Aprovechando que llega el día del libro, es un momento idóneo para recomendar una publicación muy especial: La política es de cine, editada por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales en este mismo año, 2018. Se trata de una obra colectiva, coordinada por el catedrático de Ciencia Política y Sociología de la Universidad de Salamanca, Manuel Alcántara, junto al investigador y profesor de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM, Perú) Santiago Mariani, experto en este apasionante territorio común entre el complejo universo de la política y su representación fílmica. De hecho, es la segunda parte de otra recomendable obra, publicada inicialmente en 2014: La política va al cine, coordinada por estos mismos autores. Editada por una entidad de prestigio, cuya editorial está situada entre las 25 mejor valoradas por los expertos en España, con una relevancia destacada en Derecho y Ciencias Políticas, se trata de un trabajo que constituye, sin duda, una aportación de calidad y de gran interés en lucha por el diálogo interdisciplinar, una tarea que no siempre se valora con justicia en el mundo universitario.
Ha sido un placer, en su lectura, comprobar la calidad y diversidad de estilos en las aportaciones de personas expertas en Ciencia Política, Sociología o Economía, entre otros ámbitos, pero que son a la vez cinéfilas. Se trata de un contenido divulgativo, especialmente recomendable para revisar lo que está dentro y fuera de las pantallas. Se reflexiona en torno a un imaginario que, además de reflejar las luces y sombras de la actividad política durante toda la historia del cinematógrafo, ha influido indiscutiblemente en nuestra forma de pensar y aprehender el mundo, ya que lo hemos pensado, en muchos casos, tal y como hemos podido conocerlo a través de los medios de comunicación y, en especial, en su representación audiovisual, hoy día digital. Participar recientemente en su presentación, además en mi librería de cabecera, Babel, en Granada, ha sido un verdadero placer y una oportunidad para aprender.
Diálogos sobre política y cine
Junto a Manuel Alcántara Sáez, que me hizo reflexionar sobre algunas esencias fundamentales de la actividad política y sobre el grado de pasión y conocimiento por el cine que cada uno es capaz de admitir (siempre menos del que realmente demostraban los intervinientes), pude conversar y debatir en torno a la temática del libro con otras dos personas que, en lo concerniente al cine, atesoran casi todo el conocimiento posible, algo de lo que no tengo duda desde que iniciamos nuestras conversaciones sobre la gran pantalla hace décadas, varias, constatando después cómo esa pantalla se ha hecho tan pequeña como para poder llevarla en el bolsillo. Uno de ellos es Manuel Trenzado, profesor de la Universidad de Granada, autor de uno de los capítulos y experto en el reflejo de ese universo político en el cine español, ámbito sobre el que ha investigado y publicado también en revistas científicas. Se trata del impulsor también de la publicación, al que estoy agradecido por la invitación a una charla que mostró el camino también para futuras reflexiones y, por qué no, líneas de investigación. El otro contertulio, Juan de Dios Salas, es posiblemente la persona que más sabe en mi ciudad (o de las que más) sobre ese mundo tan sencillo y tan complejo a la vez como es el cine, director del Cine Club Universitario de UGR y del festival de cine clásico Granada Paradiso. Todo ello, además, con la participación e intervenciones de compañeros/as de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología y otras personas interesadas, vinculadas al ámbito cultural, como María José Sánchez.
Habrá tiempo para reseñar y citar este trabajo, que me acompaña ya en las estanterías de casa como referencia para recordar lo importante de la conexión de lo fílmico con la realidad, la profunda implicación social que tienen los medios de difusión masiva en nuestro presente y en nuestro futuro. Además, he podido aprender y repensar algunas cosas desde la óptica del contexto y de la sociedad, trascendiendo una línea más habitual en la Teoría del Cine, como es la inmersión en el lenguaje audiovisual, la semiótica textual y la narrativa. Con esa frescura, propia de profesores/as de otro ámbito que se toman muy el serio el cine, el resultado es impecable. Me atrevo a recomendar su lectura, sobre todo, por el carácter divulgativo y la calidad intelectual de la obra. Es un libro, en cierto sentido, didáctico, una selección de títulos que puede convertirse en una propuesta para nuestra propia agenda de visionado en casa (aunque no sea lo mismo que en la sala). Además, cada capítulo podría ser punto de partida y material docente para un cinefórum en cualquier contexto de educación formal o no formal. Sintetizo algunas ideas extraída del debate, destacando contenidos de especial interés, para finalizar con el esbozo del futuro de esta línea de trabajo, que no es otro sino dirigir la mirada a la cultura digital y a la narrativa transmedia.
Espectáculo, relato y oscuridad
Tres ideas que, personalmente, me parecieron muy interesantes en el debate celebrado en la librería Babel. Las dos primeras se desprenden del magnífico prólogo, que es toda una declaración de principios y, en lenguaje investigador, un verdadero estado de la cuestión. En ese texto, Manuel Trenzado, Manuel Alcántara y Santiago Mariani hablan de la espectacularización de la política, en una hibridación e influencia mutua con lo audiovisual que nos ayuda a comprender fenómenos recientes y la esencia identitaria de generaciones que han accedido al poder tras una formación e influencia de fenómenos como el cine o las series audiovisuales, como es el caso de Podemos, personificado en parte de la producción académica del propio Pablo Iglesias. Habría muchos ejemplos en el ámbito internacional. Esos trazos están perfectamente esbozados en las páginas de este libro.
Me atrevo a recomendar su lectura, sobre todo, por el carácter divulgativo y la calidad intelectual de la obra. Es un libro, en cierto sentido, didáctico
Una segunda idea, no menos importante, es la rotunda presencia de la idea concepción de la acción política como relato, vigente en la propia gestión del liderazgo y absolutamente protagonista en los medios audiovisuales. En ambos sectores se ha impuesto un nuevo paradigma basado en storytelling, el enfoque narrativo y constante aportación de historias, en un desarrollo transmedia. Por último, entre otras muchas cuestiones de interés en esta línea de reflexión, es inevitable plantearse por qué el reflejo de la política en el cine y en las series de televisión se caracteriza, sobre todo, por la manipulación y la complejidad, algo sobre lo que fue una suerte poder conversar con Manuel Alcántara, descubriendo en ese momento su calidad humana y, al elaborar esta entrada, que fue en 2015 uno de los 50 intelectuales iberoamericanos más influyentes. Su capítulo sobre Orson Welles tiene mucho que ver con el reflejo de esa oscuridad del político. En ese texto, además, he conocido la referencia a una frase atribuida al director de Cuidadano Kane: «Lo malo de la izquierda americana es que sólo se traicionó para salvar sus piscinas». Solo ese inicio es una base sólida para comprender mucho sobre el Star System de Hollywood, la caza de brujas y aquella época, tal y como escribí en la guía de visionado de Trumbo. La lista negra de Hollywood (Jay Roach, 2015) para un ciclo reciente de AulaCine CAJAGRANADA.
Diversidad de contenido y futuro para la próxima publicación
Como síntesis, cada capítulo aporta algo. No hay ningún texto que esté por debajo de la calidad media, lo que es poco frecuente en un libro de compilación. Enumero: El «malinchismo» al que hace referencia Fernando Barrientos, en su capítulo de Buñuel; el tránsito de lo moderno a lo posmoderno, con dos títulos escogidos magistralmente por Ramón Máiz: Metrópolis (Fritz Lang, 1927) y Blade Runner (Ridley Scott, 1982); la esencia irlandesa de John Ford, perfectamente explicada por Enrique San Miguel Pérez; la homofobia en el cine, en una cartografía trazada por Javier Corrales; la comprensión del contexto histórico y político de Ruanda, en el análisis realizado por Javier Duque Daza; «La emoción y la fuerza del sentido inicial» (p. 180) al repasar los inicios de las sufragistas, en el capítulo de Carmen Ilizarbe Pizarro; La figura de Lincoln a través del comentario argumental realizado por Santiago Mariani; la vertiente social de Ken Loach, en el texto de Joan Subirats; el erudito recorrido de Manuel Trenzado por la representación de la política en el cine español, junto a la mirada hacia las «microhistorias» en la transición, realizada por Leticia M. Ruiz Rodríguez, o el disputado voto en la transición, estudiado por Irene Delgado; el aprendizaje de los valores en Harry Potter, en un trabajo de Maxwell A. Cameron que nos recuerda que todo es magia hablando de la virtud, la ética y la amistad; el reflejo de la monarquía, en la que contrasta la figura pública y la persona «normal», según el estudio de Josep M. Colomer, junto a un recorrido por «la vida de los rojos» en el cine, estructurado por Carlos Flores Juberías en verbos que indican pura acción: mitificar, vivir, luchar, escapar, reír, añorar… pensar. Todo eso es precisamente el cine.
La convergencia mediática también hace imprescindible revisar la conexión entre comunicación y política desde la atención a las nuevas estrategias de la narrativa transmedia
El presente digital
Tal y como se ha sugerido y como se explica muy bien en el prólogo de este libro, al mirar a nuestro alrededor vemos la transformación del medio audiovisual y también de la realidad política, la constatación de aquella figura que parecía profética y que hoy es una realidad, como es el prosumidor como nuevo perfil de ciudadanía activa en la Red. Junto a ello, la convergencia mediática también hace imprescindible revisar la conexión entre comunicación y política desde la atención a las nuevas estrategias de la narrativa transmedia, con una presencia destacada de las series de televisión, de segundas y terceras pantallas, de diálogo y factor relacional, tal y como venimos recordando en TRICLab. Todas esas cosas de las que, con seguridad, seguiremos hablando y escribiendo pero, mientras tanto, vale la pena leer este libro.
Para citar el libro reseñado: Alcántara, M. y Mariani, S. (Coords.) (2018). La política es de cine. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. ISBN: 978-84-259-1706-1.
matesfacil dice
Parecen lecturas imprescindibles. Creo que en la actualidad el papel de las redes sociales e Internet en general es de suma importancia en la sociedad: las redes sociales y la política se retroalimentan. Aunque al menos en principio esto es positivo, tiene aspectos negativos. Me temo que las redes provocan la banalización de la política y favorecen el populismo.
SaberMatematicas dice
Los cambios en la política y en la comunicación que se fueron dando a través de las redes sociales es un tema fascinante y de vital importancia. Llevará su tiempo comprender todo lo que está ocurriendo (y sigue cambiando) y este libro hace un muy buen aporte para ello.
Juan Rodriguez dice
Muy interesante el artículo.
Un saludo!
Rafael Marfil-Carmona dice
Gracias por el comentario ¡¡
Manuel Aguilar dice
Muy buen artículo. Gracias!