad docente e investigadora en la enseñanza artística. Los pasados 20 y 21 de enero, el edificio del Máster de Profesorado de Educación Secundaria de la Universitat de València ha acogido la celebración de Poéticas. II Congreso de Educación Artística. Se trata de un foro de encuentro e intercambio de experiencias docentes e investigadoras surgido a partir de las jornadas de encuentro en el área de Didáctica de la Expresión Plástica celebradas en Girona en 2019, desde las que se impulsó la organización de una primera edición del congreso en Bilbao a comienzos de 2020. En esta ocasión, la organización de la segunda edición del congreso ha corrido a cargo del grupo de investigación en Pedagogías Culturales, Creari, de la Universitat de València.

Esta reunión de docentes e investigadores en el ámbito de la educación artística de las distintas universidades españolas se ha desarrollado a través de equipos de trabajo, en unos días en los que se ha analizado y debatido el currículum académico de educación en artes en las etapas de Infantil, Primaria y Secundaria. Además, se han acordado líneas de acción centradas en las publicaciones académicas y científicas en educación en artes, en un ámbito de conocimiento en el que tiene, cada vez, una mayor importancia la cultura visual y audiovisual, además de la atención a problemáticas e inquietudes de la sociedad actual, como las nuevas tecnologías, la inclusión real o el profesorado LGTB.

El resultado de esta reunión, en lo que se refiere al currículum, se concreta en la necesidad de mayor implicación en su análisis, proponiendo un equipo de trabajo específico para esta labor. Se han estudiado las distintas maneras en que algunos docentes implementan el currículo de educación artística, exponiendo algunos modelos pedagógicos, como los del País Vasco o la Comunidad Canaria, entre otros. Por último, se han intercambiado líneas de trabajo, realizando una puesta al día de alguno de los procesos de diseño curricular en etapas concretas, como es la Educación Secundaria en la Comunidad Valenciana.

Por su parte, el grupo de trabajo centrado en las publicaciones ha incidido en la necesidad de dar a conocer las revistas específicas del área, así como de desarrollar actuaciones para lograr más visibilidad de sus contenidos, animando a la comunidad investigadora a participar mediante la gestión o la aportación de publicaciones. Destaca la amplitud de enfoques y posibilidades temáticas, que van desde la educación plástica en los primeros años hasta la mediación patrimonial o la educación en museos, pasando por todo lo relacionado con el aprendizaje y la enseñanza de las artes visuales.

El grupo de trabajo centrado en abordar las acciones educativas y artísticas emergentes, ha valorado qué tipo de intervenciones de sensibilización y cooperación deberían ser consideradas actividades de transferencia por su repercusión social, de manera que se luche por su reconocimiento por parte de ANECA. Por último, en el congreso Poéticas de Valencia se ha acordado la creación de una asociación profesional de educadores en arte que favorezca la defensa de los derechos de la educación artística ante instituciones y representantes políticos, planificando el inicio de la redacción de los estatutos y estudiando el futuro nombre de la asociación. Se ha expuesto la necesidad de vincularla a INSEA (International Society for Education through Art), la asociación de mayor prestigio internacional en la enseñanza artística.

Esta línea de coordinación y organización del profesorado de educación artística representa la continuación de la defensa de los contenidos artísticos en la enseñanza, una inquietud que dio lugar a la plataforma #EducaciónNoSinArtes (https://educacionnosinartes.wordpress.com) en el periodo de debate del anteproyecto de la LOMLOE. En la creación de esa plataforma participaron más de 200 docentes de las universidades españolas que, a través de congresos como el que acaba de celebrarse en Valencia y diversas actividades de reivindicación, quieren seguir dando visibilidad a la educación artística en la sociedad en general y defender su importancia y reconocimiento en el sistema educativo. La tercera edición del congreso de educación artística tendrá lugar en la Universidad de Granada en el año 2024.

Web del congreso Poéticas. II Congreso de educación artística: https://www.uv.es/creari/poeticas/

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Publicado en: Arte, Congresos, Educación, Educación artística, Granada, Noticias Etiquetado como: #EducaciónNoSinArtes, Artes visuales, Congresos, Creari, Educación artística, Valencia

Cuando aprendimos que el fútbol era la vida. Diez vivencias en recuerdo de Diego Armando Maradona

27/11/2020 por Rafael Marfil-Carmona 2 comentarios

Este texto es el resultado de un esfuerzo didáctico. Y sé que en día y medio sin Maradona ya se ha escrito tanto sobre él para hartar a cualquiera, y para hastiar a las personas que, por suerte o desgracia, no conocieron sino la faceta mediática del astro argentino durante los últimos tristes y lamentables años. Es a esa gente a la que dedico este intento por diseccionar y fragmentar las dosis de nostalgia que nos ahogan desde el pasado 25 de noviembre de 2020, que nos hacen echarnos de menos. Por ello, no hablo de la realidad, sino de lo que ha sido mi visión de Diego Armando Maradona, pero estoy seguro de que lo podría hacer en nombre de miles o de millones de personas. Por eso mismo, esta discusión, de producirse, sería psicológica o teológica, no racional. La conclusión, la anticipo, es que no se trata de una figura impecable en lo futbolístico y denostable en lo personal. La óptica es diferente: es desde el fútbol que se emitió una señal para el aprendizaje vital, humano y social. Y de ahí el mito, que habla de nosotros/as. Es lo que intentaré explicar, no sin cierto pudor por lo autobiográfico. Pero es que, si no es así, con dosis de valentía y sinceridad, se acaba por no compartir nada.

Podría reactivar este blog con mis cosas, con temáticas como el análisis de la imagen, la semiótica, la didáctica, la comunicación visual y audiovisual, el arte. Pero se trata de un post urgente, que tiene prioridad y creo que habla de mí pero, a la vez, explica lo que sienten millones de personas en el mundo. Vaya por delante que no se trata de un personaje ni una persona ejemplar, que no resiste un análisis frío si no se tiene en cuenta todo lo que intento expresar a continuación.

Portada del diario AS el 26/11/2020
Portada del diario AS el 26/11/2020

La primera cuestión, clarísima, es que, si no viviste todo esto en los años ochenta y dentro de un terreno de juego, es normal que no se entienda nada y que la intensidad de miles de argentinos, hinchas y gente de toda condición, ha llevado a despedir a un futbolista como a un ídolo de masas y un líder de no se sabe muy bien qué. Se pide, por tanto, un ejercicio de empatía, de curiosidad antropológica y de inmersión en lo que puede que no sea tu mundo. Yo lo hice con el Reggaetón y hoy día bailo Zumba. Todo es posible.

La segunda, que en realidad es la primera gran lección, llegó “para quedarse”, como nos ha dado por decir, hace muchas décadas. Y fue gracias a Maradona: se constató que había que ser pobre para jugar bien al fútbol. Y eso motivó mucho, muchísimo, al personal, que ya lo intuía. Claro, era estadística. Daba igual que fueras pobre o rico, pero la mayor parte de la humanidad no era rica y fue descubriendo que se podía llegar a la cima del mundo, representada por el trofeo de un mundial, sin haber asistido a un colegio de pago. Maradona confirmó para siempre esa realidad. Los ricos, por primera vez, tenían un hándicap. Y como es mi blog y hablo de mí, lo afirmo. Mis zapatillas caras, recién estrenadas, aunque yo era de una economía media, de nada servían ante aquel niño humilde del equipo rival, que había heredado unas viejas deportivas de su hermano. Era toda una lección de vida.

Se pide, por tanto, un ejercicio de empatía, de curiosidad antropológica y de inmersión en lo que puede que no sea tu mundo

Una tercera cuestión, menos importante pero muy simbólica, era la melena. En los años 80, si no tenías melena, ibas a jugar peor al fútbol. Eso era también así. A veces, casi mejor que ni lo intentaras. Mi hermano, el hermano real, no el alter-ego de construcción social de hermano mayor que fue Maradona, era clavado a Diego Armando. Y jugaba al fútbol, y en el centro del campo. Y federado. Como el pequeño Lalo, al que acogimos con entusiasmo en el Granada C.F., yo fui y sigo siendo, hermano de Dios. De aquel tiempo, sin mover un dedo, todavía mi entorno idolatra a ese hermano real mío, que actuaba como Diego Armando: tenía técnica. Te ganaba, si quería, pero no te humillaba. Te pasaba el balón, te escuchaba y, eso sí, una frase suya quedaba escrita en piedra. Era un liderazgo mesiánico, que pude vivir en unos años fugaces. A lo mejor todo eso fue casualidad, pero si no lo escribo aquí, hoy, puedo olvidarlo. Y sería una pena. Los amigos de la infancia saben de lo que hablo y sintieron lo mismo con los hermanos mayores de aquella época, que ligaban un montón porque tenían melena y sabían regatear.

Portada del diario Clarín el 26/11/2020
Portada del diario Clarín el 26/11/2020

Una cuarta cuestión, que terminaba ya de socializar y democratizar el firmamento, era que ser bajito y fuerte era casi condición indispensable para ser bueno de verdad en ese deporte. Si lo pensamos, al no ser rico, dejarse greñas y ser bajito estábamos haciendo una llamada a un porcentaje altísimo de la humanidad. Si veías alguien así, sabías inmediatamente que el fútbol era lo suyo. Despertaban un genio y un nervio en el campo que era desconocido en sus vidas. Quizá era triste, pero así eran las cosas. Después del partido, no eran nadie. Los de más de metro ochenta se fueron en peregrinación a las canchas de baloncesto, y crearon una narrativa calma, centrada, de fair play, que aprendía inglés con la NBA y que fue ganando adeptos en los tiempos de la moderación. Huyeron del soez espectáculo futbolístico de la plebe. Yo he visto muchos partidos de baloncesto y he jugado algo. Mis respetos.

Los de más de metro ochenta se fueron en peregrinación a las canchas de baloncesto, y crearon una narrativa calma, centrada, de fair play

Quinta y verdaderamente importante: con él se consolidó el fútbol moderno. Había que ser fuerte y hábil. Había que ganar. Y no debías olvidar la creatividad y la belleza. Y tenías que amar al fútbol y a tus compañeros sobre todas las cosas. Y luego, es verdad, había que devorar el mundo en todos los sentidos. Y pasó lo que pasó con la figura de Diego Armando, décadas después. Y tuvimos que sufrir viendo ese deterioro. Vuelvo al escenario anterior: aquel joven humilde, con ese aspecto, se plantaba ante ti en el campo de tierra de los paseíllos universitarios, o en Haza Grande, o en el estadio del Vandalia, en Peligros (Granada), que vestía de azulgrana, para infundir más terror, si eso era posible. Y si en los minutos previos lo veías manejar el balón, superar 15 o 20 toques sin problemas, retener el esférico en su cabeza, te arrepentías profundamente de no haber seguido especializándote en el tenis de mesa, al que llamábamos pin-pong, porque esos tiempos de campos de arena y polvo no eran nada glamurosos. Y si llevaba una camiseta con un 10 a la espalda o las botas sucias, viejas o desatadas, era el momento en el que te arrepentías completamente de jugar ese partido. Sentías pavor. Luego, si le ganabas, si lo superabas, era como ganarle un poco a alguien como Maradona. Y te reconciliabas con el mundo. Pero el susto inicial no te lo quitaba nadie.

Portada de La Razón, 26/11/2020
Portada de La Razón, 26/11/2020

La aportación de Maradona fue táctica, creativa, estratégica. El regate con el exterior, bien con el balón pegado o dándole distancia, era la mejor actualización de Di Stéfano, pero con una gama tan amplia de recursos que lo hacía inigualable hasta ese momento. Si alguien quería ser Maradona, y todo el mundo quería ser como él, tenía que enamorarse de la pelota, obsesionarse con ella. Esa gente, terminaba el partido y seguía tocando el balón, como en un entrenamiento lúdico e infinito. En aquella época, solo los profesionales se duchaban después. Y no había ningún problema de higiene. Los entusiastas, ensoñando, se quedaban solos con el balón. Intentando dar un toque más, retenerlo en la cabeza, hacer un frontón contra una pared que te estaba esperando para afinar la puntería. Y solo la caída de la noche te llevaba obligado a casa. Tengo que recordar que, en aquellos tiempos, un tipo de regate imperaba durante una temporada, como si fuera una moda. Lo repetías hasta interiorizarlo totalmente: un reto que te llevaba meses o años. Un secreto a voces. Y los demás se daban cuenta, claro, y te lo hacían cada vez más difícil. Con el interior, túnel (hoy día le llaman caño), autopase, control orientado, exterior pegado al pie, exterior largo, amagos de todo tipo, vaselina, filigranas de mayor nivel, etc. No los sé enumerar ni describir muy bien, pero Maradona tenía siempre a punto la técnica más adecuada del repertorio. Véanse sus cientos de goles en una maratón televisiva estos días.

En la época de Gento y Di Stéfano, los jugadores eran señores, y no roqueros ni gente de barrio, como el periodo que inauguró Maradona. Un arrabalero así daba esperanza al argentino más olvidado. Una mujer, no muy mayor, en su funeral, aseguró que “Diego” había sido la única ilusión de su infancia. Como trabajo 16 horas de ordenador al día, no me costó monitorizar su funeral y escuchar a los que desfilaban para decir adiós y que, posiblemente, estaban sintiendo todo eso que estoy intentado explicar. También a mí me sirvió de despedida, lo reconozco.

En aquellos tiempos, un tipo de regate imperaba durante una temporada, como si fuera una moda. Lo repetías hasta interiorizarlo totalmente. Empezaba como un secreto y todo el mundo se daba cuenta

Y ahí llega mi sexta cuestión, el ensueño y la realidad. Al emular al que era el más grande, lo encumbrábamos más sin querer. Como no lo teníamos todo (repaso: melena, fuerza, talento, ser bajito, ser de un barrio pobre y que la pelota se pegue a tus pies como un imán), empezamos a conformarnos con ser D. Alfredo y correr la banda, no era poco; ser Gordillo si lo hacíamos desde la defensa por un lateral; Stielike si creíamos en nosotros mismos para salir con el balón controlado desde el centro de la defensa (A hacer eso, en el Granada C.F. se le podría llamar se Lina, que jugó aquel amistoso con Maradona); ser Johan Cruyff si decidíamos correr como si no hubiera un mañana, y meter goles despiadadamente, y ser casi Maradona; ser Schuster si, con el paso de los años, nos íbamos especializando en pases de 40 metros (mi hermano fue Schuster después), o si queríamos demostrar que con ese aspecto caucásico y pelo lacio se podía ser un crack; ser Zinedine Zidane si teníamos vocación de director de orquesta y pensador en lo futbolístico; ser Butragueño o Raúl si, haciendo un poco más de palomeros de la cuenta, decidíamos instalarnos en el área contraria; ser Ronald Koeman si nuestra especialidad eran, exclusivamente, las faltas por las escuadra; ser Mágico González si, con ese temible aspecto, decidíamos tocar el cielo solo durante unos instantes, y luego desaparecer y regodearnos. Y así, describiendo esa fragmentación, podría seguir hasta el infinito, dependiendo del año y la Liga. Pero siempre, si eras el mejor, eras Maradona.

Nos conformábamos con ser Schuster si, con el paso de los años, nos íbamos especializando en pases de 40 metros. También podíamos ser Zinedine Zidane si teníamos vocación de director de orquesta y pensador en lo futbolístico. Pero siempre, si eras el mejor, eras Maradona

Portada del diario Marca, 26/11/2020
Portada del diario Marca, 26/11/2020

En cualquier caso, en esa dispersión, el mejor seguía siendo uno. Los demás, ejercían su apostolado como buenamente podían. Y llegaba la séptima enseñanza o vivencia, que descubrías con el tiempo, décadas después. Maradona, fuera de la cancha, no te humillaba. Cuentan que te apreciaba y te ayudaba, ya fueras un pibe de su barrio, un sintecho de Barcelona, el papa o Fidel Castro. Era un buen tipo, o lo parecía. Y seguramente siempre lo fue, al menos según su círculo más íntimo. Por el contrario, Cristiano Ronaldo llegó para insinuar lo contrario: había que ser enemigo y rival siempre, dentro y fuera. No bastaba con ganar: el otro tenía que perder. Tanto, que la belleza de la jugada no importaba, sino dar un efectivo puntapié. Y para ese viaje, la verdad, no hacían falta esas alforjas. Y la actualización de una idolatría de Instagram y abdominales como tabletas de chocolate hizo el resto. Y todo se volvió grotesco, repleto de ninis y selfies. Años antes, el colombiano Diego Valderrama, con sus tirabuzones, ya anticipó que esa melena dejaba de ser una seña de identidad y no garantizaba nada. Maradona ya se venía pelando hacía años. Otros tiempos.

Por todo ello, pensar que reconocemos al Maradona futbolista, pero no a la persona, es no comprender el sentido del fútbol y del deporte, que es una forma de expresar nuestra visión de la vida. Y Maradona, como intentaron millones de personas, pintó un lienzo inigualable e hizo un ensayo magistral para explicar el mundo. Y lo hizo desde su básica y enérgica personalidad, desde su aire napoleónico para “afrontar las grandes batallas”, como ha descrito magistralmente Jorge Valdano en El País. Esa manera de andar rápido, cogiendo la pelota con una mano al salir del vestuario, asumiendo el liderazgo, era pura ilusión. Sin ambages, sin adornos, como llamando a la asertividad. Luego, entre todos, lo encumbramos tanto que él solo cayó rodando desde esa gran cima. Su aproximación a la izquierda latinoamericana hizo que mucha gente de derecha lo despreciara. Normal. Llevaba tatuado al Ché y a Fidel. Eso, además, nos hizo a algunos aproximarnos más todavía al personaje, también por una extraña empatía emocional que no resiste el más mínimo análisis racional.

Y llega una octava cuestión, a comprender en clave española, y que no es fácil explicar. Amar a Maradona era la forma de hermanarnos con Argentina. Si todo un pueblo lo idolatra, yo también. Quizá esté en el inconsciente de la culpa por la colonización americana. O en el gusto por escuchar ese castellano italianizado, esa cadencia al hablar. No estoy muy seguro. Pero respetar a Maradona, incluso en estos últimos días, es la forma de decir te quiero, luchemos juntos, a un pueblo hermano. Y en mi caso, muy particular, el amor por su música y sus cantautores, su literatura, sus costumbres, además de la pasión concreta por el tango, hacen que ya todo sea un bloque, indivisible e innegociable. Y por eso nos gusta escuchar y leer a Jorge Valdano, y porque un uso concreto del lenguaje genera, a veces, un pensamiento realmente lúcido. A lo mejor por eso, las actuales generaciones bilingües no terminan de articular un pensamiento sólido. Nosotros, en España, nunca le llamamos Diego. Para nosotros y nosotras era Maradona, como si quisiéramos dejar esa confianza para los suyos.

En un terreno de juego, Maradona pintó un lienzo inigualable e hizo un ensayo magistral para explicar el mundo. Y lo hizo desde su básica y enérgica personalidad

Y eso lleva a la novena certeza: nos alegra que pierda Inglaterra hasta en las canicas. Y vamos con Argentina. Quien sea un british y sienta pasión por los Beatles, el Soho y por la hora del té no comprende esto. Otros somos de Calamaro, es así. La selección española estuvo ausente durante muchos años, y en mi país siempre íbamos con Argentina o Brasil en las grandes semifinales o finales. A la selección carioca la apoyábamos porque amamos a Pelé, que es todo lo bueno que vengo diciendo de la vida y del fútbol, y mucho más. Y porque a nadie le puede caer mal un pueblo como el brasileño. Y no es casual que lo cite el penúltimo en este texto. El reto de este deporte es ganar a Alemania, casi exclusivamente. Pero si no se diera el caso, que pierda Inglaterra es magnífico, gane quien gane. Su endiablado idioma nos influye, me condiciona, para no entender nada de esa cultura, por más años que pasen. Y la “mano de Dios” hubiera sido algo reprochable en cualquier caso menos ese día de México 86. Valía cualquier método para conseguir la revancha de Las Malvinas. Somos muy felices al recordarlo. Nunca habíamos visto a un genio vengándose en nombre de un pueblo con aquel aire mítico. Y lo rememoramos en nuestra mente. Tampoco resiste un análisis sosegado de lo ejemplarizante que hubiera sido el dichoso fair play. Lo sé.

La falta de respeto del Daily Star en su portada, el 26/11/2020, con Maradona de cuerpo presente
La falta de respeto del Daily Star en su portada, el 26/11/2020, con Maradona de cuerpo presente. Se pueden recorrer las portadas en okdiario.com, haciendo link aquí.

Nosotros, en España, nunca le llamamos Diego. Para nosotros y nosotras era Maradona, como si quisiéramos dejar esa confianza para los suyos

Y la décima evidencia. Messi es quien es porque quiso ser Maradona. Y ha sido el único que casi lo consigue. Y por eso nos hace dudar al asegurar quién es el mejor de todos los tiempos. Pero no podemos olvidar todo lo anterior para comprender esta comparativa. Y dicho esto, el gran error de Maradona fue creérselo, autoidolatrarse, entrevistarse a sí mismo, asumirse como un Dios. Sin embargo, su imperfección, que no resiste un análisis cabal ajeno a todo esto, insisto, lo encumbró más. Tengo esa sensación. Recordemos aquello de ver perder a alguien como Maradona. Lo humaniza, lo acerca, se le quiere incluso más. Y, como estoy seguro de que alguien hará la crónica de esos errores mejor que yo, he resumido esas 10 cuestiones tan personales y mitómanas, que solo ha vivido media humanidad, para explicar por qué nos vamos a echar tanto de menos con la pérdida de Diego Armando Maradona. Se va parte de mi infancia, de mi ilusión, de mi propio hermano real, de lo que pude compartir con gente tan querida, pero se queda esa emoción del 10 que permanecerá siempre. Y escribo todo eso sin ser un acérrimo futbolero, aunque parezca lo contrario. Hay que imaginar qué puede pensar o sentir una persona de Argentina, de mi generación. Por eso, estos días no estamos hablando de Maradona, sino de nosotros mismos, y de nosotras mismas. Por todo ello, este esfuerzo biográfico por compartir es un texto que podría haberse titulado “De Dioses y hombres”. Gracias, Diego Armando, por esa eterna ilusión.

Las portadas de la prensa mundial rinden homenaje a Diego Armando Maradona | Goal.com
Las portadas de la prensa mundial rinden homenaje a Diego Armando Maradona | Goal.com 26/11/2020
Para citar este post: Marfil-Carmona, R. (2020, 27 de noviembre). Cuando aprendimos que el fútbol era la vida. Diez vivencias en recuerdo de Diego Armando Maradona  [Entrada en un blog]. Imaginado. Recuperado de https://blogs.ugr.es/rafaelmarfilcarmona/2020/11/27/cuando-aprendimos-que-el-futbol-era-la-vida
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Balance y reseñas del Festival Jazz en la Costa. Almuñécar 2019

31/07/2019 por Rafael Marfil-Carmona 2 comentarios

Cabecera escenario Jazz en la Costa. Festival Internacional de Almuñécar. 2019. Foto: Rafael Marfil-Carmona.

Retomando el blog Imaginado. También podría haber comenzado con el clásico de Fray Luis de León “decíamos ayer”. Ya iba siendo hora, tras un curso en el que otras prioridades han invadido la agenda. Tomamos nuevo pulso no solo a cuestiones académicas y a cientos de contenidos vinculados a la imagen y a la cultura visual y digital, que están por venir, sino que reseñamos la participación en prensa o en otros blogs, como es el caso. El jazz está siempre presente en mi vida y, por tanto, debe estarlo en este blog, desde aquel primer concierto en el cartel del Festival Internacional de Granada en 1988, con Paquito D’Rivera y Tete Montoliu, un año mítico en la historia musical de mi ciudad que bien merecería una reseña, y que dio el pistoletazo de salida en el proceso de aprendizaje y en la génesis de una pasión por parte de muchas personas que empezamos a ser asiduos de los conciertos de esta música en esa época. Un tiempo que queda tan lejos y tan cerca. De ahí, uno se se muestra como abonado incondicional en esta noticia de noviembre de 2018  en Canal Sur y, también, por todo ello, le debo una reseña mucho más amplia a los orígenes de esta afición. Entre otras cuestiones, queda pendiente buscar alguna imagen de un mítico concierto que dio Dexter Gordon en el Paseo de los Tristes, años antes de aquel momento, según me cuentan algunos históricos de la afición granadina.

Julio, cuando las circunstancias lo permiten, se convierte en nuestro particular noviembre tropical en El Majuelo, el parque botánico tan especial de la ciudad de Almuñécar, situada a los pies del Castillo de San Miguel, y que alberga además el yacimiento arqueológico de una antigua factoría de salazones, primero fenicia y luego romana, en la que se hacía la reconocida salsa garum, manjar cinco estrellas en la gastronomía de la época, que se exportaba desde Andalucía a todas las partes del mundo. Su elaboración se revisa desde la contemporaneidad ahora que las artes culinarias están de moda. Aquí se puede consultar más información sobre esa Almuñécar milenaria. Un placer, por cierto, ver a antiguos compañeros de prensa, como Juan Manuel de Haro, hoy en el gabinete de prensa municipal, con el recuerdo de la época en la que uno hacía reportajes sobre muchos lugares de Andalucía, incluida esta ciudad. También la alegría por ver a Angustias Marín y Ángel, de Canal Sur, como si el tiempo no pasara.

Todo un tema, el del legado patrimonial en la Costa Tropical granadina, para abordarlo de forma dedicada y exclusiva. Sin embargo, el motivo de este post es reseñar dos reseñas del Festival Jazz en la Costa, uno de los de más antigüedad y tradición en su género en España y Europa (32 ediciones), y que sigue manteniendo un carácter abierto y diverso. Hay que decir, por cierto, que el apoyo institucional de Diputación y Ayuntamiento de Almuñécar es decisivo para que el festival sexitano siga siendo una referencia en su género, siendo uno de los pocos que posee el sello de calidad de la Unión Europea. El límite presupuestario se ve compensado por el acierto y el criterio de la Oficina de Festivales de Jazz, es decir, por Jesús Villalba y Mariche Huertas. Así, la edición de Jazz en la Costa, Festival Internacional de Almuñécar 2019, ha sido un verdadero éxito, con entradas agotadas en 5 de 6 conciertos y con miles de asistentes, una altísima demanda a la que nos tienen acostumbrados los festivales de la provincia. Escribir lo que que uno vive y piensa, su contacto con el entorno y con la agenda cultural granadina, es también una de las razones de la puesta en marcha de este blog y de la publicación en medios de comunicación o en otras páginas web. Es el caso del reportaje publicado en Granada Hoy, el pasado 22 de julio de 2019, cuya edición online puede consultarse aquí o, mejor todavía, en la doble página dedicada (¡Gracias!). Puede descargarse el pdf en el el siguiente enlace o en las imágenes:

Descarga doble página Granada Hoy 20190722

Además de esta crónica, he publicado un comentario amplio que resume el festival junto a David Álvarez, director y editor de El Cantor de Jazz, un programa ya clásico, que empezó en Radio Contadero de Huétor Vega y, hoy día, se ha reconvertido al mundo digital a través de podcast. Merecerá la pena, también, hablar detenidamente de esta iniciativa. Un amigo y un compañero ideal para esa crónica, por todo el saber que acumula después de años de interés por las novedades de esta música. Hemos publicado nuestra reseña en el blog del festival, en el que iremos comentando otras cuestiones vinculadas a esta música. Por lo demás, pendientes de un resumen visual más amplio en Flickr, se aportan algunas imágenes que, espero, sean de interés, tanto por el ejercicio fotográfico que supone, como por el permanente homenaje al jazz que viene siendo, a través de la palabra o de la fotografía, pero sobre todo de la escucha, esta eterna pasión.

Link al resumen del festival Jazz en la Costa 2019 en el blog de JazzGranada

Actuación de Jazzmeia Horn. A la derecha el contrabajista Rashaan Carter. Foto: Rafael Marfil-Carmona.

 

Saxofonista y cantaor Antonio Lizana. Festival Jazz en la Costa, Almuñécar, 2019. Foto: Rafael Marfil-Carmona.

 

José James. Festival Jazz en la Costa, Almuñécar, 2019. Foto: Rafael Marfil-Carmona.

 

José James decidió cantar y bailar con el público en una de las primeras canciones de su actuación en Almuñécar. Festival Jazz en la Costa, 2019. Foto: Rafael Marfil-Carmona.

 

Actuación del pianista Gonzalo Rubalcaba, medalla de oro del Festival Jazz en la Costam Almuñécar, 2019. Foto: Rafael Marfil-Carmona.
Christian McBride. Concierto en Jazz en la Costa. Festival Internacional de Jazz de Almuñécar 2019. Foto: Rafael Marfil-Carmona.

 

Confluencia de estilos y culturas en el concierto de Christian McBride. Jazz en la Costa, Almuñécar, 2019. DJ Logic y Jahi Sundance Lake a los platos. Foto: Rafael Marfil-Carmona.

 

Jesse Davis. Jazz en la Costa, Almuñécar, 2019. Foto: Rafael Marfil-Carmona.
Para citar este post: Marfil-Carmona, R. (2019, 31 de julio). Balance y reseñas del Festival Jazz en la Costa. Almuñécar 2019 [Entrada en un blog]. Imaginado. Recuperado de https://blogs.ugr.es/rafaelmarfilcarmona/2019/07/31/balance-festival-jazz-en-la-costa-2019/
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Seguiremos soñando y sonriendo

06/04/2018 por Rafael Marfil-Carmona 4 comentarios

Irene

In memoriam

Querida Irene:

Te has ido, pero nunca te vas a marchar de nuestro recuerdo, de ese espacio en el que buscaremos todo lo bueno que hemos compartido y que, como si estuvieras, cada día, seguiremos compartiendo. Por mi parte, siempre te visualizaré como la mejor persona en un aula y también fuera de ella, como la periodista que eras y que ibas a ser, recordando el aprendizaje de empuje y valentía que te había llevado a saltar a Estados Unidos, para seguir soñando y llenando los días de vida. Viendo magia donde los demás veíamos algo mucho más cotidiano. Me ha costado trabajo poder escribir, pero nos lo merecemos, para dejar así testimonio de lo que se puede pensar y sentir cuando sucede algo así, o al menos intentarlo, porque es prácticamente imposible expresar el dolor y la tristeza. Me importa más lo que quiero decir que la retórica o la belleza de las palabras. El día en que pudimos despedirte, con tus seres más queridos, tu madre y tu padre, Manoli y Ernesto; tu hermano, Alejandro, tu familia y tus amigos, me sentí especialmente orgulloso de la entereza de tu amigo Elvis para describir, con esas palabras tan extraordinarias, lo que sentíamos. Nos recordó la suerte de haber conocido a un ángel, con ese brillo, desprendiendo toda esa luz y ese calor. Nunca había visto un ejercicio de autocontrol y madurez tan grande, porque él es ya parte de tu familia, pero era consciente de su responsabilidad. También, se queda grabada para mí la serena desolación de Cristina, David, Alberto, Getly, Antonio y otras tantas personas que, como yo, tuvieron la suerte de conocerte y aprender contigo, igual que le ocurrió a Miguel Ángel, Ana, José, Laura, Marta, Pura, Lupe y otros profesores y personal de nuestra querida escuela, que nos ha dado mucho bueno. Entre otras cosas, conocernos. Por mi parte, siempre os veré, a ti y a tu círculo más íntimo, en ese lugar mágico frente a la Alhambra, unos días antes de un examen final.

Gracias

Para mí, es momento de dibujar el pasado, que era y será siempre el futuro que habíamos diseñado para ti. Es hora de darte las gracias por aparecer, en esa tercera o cuarta fila, a mi izquierda, con la inolvidable expresión de quien te muestra respeto y afecto a la vez. Además, nunca dije a nadie lo agradecido que estuve a tu grupo y, en particular a ti, por la recepción y acogida en un año en el que, por fin, inicié un impulso para reconstruirme desde mis sueños, que siempre estuvieron dentro de un aula. Creo que nos unía el optimismo y que a ti te gustaba el mensaje positivo que siempre compartimos en las asignaturas. Tras esa puerta azul, aprendí que hay personas con las que se tiene una empatía especial, que hay gente tan llena de luz que es capaz de ayudarte a ser mejor, a creerte que los retos y los sueños se pueden conseguir. En mi caso, a hacer brillar con mucha más fuerza mis virtudes y a saber atenuar o aceptar mis defectos. Todo ello, tan solo con una mirada, un gesto o un comentario en clase.

Hay gente tan llena de luz que es capaz de ayudarte a ser mejor, a creerte que los retos y los sueños se pueden conseguir

Yo quiero mucho a las personas de mi entorno, saltándome en ocasiones el rol de profesor y estudiante. Nunca debí decirte, seguramente, que eras mi alumna favorita. No era algo correcto, pero tú me correspondías, me decías que era mutuo. Y no era fácil para mí, porque podría redactar un instante especial con cada compañero/a de tu grupo y de otras tantas promociones de ESCO que me convirtieron en docente y que me hicieron mejor, porque en la enseñanza es cada persona la que hace que te sientas un profesional de esta actividad tan apasionante y tan compleja. A veces, de tanta gente, y más ahora en la Universidad de Granada, se pueden olvidar los nombres, pero no las caras ni a las personas. El día a día nos hace conocernos muy bien.

He tenido que esperar algún tiempo, desde el Martes Santo en el que pudimos decirte hasta siempre. El día de la Esperanza en Granada, cuyo mantón es de color verde, aunque tu favorito fuera el amarillo. Y es difícil no estar enfadado con las circunstancias, no sentir un nudo en la garganta. Hace casi un año perdí a mi amiga Marisol, y podría haberle escrito de haber tenido este blog, y tiempo atrás se fue Toñi, también muy joven, con la que compartía esa ilusión por el periodismo y el recuerdo de los estudios en ESCO. Yo presumía de estar hecho a estas cosas, de asumirlas como algo natural, y así tendré que hacerlo, pero no ha sido tan fácil esta vez. Me consuela el recuerdo de las acertadas palabras de los que hoy son amigos comunes, el espacio común que será siempre la alegría que pudimos aprender de ti. De todas formas, mi recuerdo seguirá a través de la conversación con Natalia, que tanto cariño te tendrá siempre, junto a mi satisfacción personal por haberos puesto en contacto desde universos tan distintos. Y también seguiré en contacto con Marta y con su familia, que no te van a olvidar jamás desde ese país que ha sido, sin duda, uno de tus lugares en el mundo, lleno de decenas de rincones que son testigos de cómo fuiste cumpliendo tus sueños.

Recordar es comprender las cosas que entusiasmaron y emocionaron a las personas queridas

No es necesario escribir mucho más, tampoco difundiré aquí imágenes tuyas, sino otras de lo que fue tu mundo. Para explicarlo quiero recordar y compartir dos cosas. Por un lado, por qué siempre serás periodista; por otro, compartir el instante en el que “te comiste a versos” Madrid, dos ejemplos de una misma esencia, que no olvidaremos. Lo primero, ser periodista, siempre viene acompañado de interés, de curiosidad y pasión por las cosas, por lo que nos rodea, razón por la que te entusiasmaba la información deportiva, como demostraste en tus noticias y reportajes. Te motivó algo menos el aprendizaje de “otros mundos” en la información económica, pero fuiste valiente y decidida ante la posibilidad de ensanchar horizontes. Por ello, al madrugar un sábado cualquiera, viví con vosotras la retransmisión de una noche en Las Vegas. Es absolutamente simbólico el título de tu libro favorito y leeremos el otro libro con el que tanto te identificabas. Podremos ver esa luz en la noche más oscura y será posible, además, recordar a través de iniciativas que a ti te parecieron extraordinarias.

Resultado de imagen de la luz que no puedes ver

Resultado de imagen de hola ¿te acuerdas de mí?

Ciudades Creativas

Ha quedado, para siempre, un trabajo que dice mucho de ti, de la exploración de iniciativas creadoras, especiales, del descubrimiento de Boa Mistura y de ese Trabajo Fin de Grado que, no sin esfuerzo y estrés, convertimos en una aportación al congreso de Ciudades Creativas, un momento en el que tuviste que hablar en público en un foro académico, en la Universidad Complutense de Madrid. De entonces guardo las fotos con Rafa, Paco, Álvaro, María Luisa e Isidoro, en aquella recepción del gobierno corporativo de Podemos en la Plaza Mayor, que fue una curiosa experiencia. Has dejado esa estela de sensibilidad que ya es imborrable, y que me he asegurado de que esté siempre disponible aquí para quien la quiera leer, analizando la presencia del arte urbano en los medios. “Aquí no se habla de arte, se habla del lugar en el que alguien ha plantado versos para conseguir sonrisas de las personas que caminan por la ciudad una mañana cualquiera” (Gándara y Marfil-Carmona, 2016, p. 387). Es muy curioso que, releyendo ahora ese final de nuestro texto, comprendo que esa era y es tu misión. Por eso, como decía Elvis en nuestro nombre, aprendimos tanto con tu sonrisa. Por ello, sin guardar rencor al universo por tu marcha, sin abandonarnos a una melancolía que a ti tan poco te pegaba ni te hubiera gustado, queda prometido: ahora y siempre juntaremos  los pedazos de tu recuerdo, de tu luz, seguiremos soñando y seguiremos sonriendo.

Boa Mistura

Boa Mistura

Boa Mistura

Boa Mistura
Proyecto de Boa Mistura “Te comería a versos”. Acto de amor de artistas y poetas para humanizar nuestras ciudades. Fuente: http://www.boamistura.com
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IMAGINADO es un blog centrado en el análisis de la imagen y en la enseñanza de las artes visuales y audiovisuales. Sin embargo, da cabida a muchas más contenidos interdisciplinares, con una atención especial a los aspectos educomunicativos de la cultura visual y digital. Se trata, además, de un espacio para la reflexión sobre múltiples temas, dentro y fuera de lo académico, en un entorno cambiante, complejo y diverso.

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